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lunes, 12 de noviembre de 2018

SUFRE LA ECONOMÍA GLOBAL POR EL IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO





Las pérdidas económicas directas por eventos climáticos extremos crecieron un 151 por ciento a escala global en apenas 20 años, aseguró Naciones Unidas a partir de las informaciones disponibles, aunque insuficientes todavía.

De 1998 a 2017, los países afectados por desastres notificaron estragos materiales superiores a los 2,9 billones de dólares, de los cuales alrededor de 2,24 billones (77 por ciento), fueron a causa de eventos climáticos, informó la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (Unisdr).

En el período también aumentó la frecuencia de huracanes, inundaciones, tormentas, terremotos y tsunamis, que provocaron la muerte a 1,3 millones de personas, mientras más de cuatro mil 400 millones resultaron heridas, perdieron sus hogares o necesitaron asistencia de emergencia.

Según el análisis, el porcentaje promedio anual de mermas económicas por desastres en relación con el Producto Interno Bruto continuó en ascenso y los niveles más altos correspondieron a países como Haití (17,5 por ciento), Puerto Rico (12,2), Honduras (siete), Cuba (4,6), El Salvador (4,2) y Nicaragua (3,6 por ciento).

Los perjuicios a causa de eventos climáticos extremos 'son insostenibles y representan uno de los elementos limitantes principales para erradicar la pobreza', opinó la representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Reducción de Desastres, Mami Mizutori.

A juicio de la experta, hace falta mejorar la captación de datos sobre el tema 'si deseamos comprender mejor qué es lo que funciona cuando se trata de reducir pérdidas económicas, salvar vidas y medios de sustento, y gestionar el riesgo de desastres'.

En 2017 la temporada ciclónica en el Atlántico ocasionó severas afectaciones en el Caribe, sobre todo debido a los huracanes Irma y María. Tras ambos eventos, Dominica y las Islas Vírgenes Británica calcularon estragos equivalentes al 110 y 148 por ciento por ciento, respectivamente, de sus productos internos brutos.

El azote del Irma representó para Cuba más de 13 mil millones de dólares, según reportes del gobierno nacional que contemplaron los destrozos en viviendas, instalaciones de educación, salud, turismo, viales, redes eléctricas y de telecomunicaciones, diversos cultivos, así como en unidades pecuarias y avícolas.

En el caso de tsunamis, la estela muertos en el orbe llegó 251 mil 770 y las pérdidas a 280 mil millones de dólares en el período de 1998 a 2017, corroboró el Centro de Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres, con sede en la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica.

Para la jefa de la institución, Debarati Guha-Sapir, las cifras expuestas denotan la creciente brecha entre ricos y pobres en el planeta; quienes están sufriendo más debido al cambio climático son los que menos contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero, sostuvo la profesora.

Los habitantes de los países de ingresos bajos y medios, argumentó, tienen seis veces más probabilidades de perder todas sus posesiones materiales o de resultar heridas en un desastre en comparación con los residentes en las naciones de ingresos altos.

En opinión de Unisdr, la forma más rentable para reducir el riesgo es integrar la reducción de desastres en las decisiones relativas a las inversiones en cada territorio.

Por consiguiente, 'la inversión en la reducción del riesgo de desastres es una condición previa para desarrollarse de forma sostenible en un clima variable', recalcó la agencia.

El hecho de medir las pérdidas económicas, coinciden expertos, también puede motivar a los gobiernos a dedicar más esfuerzos para la consecución de las metas de cara a 2030, inscritas en Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres.

FUENTE: Prensa  Latina , 11 / nov / 2018

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