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lunes, 16 de abril de 2012

Los animales del Artico, en peligro


El deshielo del Polo Norte está ofreciendo posibilidades antes insospechadas: perforaciones petrolíferas, o de gas, e incluso vías marítimas de recreo. Alternativas que afectarán todavía más a su fauna, que está sufriendo irreparables cambios en su hábitat.



Según indican los expertos, el Artico es la zona del planeta más afectada por el cambio climático. Debido a su deshielo, poco a poco veremos cómo sube el nivel de los océanos, llegando a invadir territorios habitados por el ser humano, de la misma forma que las temperaturas tenderán a subir como ya lo han hecho en la última década.

Pero los perjuicios que el calentamiento global provoca sobre el Polo Norte ya lo están sufriendo las especies que han hecho de esas condiciones extremas su forma de vida. Adaptarse para sobrevivir o extinguirse son las dos alternativas a las que se ven abocados los animales polares.
Ya hay organizaciones internacionales que están luchando para evitar que desaparezcan y estudian las
consecuencias que tienen estos cambios del hábitat en cada una de las especies polares.




DIFICULTADES PARA SOBREVIVIR

Luis Suárez, responsable del Area de Biodiversidad de la organización internacional WWF, explica el peligro al que se enfrentan algunos de los animales más emblemáticos del Polo Norte, como el oso polar que "depende de las superficies de zonas heladas. Pero ahora se ha detectado que las crías tienen un mayor índice de mortalidad porque son más largos los trayectos que tienen que hacer a nado y están menos capacitadas para nadar en estas condiciones; también tienen menos posibilidades de alimentarse, porque les cuesta más encontrar presas en las zonas heladas".

"Al disminuir la superficie helada también disminuyen las disponibilidades de reproducción o descanso para especies, como la morsa que, al final, tiene que buscar esos refugios en zonas más limitadas en la costa, más accesibles para ser atacadas, por ejemplo, por seres humanos y, además, con el problema que supone para animales de gran tamaño esos desplazamientos", indica el experto.
De la capacidad de cada especie para adaptarse a las nuevas condiciones de vida que impone el deshielo del Artico depende su supervivencia, pero las ONG y organizaciones empeñadas en salvarlas proponen planes para paliar estas dificultades y darles las posibilidades necesarias para ello.




IMPRESCINDIBLES ZONAS DE PROTECCION

Según Suárez, "una de las cosas que más estamos insistiendo desde WWF es la necesidad de establecer planes de adaptación al cambio climático. Eso requiere que conozcamos cuál es el impacto y cuál es el escenario en el que nos estamos moviendo. Estamos detectando el cambio y comprobando que ya produce consecuencias, pero no hay previsiones, y es una de las cosas en las que tenemos que trabajar. Por ejemplo hemos de crear más zonas de protección".

Aunque esas zonas ya existen para animales con riesgo de extinción. "Hay ciertas especies de ballenas, como la ballena jorobada o la ballena azul, que son migradoras y que viajan en distintas épocas del año buscando, lugares de alimentación en invierno y zonas de reproducción en verano. Si las áreas de alimentación cambian, porque cambian las condiciones ambientales del océano, deberíamos ser capaces de crear zonas de protección donde se las proteja estrictamente, por ejemplo, de la caza. Si no somos capaces de adelantarnos a los cambios, muchas especies pueden tener graves problemas", comenta Suárez.

Para el responsable de WWF, evitar la posibilidad de extinción, "es el fin último para poner en marcha un proceso de adaptación, es decir, reducir el impacto al mínimo. Hay especies en el Artico y la Antártica que viven en condiciones extremas y, reducirse la superficie y cambiar su hábitat que es muy específico, van a tener un margen muy pequeño para poder sobrevivir. Es un riesgo al que nos enfrentamos y que, por lo tanto, hay que minimizar al máximo en la medida de lo posible".

Aunque son los animales de gran tamaño del Polo Norte los que más impacto causan cuando se habla del deterioro provocado por el cambio climático, sin embargo, Suárez señala que "siempre hablamos de las grandes especies por ser los más emblemáticos, como los osos polares, las ballenas o las morsas, animales muy llamativos. Pero hay que tener en cuenta que cualquier pequeña especie, adaptada a un ecosistema muy específico que se encuentre en zonas muy concretas y en las que puedan desaparecer las condiciones de las que depende, puede extinguirse".
Otra de las alternativas que estudia esta organización que lucha por la protección de la vida animal es "la posibilidad de establecer corredores de migración para favorecer que ciertas especies viajen hacia donde se puedan reproducir en el futuro las condiciones que ahora tienen. Esto es posible si se encuentran en hábitat más cálidos, pero para aquellas especies que se han adaptado a los extremos del Polo Norte, si cambian esas condiciones tienen muy poco margen de maniobra".

El ser humano es responsable del cambio climático y, por lo tanto, del peligro al que se encuentra expuesta la biodiversidad del planeta, afirma el experto.
Por ello, Luis Suárez añade que "no solo debemos trabajar en la mitigación del cambio para intentar que tenga la menor repercusión posible. El cambio ya está establecido en un mínimo de 2 grados de temperatura media, por lo tanto supone que en los próximos cuarenta años va a desaparecer hasta un 30 por ciento de la superficie helada. En ese contexto es donde tenemos que empezar a trabajar para minimizar daños y, por lo menos, tener unas zonas de reserva donde podamos conservar estas especies".

Aunque Luis Suárez no se muestra muy optimista y concluye: "veo un futuro complicado, sobre todo si no somos capaces de hacer análisis de vulnerabilidad y de adaptación que permita la supervivencia de estas especies".

FUENTE: www.eldia.com.ar

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