Hoy se celebra el Día Mundial de las Aves Migratorias, pero no existe una única fecha, porque además de cada segundo sábado de mayo también existe una jornada que reclama la importancia de estos animales para los ecosistemas en el mes de octubre.
Precisamente, Otero diferencia en una entrevista con EFE a las aves migratorias en dos grandes grupos: "las invernantes y las estivales", y son las primeras las más afectadas por el cambio climático.
Según explica la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la conmemoración de este día mundial en mayo nació en 2017 para advertir de que "la contaminación y la emergencia climática están teniendo un impacto directo en la disponibilidad de agua limpia y en el estado de conservación de muchas aves migratorias".
Las aves migratorias no solo se ven amenazadas por el declive de los ecosistemas acuáticos como los humedales, sino también por las transformaciones que viven los cultivos.
Tal y como apunta Otero, las cosechas están cambiando por "el calor y la lluvia extremos", lo que hace que a ciertas aves "no les dé tiempo a criar".
Las aves estivales no se ven tan afectadas, ya que pueden adaptarse mejor a las condiciones meteorológicas, como los vencejos o las golondrinas, conocidas por "avisar" de la entrada de la primavera.
Por otro lado, también hay casos, como el ruiseñor o el autillo europeo, que "no completan la migración, se quedan, por ejemplo en Málaga o en el sur de Portugal", señala Otero.
Otero explica además la labor del Grefa en la reproducción de águilas de Bonelli, ya que hasta hace poco solo había una pareja en la Comunidad de Madrid y ahora "el éxito reproductivo" ha llevado a que haya ocho parejas de estas aves rapaces.
"También en el País Vasco, en Andalucía e incluso en Mallorca" han sido reintroducidas estas especies gracias al "proyecto europeo Aquila a-Life, coordinado por Grefa entre 2017 y 2022", apunta.
Por su parte, la Sociedad Española Ornitológica (SEO/BirdLife) ha aprovechado esta jornada para denunciar "la falta de protección de algunas especies a nivel nacional e internacional", porque especies como el carricerín cejudo, la tórtola europea, la avefría europea, el archibebe y la agachadiza común no cuentan con planes de conservación coordinados a todos los niveles.
SEO/BirdLife tiene un programa, Migra, para obtener información sobre los movimientos de las aves, porque "conseguir información que documente estos movimientos es clave para identificar las amenazas que les afectan y trabajar de manera más efectiva en su conservación", según argumenta la organización.
Y es que el fenómeno de la migración, por el cual, anualmente, se desplazan en busca de lugares más propicios para la alimentación, hace que sus poblaciones cambien entre estaciones y evolucionen a lo largo de los años.
Migra, que se puso en marcha en 2011, se ha centrado en el marcaje de aves con sistemas de seguimiento remoto, pero pretende utilizar otras metodologías para identificar e interpretar dichos movimientos como radares, puntos de observación directa o isótopos estables.
Desde Ecologistas en Acción, por su parte, se ha exigido el cumplimiento de la ley para la conservación de aviones, golondrinas y vencejos y una mayor implicación institucional en la protección de estas aves insectívoras urbanas.
La organización ecologista recuerda en un comunicado que ha impulsado, con éxito, numerosas demandas por destrucción de nidos durante el último año, advierte de que es responsabilidad de los ayuntamientos tomar medidas para prevenir estos delitos y anima a la ciudadanía a denunciar a aquellos que presencian.
Fuente: Infobae
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