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miércoles, 18 de junio de 2014

PROMOCIÓN DEL CONSUMO RESPONSABLE




En la próxima década se requerirán patrones
de producción y consumo de alimentos más
sustentables para todos los productos y servicios.
Para 2030 casi 2000 millones de nuevos
consumidores se habrán agregado a la clase
media global (Foro Económico Mundial y Deloitte
Touche Tohmatsu, 2009). Esta población con
un mayor poder adquisitivo esperará disfrutar
el estilo de vida de la clase media tradicional,
por lo que también querrá poseer un automóvil
y viajar por aire, así como tener hogares con aire
acondicionado, aparatos eléctricos y dispositivos
electrónicos. Sin embargo, un consumo mayor
ocasionará menor disponibilidad de recursos.
De acuerdo con la OCDE, de seguir el curso
actual, para 2030 3,900 millones de personas
en el mundo vivirán en áreas con graves problemas
de abastecimiento de agua, en contraste con
los 2,800 millones actuales (Foro Económico
Mundial y Deloitte Touche Tohmatsu, 2009).
Si todos adoptaran los patrones de consumo
y estilo de vida históricos del ciudadano promedio
del Reino Unido se necesitarían tres planetas
Tierra, y cinco si vivieran como el ciudadano
estadounidense promedio (Foro Económico
Mundial y Deloitte Touche Tohmatsu, 2009).
Sin un consumo sustentable será cada vez más
difícil satisfacer las necesidades y aspiraciones
colectivas de los nuevos consumidores del mundo.
La realidad sustentable
Si bien el ritmo y grado de comportamiento
sustentable diferirá según la región,
los consumidores actuales cada vez están más
conscientes de los grandes retos que enfrenta
el mundo en materia de sustentabilidad.
Los valores del consumidor en lo que se refiere
a este aspecto permanecieron notablemente
constantes durante la recesión y cada vez son
más quienes se vuelven participantes activos
en la creación de una economía más sustentable.
En una encuesta realizada recientemente, el 95
por ciento de los consumidores estadounidenses
afirmó que desearía "hacer compras ecológicas";
44 por ciento aseguró que sus hábitos
de "compras ecológicas" no han cambiado y más
de una tercera parte de ellos informó que es más
probable que compren productos sustentables
(Grocery Manufacturers Association and Deloitte
Development LLC, 2009). Sin embargo, estos
signos esperanzadores se ven contrarrestados
por una realidad en competencia. Aunque
los consumidores del mundo desarrollado cada vez
se vuelven más sensibles a los conceptos de daño
ambiental y sustentabilidad, los niveles de consumo
en estos países ya son realmente altos
y su comportamiento aún es dictado por el precio,
calidad y conveniencia, más que por el origen
de los productos y contenidos sustentables. El tema
sigue siendo muy particular y la desproporción
entre la conciencia y la acción es grave.
El mundo desarrollado presenta la siguiente
paradoja: ciertamente es una buena noticia
que más personas vayan de la pobreza a la clase
media, pero al mismo tiempo, este nuevo poder
adquisitivo a menudo provoca un consumo
sobresaliente con poca conciencia sobre
el impacto que éste tiene en el medio ambiente.
Dado lo anterior, una clase media creciente
y educada probablemente exigirá a sus gobiernos
lo que sus contrapartes están demandando
en los mercados desarrollados: más transparencia
acerca de los productos alimenticios (desde
el campo de cultivo hasta los anaqueles
de las tiendas); la cuantificación de los esfuerzos
corporativos hacia la responsabilidad ambiental;
así como la validación de que se siguieron
prácticas laborales seguras en el proceso
de manufactura. También habrá un creciente
interés del consumidor en el origen de los alimentos,
con un énfasis mayor por los productos
naturales y enteros, de proveniencia local,
obtenidos considerando el bienestar animal,
el impacto ambiental y las prácticas éticas.
Además, las preocupaciones acerca del medio
ambiente son tan marcadas en las personas
del mundo desarrollado como en el mundo
en vías de desarrollo. En algunas áreas son más
marcadas aún en estos últimos países, ya que con
frecuencia se ven afectados más directamente
por problemas como la contaminación del agua

FUENTE: https://www.deloitte.com/assets/Dcom-Panama/Local%20Assets/Documents/PA_es_consumidor_en2020_2011.pdf

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