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miércoles, 25 de octubre de 2023

HIDRÓGENO VERDE, ¿COMBUSTIBLE DEL FUTURO?

En medio de un proceso de descarbonización como el actual, el hidrógeno, que no produce CO2, puede ser una de las grandes herramientas para combatir el cambio climático. Es limpio, potente y eficaz, pero ¿logrará superar los obstáculos políticos y económicos?

El magnate informático Bill Gates acaba de publicar un libro –Cómo evitar un desastre climático– que encabeza la lista de los más vendidos de The New York Times y donde destaca al hidrógeno verde como la mejor innovación de los últimos años para combatir el efecto invernadero. Pero ¿qué es eso? Lo cierto es que el hidrógeno es el elemento químico más abundante de la naturaleza, así como una poderosa fuente de energía: tiene tres veces más energía que la gasolina y además no produce dióxido de carbono, sino que libera agua en forma de vapor. Es decir, se trata de una energía limpia. 

Desde hace años ya se había considerado el potencial del hidrógeno para revolucionar nuestro consumo energético, si bien hasta ahora una cantidad de obstáculos han impedido su adopción. Sin embargo, actualmente, el panorama está cambiando y son muchos los países que están apostando por el hidrógeno verde. 

Una «nueva» energía

En octubre de 2021, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció un plan de 35.000 millones de dólares para que Francia retomara su posición como un líder mundial de la innovación. Entre las principales metas está una apuesta por el hidrógeno verde.

Es un proyecto ambicioso, ya que el hidrógeno verde, que se obtiene del agua, no se encuentra de forma libre en el medio ambiente: es necesario utilizar un proceso químico llamado «electrólisis» que permite separar las moléculas de hidrógeno de las de oxígeno y que requiere de grandes cantidades de electricidad.

Hasta la fecha, la generación de más del 90% del hidrógeno aprovechado a nivel global se obtiene usando energía de fuentes contaminantes pero económicas, como el gas y el carbón. No obstante, es una situación que podría estar estar a punto de cambiar: los compromisos de los diversos gobiernos por descarbonizar sus economías han impulsado la inversión en energías renovables como la solar o eólica, llevando así a una reducción de sus costes.

Es por ello que la Agencia Internacional de la Energía considera que la producción del hidrógeno verde a partir de energías limpias está tomando un impulso sin precedentes. De hecho, se espera que para el año 2050 la inversión en la industria del hidrógeno verde supere el billón de dólares. En concreto, América Latina tiene el potencial de aprovechar este creciente negocio. Así lo explica Heloisa Schneider, experta en sostenibilidad y cambio climático: «Yo creo que aquí hay una gran oportunidad. Sobre todo los países que son dependientes de combustibles fósiles, como es el caso de Chile o Uruguay. Pueden generar un producto internamente y beneficiar su propio mercado y tiene la ventaja, además, de poder ser un producto de exportación que es muy apetecible en ciertos mercados».

Según Schneider, los mercados europeos y asiáticos tienen «sed» de hidrógeno verde. Grandes empresas automovilísticas como Toyota o Hyundai ya están diseñando vehículos que emplean este combustible. Los fabricantes de aviones, como el europeo Airbus o el brasileño Embraer, también han decidido incorporarlo a sus diseños en los próximos años.

Schneider destaca específicamente a Chile –que ha lanzado la llamada Estrategia Nacional del Hidrógeno– como el país latinoamericano que podría convertirse en uno de los principales exportadores de este combustiblePero los chilenos no están solos: países como Australia, Arabia Saudí, Japón, Kazajistán y varios países de la Unión Europea ya han destinado grandes sumas al desarrollo de esta industria.

En Reino Unido, por ejemplo, el Gobierno británico y Bill Gates anunciaron una alianza con la que esperan invertir 552 millones de dólares para reducir el coste de este combustible y de otras tecnologías verdes clave para la descarbonización. Se espera que para el año 2050, la industria del hidrógeno, incluido el verde, emplee a más de 30 millones de personas en todo el mundo.

Algunos expertos incluso vaticinan que el hidrógeno verde podría desatar un cambio en el futuro de la política global, actualmente dominada por los grandes productores de combustibles fósiles. «Uno de los temas que probablemente va a ser de mayor impacto es que eventualmente podría cambiar de posición de lo que son los líderes hoy día. En la medida que los combustibles fósiles empiezan a desaparecer, los que fabrican el hidrógeno van a ocupar este espacio como los grandes productores de energía», sostiene Schneider. 

El hidrógeno verde, además, promete ser un factor clave para afrontar las futuras crisis energéticas, como la que se vive actualmente en Europa, donde la creciente demanda ha disparado un alza en los precios de los combustibles. Para aprovechar realmente los potenciales beneficios del hidrógeno verde se deben incorporar medidas y normas de seguridad que reduzcan los riesgos de este gas inflamable y sin olor, así como considerar escenarios aún desconocidos: «Precisamente por ser un gas, es una molécula muy liviana capaz de escapar rápidamente a la estratosfera. No se está hablando, por ejemplo, de cuál podría ser el impacto de esta molécula volando en aquel ambiente, que es el ambiente donde se concentran los gases de efecto invernadero». Y ni hablar de los obstáculos políticos y económicos que implica la transición a fuentes de energías más limpias. A pesar de todo, el hidrógeno verde se ha ganado un puesto en la mayoría de los pronósticos como uno de los combustibles del futuro.

Fuente:  revista ethic españa

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