Si no se detiene el cambio climático, el blanqueo de los coralessufrirá un incremento progresivo en frecuencia e intensidad en todo el mundo. Esto devastaría globalmente los arrecifes coralinos de forma tal, que desaparecerían de la mayoría de las zonas del planeta para el 2100. Así de claro lo expresa en un estudio el biólogo Ove Hoegh-Guldberg, el Director del Global Change Institute en la Universidad de Queensland y uno de los principales expertos mundiales en blanqueo del coral.
Pero un estudio reciente evidencia que no todos los corales responden de la misma manera a los cambios en el clima. El estudio dirigido por la Escuela de Ciencias Marinas y Atmosféricas de la Universidad de Miami (UM) analizó la sensibilidad de dos tipos de corales encontrados en el mar Caribe y Florida, y descubrió que uno de ellos, el coral estrella montañoso (Orbicella faveolata), posee una adaptación que le permite sobrevivir bajo altas temperaturas y condiciones de acidez derivadas del calentamiento global.
”Los períodos estresantes de altas temperaturas y condiciones ácidas son cada vez más frecuentes y de mayor duración en aguas de Florida”, asegura Chris Langdon, profesor de biología marina y ecología en la Universidad de Miami y autor principal del nuevo estudio.
Descubrimos que no todas las especies de coral son igualmente sensibles al cambio climático y existe la esperanza de que algunas especies que parecían condenados puedan desarrollar adaptaciones que les permitan sobrevivir también
”Sin embargo, descubrimos que no todas las especies de coral son igualmente sensibles al cambio climático y existe la esperanza de que algunas especies que parecían condenados puedan desarrollar adaptaciones que les permitan sobrevivir también”, explica.
Mismas condiciones diferentes respuestas
Los investigadores expusieron las dos especies amenazadas de corales caribeños, el coral cuerno de ciervo (Acropora cervicornis) y el coral estrella montañoso a una temperatura normal (26 grados centígrados) y una temperatura elevada (32 grados centígrados) e incremento los niveles de dióxido de carbono (pH 7.8 / 800 ppm) durante nueve semanas.
Pasado este tiempo se recolectaron datos genéticos y fisiológicos, como el crecimiento esquelético de los corales, para determinar si los eventos de estrés se registran en la historia esquelética de un coral. Además, todos los corales que aún sobrevivían se recuperaron a la temperatura y al pH normal para determinar la capacidad de estos corales para recuperarse una vez que las condiciones ambientales se volvieron más hospitalarias, como ocurre de forma natural en el verano.
Los investigadores encontraron que el coral cuerno de ciervo era más sensible al estrés por calor. Experimentó una mortalidad del 100 por ciento después de 25 días a la temperatura elevada de 1,5 grados Celsius por encima de la temperatura media mensual máxima histórica de los Cayos de Florida. Las aguas del sur de la Florida podrían comenzar a experimentar períodos cálidos de esta intensidad y duración una vez cada cinco años para 2035, lo que según los investigadores sugiere que la especie podría volverse cada vez más rara en 20 años.
Con base en estos resultados predecimos que el coral estrella montañoso será capaz de tolerar cualquier calentamiento que los Cayos de Florida puedan experimentar de ahora hasta 2060 y muy posiblemente hasta finales de siglo
El coral estrella montañoso sobrevivió 62 días a la temperatura elevada y se recuperó rápidamente cuando la temperatura se redujo al final del experimento. La reducción del pH no afectó la supervivencia pero tuvo un impacto significativo en el crecimiento bajo temperaturas normales.
”Con base en estos resultados predecimos que el coral estrella montañoso será capaz de tolerar cualquier calentamiento que los Cayos de Florida puedan experimentar de ahora hasta 2060 y muy posiblemente hasta finales de siglo”, asegura Langdon.
”Esta predicción optimista necesita ser calificada por el hecho de que la disminución del pH podria afectar el potencial reproductivo de esta especie. Si bien la disminución del pH no mataría a los corales directamente, significaria que se producirán menos corales bebés para reemplazar a los corales adultos que moririan por causas naturales o no naturales”, alerta.
Esta predicción optimista necesita ser calificada por el hecho de que la disminución del pH podria afectar el potencial reproductivo de esta especie. Si bien la disminución del pH no mataría a los corales directamente, significaria que se producirán menos corales bebés para reemplazar a los corales adultos que moririan por causas naturales o no naturales
Algas: la clave de su superviencia
Los arrecifes de coral son especialmente vulnerables al cambio climático porque se ven fácilmente afectados por el agua tibia. Cuando las temperaturas oceánicas aumentan, las algas que dan al coral sus colores brillantes abandonan a su huésped, lo que hace que se vea blanco, una condición conocida como “blanqueamiento de corales”. La pérdida de algas, que proporcionan al coral gran parte de su energía, hace que los corales sean vulnerables a la inanición y la enfermedad.
El coral estrella montañoso tenía algas especiales, llamadas D simbiontes, que los investigadores creen que le permitieron adaptarse a las condiciones experimentales de cambio climático.
El coral estrella montañoso tenía algas especiales, llamadas D simbiontes, que los investigadores creen que le permitieron adaptarse a las condiciones experimentales de cambio climático
Los océanos que se calientan rápidamente están provocando blanqueamientos masivos y frecuentes, mientras que la absorción de CO2 por la superficie del océano está reduciendo el pH, lo que dificulta que los corales y otros organismos construyan su esqueleto y sus caparazones.
El estudio permite a los investigadores comprender mejor cómo los corales responden al estrés por calor y la acidificación de los océanos, que es importante ya que se espera que estas afecciones afecten a los corales en las próximas décadas y para comprender cómo se registran estos factores estresantes en los esqueletos de coral.
FUENTE: La Vanguardia , 7 / agosto / 2018
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