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miércoles, 8 de diciembre de 2021

EARTH'S BLACK BOX , LO UNICO QUE SOBREVIVIRÁ AL CAMBIO CLIMÁTICO

 


Earth's Black Box

La caja llamada Earth’s Black Box documenta en tiempo real datos que van desde la temperatura hasta interacciones en redes sociales relacionados con el Cambio Climático

El Cambio Climático ya está aquí y es indudable el impacto que este tendrá en la vida de las personas así como en los ecosistemas y en todo el planeta, con esto en mente es como surge Earth’s Black Box, una caja que documenta los pasos que se han dado sobre este tema.

Localizada en Tasmania, esta es una caja de acero con almacenamiento de baterías y paneles solares, la cual registra cientos de conjuntos de datos; mediciones e interacciones relacionadas con el Cambio Climático. Esta información se recopilará de manera continua y se almacenará para las futuras generación, señalan los creadores en la página oficial.

“El propósito del dispositivo es proporcionar un relato imparcial de los eventos que llevaron a la desaparición del planeta; responsabilizar a las generación futuras; e inspirar acciones urgentes”, resaltan. 

Asimismo, en la página de Earth’s Blackbox se puede observar la grabación en vivo de los tweets relacionado con Cambio Climático, contaminación, Calentamiento Global y todos los temas que tienen que ver con esto.


Del mismo modo, de acuerdo con CNN, algunos actores involucrados en el proyecto son el colectivo artístico Glue Society; investigadores de la Universidad de Tasmania; y la empresa de comunicaciones de marketing, Clemenger BBDO.

Además, según Gizmodo, la estructura que está conectada a internet también guardara medidas de océanos, temperatura, datos de dióxido de carbono atmosférico; cambios en el uso de tierra, consumo de energía y crecimiento poblacional junto con más datos. También guardará posts de redes sociales que se relacionen al tema.

FUENTE: Energía Hoy, 07-dic-2021


ISLAS DEL PACIFICO AZOTADAS POR INUNDACIONES DEBIDO AL CAMBIO CLIMÁTICO

 



Varios archipiélagos del Pacífico reparaban el miércoles algunos de los destrozos provocados por las inundaciones tras fuertes mareas y tormentas, que los científicos relacionan con el aumento del nivel del mar por el cambio climático.

Tanto las Islas Marshall, Islas Salomón, los Estados Federados de Micronesia, como partes de las islas Vanuatu, se vieron afectadas por estas tormentas.


"El gobierno de los Estados Federados de Micronesia ha recibido informaciones de importantes inundaciones en varias islas del país, provocadas por tormentas y mareas", declaró en un comunicado el presidente del país, David Panuelo.


En Majuro, capital de las Islas Marshall, el mar pasó por encima de los espigones e inundó varias secciones de la carretera que lleva al aeropuerto.

La policía de las Islas Salomón pidió a los habitantes que se mantuvieran lejos de los ríos, que bajaban crecidos.


Para Murray Ford, especialista del clima en la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), las inundaciones se explican por la combinación de malas condiciones meteorológicas, de mareas particularmente importantes, de un fenómeno climático parecido a "La Niña" y a la elevación a largo plazo del nivel del mar por el calentamiento global.


"Un evento como este habría sido relativamente benigno en los años 90, pero el nivel del mar es ahora mucho más alto que entonces", dijo Ford a la AFP. "El aumento del nivel del mar incrementa la frecuencia y la magnitud de este tipo de eventos", añadió.

Ford explica que las medidas tomadas desde principios de los años 1990 muestran que el nivel del mar en Majuro subió de media 4,8 milímetro al año.


"Por desgracia, con este aumento continuado, las inundaciones serán más frecuentes, más grandes y más graves. Tenemos que planificar y prepararnos para ello", declaró por su parte Ben Graham, un antiguo dirigente de las Islas Marshall que vive en Majuro.


Los archipiélagos del Pacífico están entre los países más expuestos al calentamiento global, algunos incluso podrían desaparecer por el aumento del nivel del mar, un fenómeno al que se añaden los ciclones cada vez más violentos.


FUENTE: Infobae, 08-12-2021

CAMBIO CLIMÁTICO REQUIERE ADAPTARSE AL FUTURO NO AL PASADO

 




SÍDNEY / KUALA LUMPUR – La financiación para que los países en desarrollo hagan frente al calentamiento global es muy insuficiente. Hay muy poca financiación para la adaptación al cambio climático, la necesidad urgente de los países más afectados. Además, la adaptación debe tener una visión de futuro en lugar de limitarse a abordar los problemas acumulados.

¿Pacto suicida?

El cambio climático supone una amenaza existencial, especialmente para los países pobres con pocos medios para la adaptación. El hecho de que los países ricos no hayan prestado la ayuda financiera prometida no ha hecho más que empeorar las cosas. La pandemia de covid-19 ha supuesto otro golpe de efecto, agravado por el «apartheid sanitario» de los países ricos.

El acuerdo de la COP26 (26 Conferencia de las Partes de la Convención sobre el Cambio Climático) fue, sin duda, un «abandono del deber históricamente vergonzoso» y «no es suficiente para evitar el desastre climático».

El fracaso de la conferencia climática, realizada los 13 primeros días de noviembre en la ciudad escocesa, pone de manifiesto la falta de avances reales y las respuestas políticas inadecuadas. Y lo que es peor, el «Pacto de Suicidio de Glasgow» no aportó nuevos recursos significativos.

El Informe sobre el Comercio y el Desarrollo de 2021, de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), lamenta la falta de voluntad de los países ricos para abordar los graves retos a los que se enfrentan los países en desarrollo. Después de todo, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible estaba en problemas incluso antes de estallar la covid.

Las respuestas de la política climática implican tanto la mitigación como la adaptación. La mitigación busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) mediante un uso más eficiente de la energía y el uso de energías renovables en lugar de combustibles fósiles. La adaptación implica el fortalecimiento de la resiliencia y la protección para minimizar los efectos adversos en las vidas humanas.

Las necesidades nacionales de adaptación reciben mucha menos financiación internacional que la mitigación. Por ello, los países pobres luchan solos contra el calentamiento global causado principalmente por otros. Los retos de la adaptación son también muy variados, debido a las distintas vulnerabilidades de las naciones del Sur en desarrollo.

Enfoque arriesgado del riesgo

Se ha aconsejado a los gobiernos que reduzcan la vulnerabilidad a las crisis mejorando los datos y la evaluación de riesgos. La mayoría de las medidas para reforzar la resiliencia utilizan métodos convencionales de gestión de riesgos financieros. Con ellos se pretende proteger mejor los activos existentes y proporcionar un apoyo financiero temporal cuando se producen las perturbaciones.

Anis Chowdhury

La adaptación al clima se aborda, pues, mediante la evaluación del riesgo de catástrofes, los sistemas de alerta temprana, la mejora de la gestión de los ecosistemas y la mejora de las redes de seguridad social. Pero este enfoque apenas distingue el cambio climático de otros riesgos.

Al basarse en la experiencia pasada, el enfoque convencional apenas tiene visión de futuro para abordar los nuevos retos. Las medidas recomendadas tienden a desplegar los escasos recursos para hacer frente a los efectos pasados y actuales del cambio climático..

Centrarse en las vulnerabilidades actuales permite adaptarse a las amenazas climáticas existentes. Esto puede proporcionar cierta resistencia y alivio temporal. Pero no prepara para las nuevas amenazas. Por lo tanto, el enfoque ignora los problemas futuros, no proporcionando mucha protección ni reduciendo la vulnerabilidad a las amenazas emergentes.

Contar con la fijación de precios y otras técnicas de mercado para la evaluación del riesgo de adaptación al clima también es limitante. El enfoque tiende a centrarse en lo que es predecible e incremental, en lugar de en lo que es más incierto y sistémico.

Con sus raíces en la gestión de riesgos financieros, el enfoque favorece el retorno a unas normas de normalidad y estabilidad ya asumidas. Por lo tanto, rechaza la consideración de nuevas posibilidades, incluyendo un enfoque más dinámico para la transformación sostenible.

Además, la vuelta a la «normalidad» para muchas comunidades implica explotación y precariedad. Este enfoque también favorece la preservación y el afrontamiento. Por lo general, estas medidas no son suficientes para abordar los complejos retos que se plantean. Y lo que es peor, pueden provocar inadecuadamente una mala adaptación.

Evitar la mala adaptación

En su lugar, es necesario un enfoque transformador del riesgo climático. La única solución duradera puede ser reducir la dependencia de los países en desarrollo de actividades sensibles al clima, como la ganadería, mediante cambios de gran alcance para crear economías más resistentes.

Jomo Kwame Sundaram
Jomo Kwame Sundaram

Para ello, es necesario dejar de lado la reducción de riesgos y adoptar un enfoque más integrado y sistémico para diversificar las economías y aumentar su capacidad de recuperación. Las economías más diversificadas apoyan más el desarrollo sostenible y son mucho menos vulnerables o susceptibles de sufrir perturbaciones externas.

En los últimos años, esto se ha visto claramente en la mayor vulnerabilidad de las economías dependientes de las exportaciones primarias a los choques económicos originados en otros lugares.

Pero también es cierto en el caso de las crisis climáticas. Por ello, la adaptación al clima requiere una nueva visión de los objetivos comunes, en lugar de limitarse a evitar los riesgos y los peores escenarios.

La diversificación es crucial

Así pues, la adaptación al clima en el Sur global debe abordarse a través del desarrollo. Pasar del riesgo a la diversificación requiere un Estado desarrollista comprometido con una política industrial «verde» que implique inversión y tecnología.

La diversificación implica dos procesos acumulativos que trabajan en conjunto. En primer lugar, pasar de la producción primaria a la manufactura y a los servicios de mayor valor. En segundo lugar, desplazar los recursos de las actividades menos intensivas en capital a las más intensivas en capital.

Los países en desarrollo tienen que perseguir un desarrollo sostenible, manteniendo las emisiones y el consumo de recursos dentro de los límites ecológicos. Para ello es necesario diversificar la economía, aumentar la productividad y mejorar las condiciones sociales.

Estas nuevas estrategias de transformación deben reconocer las limitaciones ecológicas y climáticas. Los responsables políticos de los países en desarrollo disponen de medios limitados para afrontar estos retos. Con una globalización “neo-liberal” desigual, también se ven perjudicados por las debilidades institucionales, por ejemplo, incluso para movilizar recursos nacionales.

La clave del multilateralismo

Algunos países ricos, como Reino Unido y Australia, han recortado sus presupuestos de ayuda y no han utilizado sus derechos especiales de giro (DEG, la moneda de reserva del FMI) para ayudar a los países en desarrollo. Han hecho poco para animar a los acreedores privados a que permitan a los países en desarrollo invertir para salir de las múltiples crisis a las que se enfrentan.

Hasta ahora, las medidas para el alivio de la deuda son muy modestas y muy inadecuadas, «tirando la toalla». Aplazar la deuda significa simplemente que los préstamos se pagarán más tarde, a medida que se acumulan los intereses compuestos. Mientras tanto, la carga de la deuda sigue creciendo.

El informe de la Unctad advierte de que la escasa financiación para el clima está acelerando el calentamiento global, socavando las perspectivas de descarbonización del mundo. Destaca la necesidad de un multilateralismo proactivo y de apoyo a los países en desarrollo para hacer frente a las crisis climáticas y a las pandemias.

Los desafíos globales requieren claramente respuestas multilaterales. Pero hasta ahora, solo el FMI ha proporcionado algún alivio real al cancelar las obligaciones del servicio de la deuda de 28 países,  por valor de 727 millones de dólares, entre abril de 2020 y octubre de 2021..

El final de la primera Guerra Fría socavó la necesidad sentida del multilateralismo dirigido por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Si el presidente estadounidense Joe Biden realmente pretende emular al presidente Franklin Delano Roosevelt (1933-1945), puede empezar por revivir el multilateralismo motorizado por la ONU que previó su predecesor, en lugar de perseguir imprudentemente una nueva Guerra Fría favorecida por los neoconservadores de su equipo.

FUENTE:  IPS, 07-12-2021

domingo, 5 de diciembre de 2021

LAS SOLUCIONES DE ESCANDINAVIA PARA LUCHAR CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

 



Si no puedes ver el video haz clic aquí.

Desde las heladas islas de Svalbard hacia Suecia y Dinamarca, la BBC explora en este documental las soluciones que se están desarrollando en los países escandinavos para luchar contra el cambio climático.

Con las temperaturas cada vez más altas en el invierno polar, el presentador y jugador de baloncesto Ade Adepitan se traslada hasta el Ártico para descubrir las consecuencias del cambio climático en esta zona.

Además, Adepitan va hasta Copenhague para ver lo que está haciendo la capital danesa para neutralizar sus emisiones de carbono para 2025.

FUENTE:  BBC News Mundo, 04-12-2021 


ECOANSIEDAD: "COMO AFECTA EL CAMBIO CLIMÁTICO A NUESTRA SALUD MENTAL"

 

Cada mañana, Bruno Martín, comunicador científico de Scienseed, se levanta angustiado por la crisis ecológica. Acaba el día de la misma manera. Cada pequeño gesto que realiza a lo largo de la jornada resulta “agotador”, confiesa a SINC. 

“Cuando digo esto, la gente se piensa que me agobia comprar cosas envueltas en plástico o en Amazon porque me siento culpable, pero no es exactamente eso (aunque también). Lo que realmente me estresa es ver en las noticias que cada año más gente muera por inundaciones, incendios, olas de calor, o que desaparezca la fauna y los espacios naturales porque los destruimos o que los gobernantes mundiales sean incapaces de pactar el final de los combustibles fósiles”, comenta el comunicador científico.

Este sentimiento de impotencia, incomprensión y agobio que genera la crisis climática se conoce como ecoansiedad. Tradicionalmente, la comunidad científica ha analizado los efectos que tienen las acciones humanas en el medioambiente y cómo las consecuencias repercuten en nuestra salud física a través de la contaminación, la propagación de enfermedades o la escasez de alimentos, entre otros. Ahora, además, se habla cada vez más sobre cómo todos estos efectos afectan a nuestra salud mental.

La ecoansiedad sería por tanto la sensación de aprensión, preocupación e incertidumbre por el alcance potencial de los impactos previstos del cambio climático, según la define a SINC María Ojala, catedrática de Psicología de la Universidad de Örebro (Suecia), que estudia cómo los jóvenes se sienten frente a las amenazas ambientales.

Este sentimiento tiene su origen en los futuros tan catastróficos que se presentan ante nosotros. Por ejemplo, cuando leemos noticias de estudios sobre el calentamiento global o cuando vemos imágenes devastadoras que se producen como consecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos.

“Uno se siente desamparado, triste, enfadado, ansioso porque ve como esos futuros se han materializado y todo parece indicar que van a ser cada vez más frecuentes”, explica a SINC Andreu Escrivà, doctor en Biodiversidad y autor del libro Y ahora yo qué hago: Cómo evitar la culpa climática y pasar a la acción.


Un problema muy presente

Sin embargo, no solo está relacionado con el futuro, sino también con el presente. Todavía se habla del cambio climático como un concepto abstracto al que tendremos que hacer frente en un futuro. Por tanto, no es un problema que involucra a la sociedad actual, sino a las futuras generaciones. Esta narrativa simplista que comparte la mayoría de la sociedad es otra de las razones que más agobian a las personas que padecen ecoansiedad. (Puede leer: Cambio climático y salud mental: nuevas pistas para entender una compleja relación)

“La gente que habla del planeta que vamos a dejar a nuestros nietos o del planeta que tendremos en 50 años… es que me hierve la sangre. Yo estoy hablando de los refugiados ambientales que tenemos hoy, de los muertos que tenemos hoy, de los que han salido en el telediario de esta mañana”, recalca Bruno Martín.

A esto se suma el sentimiento de impotencia y de culpa, ya que, a menudo, los ciudadanos preocupados por el estado del planeta no cuentan con las herramientas suficientes para afrontar este problema.

“Te sientes culpable porque existe una narrativa de que los ciudadanos tenemos que hacerlo todo (cambiar nuestros hábitos: reciclar el plástico, utilizar transporte público, comer menos carne…) y, a la vez, sentimos que los problemas climáticos son de una magnitud enorme. Por tanto, esa impotencia nos genera mucha ansiedad climática”, añade Escrivà.

El comunicador de Scienseed coincide: “Intentas hacer las cosas bien, pero el sistema te lo pone muy difícil. A mucha gente parece que le da igual y a la que no le da igual tampoco sabe muy bien que hacer”.

Dos tipos de ecoansiosos

Según el doctor en Biodiversidad, existen dos tipos de ecoansiosos. “Por un lado están las personas que acaban convencidas de que lo hacen todo mal y de que podrían hacer más [para minimizar su impacto en el medioambiente]. Eso lo tenemos que evitar porque la culpa es un sentimiento que no moviliza y que no lleva a la acción”.

Por otro lado, están los hiperperfeccionistas, es decir, “aquellas personas que, por ejemplo, no usan nada que contenga plástico, no comen carne por motivos climáticos o no se suben a un coche pase lo que pase”, explica el experto.

Sin embargo, en diferentes investigaciones se ha observado que estos perfiles tampoco movilizan. “A veces llevan a pensar que si rompemos la perfección, todo lo que hemos hecho ya no vale para nada, y eso es falso”, apunta Escrivà.

“El cambio climático no es una especie de catecismo o de deberes que haya que cumplir al 100 %. A mí como divulgador y activista, no me interesa que solo un 5 % de los españoles lo hagan todo ‘perfecto’, sino que el 80 % de la población de este país reduzca, por ejemplo, a la mitad su consumo de plástico, carne, vuelos en avión, etc.” detalla. (Le puede interesar: Una guía para hablar de cambio climático con niñas y niños)

Además, según el científico, estos perfiles hiperperfeccionistas pueden ser peligrosos si se toman como ejemplo y generan más ecoansiedad, ya que hay gente que no puede renunciar a ciertas cosas por su situación personal.

“Hay personas que pueden renunciar al plástico, pero no otras, como los médicos. Por tanto, hay que ver estos perfiles como gente que, gracias a los privilegios que tienen y a su concienciación y empuje, ha podido realizar ciertos cambios”, asevera el experto.

Más incertidumbre entre niños y jóvenes

Además, un artículo de opinión publicado en la revista BMJ señala que los niveles de ecoansiedad están en aumento, especialmente entre los niños y los jóvenes. Los investigadores del Imperial College London en Reino Unido, Mala Rao y Richard A. Powell, comentaban los resultados de una encuesta realizada en 2020 a psiquiatras infantiles de Inglaterra. Más de la mitad (57 %) de ellos atiende a niños y jóvenes angustiados por la crisis climática y el estado del medioambiente.

“Lo que les preocupa es la incertidumbre sobre el futuro, ya que cada vez hay más conciencia sobre la magnitud del cambio catastrófico que puede producirse y la urgencia de la necesidad de actuar a escala mundial”, subraya a SINC Rao.

Además, lo más frustrante para estos jóvenes es “que los gobiernos y los adultos –especialmente los que tienen influencia y poder– no parecen compartir esta preocupación por el cambio climático y la urgencia de la necesidad de actuar. Por tanto, se sienten traicionados y abandonados”, añade la experta.

Esperanza contra el cambio climático

Pero, a pesar de los ánimos, ¿hay lugar para la esperanza? A nivel político, el pacto de Glasgow alcanzado en la última Cumbre del Clima (COP26) ha sido calificado por los expertos como insuficiente ante la emergencia a la que nos enfrentamos, aunque se han establecido acciones concretas para reducir de manera significativa el uso del carbón y terminar con los subsidios a los combustibles fósiles.

Según María Ojala, la mejor estrategia para afrontar el cambio climático es tener esperanza y ampliar nuestra perspectiva: “Tenemos que ser capaces de ver los aspectos positivos, como que cada vez más gente es consciente de la crisis climática o que, a lo largo de la historia, se han resuelto problemas sociales difíciles”, explica la psicóloga.

“Grupos activistas como Extinction Rebellion consideran que de la rabia que genera la inacción de los líderes, saldrán movimientos transformadores. Yo confío más en inspirar, motivar y ofrecer esperanza. Una esperanza que requiere exigir cambios e implementarlos en nuestro día a día, eso sí.”, detalla a SINC Irene Baños, periodista especializada en temas medioambientales y autora del libro Ecoansias. (Le puede interesar: El cambio climático también es un asunto de niños y niñas)

Además, es fundamental que las personas ecoansiosas hablen de sus preocupaciones ambientales y se relacionen con personas que compartan esas inquietudes. Formar parte de un grupo de voluntariado, donde se realicen acciones beneficiosas para el medioambiente, puede tener el potencial de mejorar el bienestar de la persona y disminuir su ecoansiedad.

“Trabajar con otras personas de una edad similar y que comparten un interés común tiene la ventaja de empezar a desarrollar una resiliencia emocional como grupo, y de creer que tienen voz y que son parte de la solución”, afirma Rao.

Baños coincide: “Es importante unirse a colectivos de cualquier índole que nos hagan sentir que no estamos en soledad frente a semejante reto, que nos inspiren y nos den esperanza”.

“Y, por supuesto, sacudirnos la culpa de encima; hagamos lo que hagamos, no dejemos que la obsesión por la perfección nos aplaste o corremos el peligro de caer en la parálisis”, concluye la periodista.

FUENTE: El Espectador, 04-12-2021

domingo, 28 de noviembre de 2021

BENEFICIOS DE UNA HUERTA AL MEDIO AMBIENTE

 

A pesar que todavía muchos niegan la existencia del cambio climático, en el planeta están sucediendo hechos muy graves como sequías, inundaciones, incendios masivos, diferentes efectos meteorológicos extremos, los glaciares (reservorios del agua dulce del mundo) se están derritiendo, hay una pérdida comprobable de la biodiversidad, eventos que a su vez generan movimientos sociales y migratorios con resultados muy negativos para la vida en sociedad.

Cada uno de nosotros desde su espacio más íntimo, desde el ámbito familiar, desde las comunidades donde uno se relaciona, desde la educación ambiental en los colegios primarios, podemos contribuir a actuar de manera respetuosa y sostenible con el medio ambiente, y ayudar a mitigar el cambio climático.

Las huertas son uno de esos espacios desde donde la contribución a la lucha contra el cambio climático es altamente positivo.


La Tierra pide a gritos ayuda. Durante la Conferencia que se celebró en Madrid sobre el cambio climático, del 2 al 16 de diciembre pasado, se decretó la emergencia climática, que tiene consecuencias negativas sobre la vida de las personas en todo el mundo. Y el primer mes del año tuvimos pruebas suficientes de que el ser humano debe tomar medidas concretas y efectivas de manera urgente. Los incendios en Australia, las inundaciones en el sudeste de Brasil, una cadena de sismos que sacudieron al Caribe, la erupción del volcán Taal en Filipinas y el temporal Gloria, en España.


Con este trágico panorama, la Fundación Salud, Deporte y Educación (FuSaDE) plantea la necesidad de hacer un aporte al ecosistema desde casa con la creación de una huerta. Sin ser una solución inmediata, es un buen comienzo. “Si tenes una huerta en casa colaboras con la mejora del ecosistema: las plantas absorben el dióxido de carbono, que es el mayor gas que hay en la calle, entonces se va reciclando ese aire”, explica Juan Terradas, fundador de Verteco, que se dedica al armado y el diseño de huertas.


Y agrega: “Después, las huertas atraen mariposas, abejas, colibríes y otros insectos o aves que cumplen una función muy importante, la de agentes polinizadores. Si plantas tomates por alrededor no hay abejas o abejoros, esa planta no va a dar frutos. Para que crezca se necesita de un agente polinizador que le lleve el polen y genere esa acción”.


En su experiencia, Terrada sostiene que la mayoría de las personas que lo contactaron para armar una huerta en sus balcones, lograron adquirir algo más que un par de hortalizas o frutos. “Viviendo en la ciudad hay pocos momentos de conexión con la naturaleza y volver de la oficina y encontrarte con un rincón de verde levanta el ánimo”, dice.


Y aclara que los cuidados no requieren mayor esfuerzo: “En verano hay que regar todos los días. A la mañana, cuando no da el sol a la huerta y por la noche, que es cuando más se absorbe humedad. En invierno, cada tres días. Después, es muy importante el control de los bichos.


Puede que ataquen más a las huertas que están en un jardín. Por último, tener paciencia y saber que en primavera y verano todo crece más rápido y es temporada de frutos coloridos, como el tomate y la berenjena. En otoño e invierno, período de hojas, como espinaca y acelga, se tarda más en crecer porque los días son más fríos y cortos”.


BENEFICIOS DE LA HUERTA EN CASA

- Brinda conexión con la naturaleza

- El cuidado de la huerta es ideal como actividad en familia

- Es accesible

- Se puede armar en un espacio reducido, dentro de un cantero o en la tierra

- Posibilita el consumo del fruto y la hoja de estación

- Calidad en la alimentación (no hay uso de fertilizantes)

- Mejora del medio ambiente (sin proceso de producción costos ni desechos excesivos)


PASO A PASO PARA PRINCIPANTES:


1. Empezar con hortalizas: son fáciles porque se plantan “al voleo”, sin enterrar la semilla y aunque tienen un ciclo de vida corto (porque en verano florece muy rápido por el calor) de la flor salen nuevas semillas. Para eso, dejar que florezca, extraer las semillas, quitar de raíz la planta anterior y las tiras las semillas nuevas en la tierra.


2. Reutilizar un cajón de verdura: armar una base con una bolsa o plástico negro, hacer agujeros pequeños en el fondo para que filtre el agua. Rellenar con tierra fértil. Poner las semillas.


3. Ubicación: cuanto más sol y más luz, mejor. Pensar un lugar estratégico para que la huerta viva todo el año. En verano se requiere mucha agua, es posible que haya que regar dos veces por día.


FUENTE: Infobae, 05-02-2020

miércoles, 3 de noviembre de 2021

LAS PRUEBAS QUE DEMUESTRAN QUE EL CAMBIO CLIMÁTICO ES PRODUCIDO POR HUMANOS

 

Una fábrica echando humo a la atmósfera

FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

A pesar de los grupos "escépticos" del clima, hemos llegado al punto en que tanto los científicos como los políticos están diciendo que enfrentamos una crisis planetaria debido al cambio climático.

Recientemente, Naciones Unidas publicó un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) en el que envía "una alerta roja para la humanidad".

El mundo se prepara para la Conferencia de la ONY sobre el Cambio Climático (COP26), que se desarrolla del 31 de octubre al 12 de noviembre en Glasgow, Escocia, y se considera crucial para traer el cambio climático bajo control.

Casi 200 países tendrán que presentar planes para reducir sus emisiones, lo que que podrá significar un cambio importante en nuestras vidas diarias.

Pero, ¿cuál es la evidencia del calentamiento global y cómo sabemos que está siendo causado por humanos?

FUENTE:  BBC News Mundo, 02-11-2021

EL CAMBIO CLIMÁTICO CASTIGA A LOS CAMPESINOS CHINOS

 


Wang Yuetang, de pie en lo que era su granja de cacahuetes antes de que las lluvias torrenciales inundaran las zonas bajas y le dejaran sin cosecha de verano en el poblado de Xubao, en la provincia central de Henan, en China (AP Foto/Ng Han Guan)
Wang Yuetang, de pie en lo que era su granja de cacahuetes antes de que las lluvias torrenciales inundaran las zonas bajas y le dejaran sin cosecha de verano en el poblado de Xubao, en la provincia central de Henan, en China (AP Foto/Ng Han Guan)

Las zapatillas de Wang Yuetang se hunden en el lodo de lo que era su próspera granja de maíz y maní, mientras revisa el daño causado por un clima inestable.

Tres meses después de que las lluvias torrenciales inundaran buena parte de la provincia central de Henan, aún hay zonas de las llanuras en el corazón agrícola de China que siguen bajo varias pulgadas de agua. Es una de las muchas calamidades en todo el mundo que dan carácter de urgencia a la cumbre climática de Naciones Unidas que se celebra en Glasgow, Escocia.

“Este año no hay nada. Está todo perdido”, dijo Wang. “Los campesinos de las zonas bajas básicamente no tienen cosecha, nada”. Él perdió su cosecha de verano por las inundaciones, y a finales de octubre la tierra seguía demasiado húmeda como para plantar el cultivo de la siguiente temporada, el trigo de invierno.

En las granjas cercanas, plantas marchitas de judías y coles podridas asoman en el agua estancada, rodeadas de moscas. Algunas de las mazorcas de maíz pueden salvarse, pero como las hojas tienen moho sólo se pueden vender como pienso para animales, lo que baja el precio.

Un campo de maíz inundado meses después de las lluvias torrenciales cerca del poblado de Zhaoghuo, en la provincia central de Henan, China, el viernes 22 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)
Un campo de maíz inundado meses después de las lluvias torrenciales cerca del poblado de Zhaoghuo, en la provincia central de Henan, China, el viernes 22 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)

Las inundaciones son las peores que recuerdan los granjeros de Henan como Wang en 40 años, pero también son un adelanto de los fenómenos extremos que probablemente afrontará el país conforme el planeta se calienta y los patrones climáticos de los que dependen los campesinos de desestabilizan cada vez más.

“Conforme la atmósfera se calienta, el aire puede retener más humedad, de modo que cuando se producen tormentas puede haber más precipitaciones extremas”, explicó Richard Seager, científico climático de la Universidad de Columbia. “Es extremadamente probable que el cambio climático provocado por el ser humano provocara las inundaciones extremas que vieron este verano en lugares como China y Europa”.

China, el país más poblado del mundo con 1.400 millones de personas, es ahora el mayor contribuyente al cambio climático, responsable de en torno al 28% de las emisiones de dióxido de carbono que calientan el planeta, aunque Estados Unidos es el mayor emisor a nivel histórico.

Mientras los líderes mundiales participaban esta semana en la cumbre climática, China ha sido criticada por no establecer un calendario más ambicioso para abandonar los combustibles fósiles.

Vegetales pudriéndose en campos anegados meses después de que la lluvia torrencial inundara la zona del poblado de Zhaoguo, en la provincia central de Henan, China, el viernes 22 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)
Vegetales pudriéndose en campos anegados meses después de que la lluvia torrencial inundara la zona del poblado de Zhaoguo, en la provincia central de Henan, China, el viernes 22 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)

El presidente Xi Jinping, que no ha salido de China desde el inicio de la pandemia del COVID-19 y no asistirá a la cumbre, aunque envió un negociador veterano, ha dicho que el país alcanzará emisiones neutras de dióxido de carbono antes de 2030. Los críticos dicen que no es suficiente.

Las previsiones del gobierno chino pintaban un futuro preocupante: un aumento del nivel del mar que amenaza a las ciudades costeras como Shanghái, Guangzhou y Hong Kong y un deshielo de glaciares y permafrost que pondría en peligro el suministro de agua de China y grandes proyectos de infraestructuras como los ferrocarriles en la meseta tibetana.

Científicos destacados del gobierno también predicen un aumento de las sequías, olas de calor y aguaceros extremos en toda China que amenazan las cosechas y ponen en peligro embalses y represas, incluida la Presa de las Tres Gargantas.

Entre tanto, la gente en China ya sufre el golpe del cambio climático. Y en un patrón repetido en todo el mundo, los que menos han contribuido al calentamiento y tienen menos recursos para adaptarse a menudo sufren más sus efectos.

El agricultor Qin Shixian levanta una lona para mostrar el interior inundado de su invernadero en el poblado de Zhaoguo, en la provincia central de Henan, China, el viernes 22 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)
El agricultor Qin Shixian levanta una lona para mostrar el interior inundado de su invernadero en el poblado de Zhaoguo, en la provincia central de Henan, China, el viernes 22 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)

A finales de julio, los noticieros en China empezaron a emitir imágenes de lluvias torrenciales que anegaban la capital provincial Zhengzhou, en Henan. En un momento dado cayeron 20 centímetros (8 pulgadas) de agua en una hora. El agua arrastró autos, inundó el metro e hizo que la gente tuviera que vadear calles con el agua hasta la cintura. Más de 300 personas murieron cuando la megaciudad se convirtió en una Venecia accidental, con sus autopistas convertidas en canales embarrados.

Incluso cuando pasaron las tormentas más dramáticas, el agua siguió inundando los campos cercanos, una zona llana y fértil.

La economía local depende del maíz, el trigo y las verduras, y otras regiones en China dependen de la comida producida en Henan. Casi 1,2 millones de hectáreas (3 millones de acres) de terrenos de cultivo se inundaron, según el gobierno local, que estimó unos daños de 18.000 millones de dólares.

“Todo lo que podía hacer entonces era ver a los cielos llorar, llorar, llorar cada día”, recordó Wang, el productor de maní.

Qin Shixian reacciona mientras habla sobre el impacto de las inundaciones, en el poblado de Zhaoguo, en la provincia central de Henan, China, el viernes 22 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)
Qin Shixian reacciona mientras habla sobre el impacto de las inundaciones, en el poblado de Zhaoguo, en la provincia central de Henan, China, el viernes 22 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)

Entre los campesinos de Henan se compartieron un número limitado de bombas rudimentarias. La gente extendía los tubos de plástico blando por los campos para drenar el agua, aunque iban reventando y los campesinos tenían que correr para tapar los agujeros.

Una campesina de 58 años que sólo se identificó por su apellido, Song, dijo que el agua había cubierto todo lo que poseía; su casa, muebles, campos, material agrícola.

“No se cosechó nada. Este año, la gente corriente ha sufrido todo el año”, dijo. “La gente normal es la que más sufre”.

“Hemos trabajado tan duro, rompiéndonos la espalda (...) sin ganar un centavo, me duele el corazón”, dijo Hou Beibei, una agricultora que aún tiene inundados sus sencillos invernaderos, lonas de plástico que cubren cultivos de berenjena, ajo y apio. El agua se llevó su duro trabajo.

Hou Beibei, de pie junto a su granja inundada, en la que no se puede plantar, en el poblado de Zhaoguo, en la provincia central de Henan, China, el viernes 22 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)
Hou Beibei, de pie junto a su granja inundada, en la que no se puede plantar, en el poblado de Zhaoguo, en la provincia central de Henan, China, el viernes 22 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)

Ella estaba preocupada por sus dos hijos pequeños. “La matrícula escolar de los niños y los costes de mantener a toda la familia dependen de esta tierra”, dijo.

China registró otro desastre natural asociado al clima este verano. En julio, el mes más cálido en el planeta en 142 años de registros, según expertos meteorológicos estadounidenses, una enorme masa de algas tóxicas de color verde azulado se extendió por 1.748 kilómetros cuadrados (675 millas cuadradas) de aguas costeras ante la próspera ciudad de Qingdao, y complicó la navegación, la pesca y el turismo. Los noticieros estatales mostraban imágenes de gente retirando montones de algas con camiones.

Otra amenaza para las provincias costeras chinas es la subida del nivel del mar. Los registros del gobierno muestran que el mar ya ha subido unos 122 milímetros (4,8 pulgadas) entre 1980 y 2017, y estima que en los próximos 30 años podría ascender entre 70 y 160 milímetros (de 2,8 a 6,3 pulgadas).

Como gran parte de las zonas costeras de China son llanas, “un ligero aumento en el nivel del mar agravará la inundación de una gran extensión de terreno”, destruyendo lujosas propiedades junto al mar y hábitats cruciales, según un reporte del gobierno.

Un campesino intenta reparar tubos de plástico utilizados para drenar terrenos de cultivo inundados meses después de las lluvias torrenciales en un poblado cerca de la ciudad de Weihui, en la provincia central de Henan, China, el sábado 23 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)
Un campesino intenta reparar tubos de plástico utilizados para drenar terrenos de cultivo inundados meses después de las lluvias torrenciales en un poblado cerca de la ciudad de Weihui, en la provincia central de Henan, China, el sábado 23 de octubre de 2021. (AP Foto/Ng Han Guan)

“Creo que estos impactos están provocando una concienciación nacional. Creo que la gente cada vez se pregunta más, ‘¿por qué ocurren fenómenos climatológicos extremos como estos? ¿Cuáles son las causas?’”, dijo Li Shuo, experto de política climática de Greenpeace para Asia Oriental en Beijing.

“Creo que esto ha hecho que los legisladores chinos y el público general se den cuenta de que en efecto estamos en una emergencia climática”, afirmó.


FUENTE: Infobae, 02-11-2021