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sábado, 29 de diciembre de 2018

EL ARTICO ES MÁS SENSIBLE AL CAMBIO CLIMÁTICO DE LO QUE SE PENSABA

El Ártico es más sensible al cambio climático de lo que se pensaba

Luke D. Trusel, del Departamento de Geología y Geofísica de la Universidad de Rowan, en Nueva Jersey, Estados Unidos, y su equipo lograron el primer registro continuo de varios siglos de la superficie de la capa de hielo de Groenlandia. Los resultados revelan un incremento de 30% en la desaparición de la capa superficial desde comienzos del siglo XX con consecuencias directas sobre el aumento del nivel del mar. La conclusión: el ártico es más sensible al cambio climático de lo que se pensaba.

Los científicos estiman que la desaparición total de esta capa de hielo del Ártico supondría una elevación de siete metros en el nivel global del mar, además de la alteración de las corrientes oceánicas que a su vez ayudan al equilibrio de las temperaturas. El aumento del deshielo comenzó a mediados de 1800, tras el inicio de la era industrial, y la velocidad de desaparición se ha acelerado por encima de la variabilidad normal.“En comparación con el comienzo de la era industrial, nos encontramos actualmente con 50% más de agua de deshielo”.

Hasta ahora, se había estudiado el impacto del cambio climático sobre la extensión del hielo en el Ártico a través de observaciones satelitales con datos de deshielo desde los años 70; el estudio publicado en la revista Nature es un trabajo de observación de núcleos extraídos del hielo glaciar y de un casquete costero en diferentes zonas de más de 1,800 metros por encima del nivel del mar. A esta altitud, el agua derretida durante el verano se congela antes y evita perderse en el océano. De esta manera, se registra en el hielo una cronología de líneas o rayas congeladas que indican, año con año, las condiciones ambientales del terreno.

Las perforaciones se realizaron durante varias expediciones que tuvieron lugar en el 2003, el 2014 y el 2015. Para el acceso a estos puntos remotos se requirió de un helicóptero y una avioneta, además de un equipo completo de esquí y campamento. Los núcleos fueron trasladados a Estados Unidos para su análisis; finalmente, los resultados se combinaron con datos registrados por satélite y modelos climáticos con el fin de validar las observaciones.

Después de la Antártida, Groenlandia es el segundo depósito de agua dulce más grande de la Tierra, actualmente 60% de las contribuciones al aumento del nivel del mar proviene del derretimiento de su capa superficial con corrientes que llegan hasta el océano. A medida que la temperatura del aire aumenta sobre esta zona, el deshielo se acelera; en lugar de derretirse a un ritmo constante a medida que el clima se calienta, la capa se derrite cada vez más por cada grado de aumento en la atmósfera.

En estos momentos, la pérdida de masa de los glaciares y las capas superficiales de estos dos polos agrega al océano 670 gigatoneladas de agua al año, lo que equivale a 268 millones de albercas olímpicas.

“Este estudio es la prueba de que el deshielo de Groenlandia no forma parte de un ciclo natural (...) El impacto de la contribución de Groenlandia al nivel del mar depende en última instancia de lo que hagamos ahora y en un futuro muy próximo”, concluye el científico Trusel.

FUENTE: El Economista, 27 / dic / 2018

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