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lunes, 20 de julio de 2020

LOS KOALAS PODRÍAN EXTINGUIRSE EN AUSTRALIA EN 2050

Koala
Desde los años noventa, el 80 % de los koalas han desaparecido por la destrucción de los bosques de eucalipto de Australia.


Los koalas podrían extinguirse del este de Australia para el 2050 a raíz de la continua destrucción de sus hábitat y los cada vez más frecuentes desastres naturales que azotan la región, según un informe oficial publicado este martes y que pide una mayor protección medioambiental.


Conforme a los estudios del ecologista Oisin Sweeney, habría entre 15.000 y 20.000 koalas salvajes en el oriental estado de Nueva Gales del Sur, que el pasado verano austral sufrió desvastadores incendios, si bien las cifras de animales son complicadas de establecer, apunta un informe de un comité del senado regional.

"Antes de los incendios, los guardabosques nos habían informado que los koalas que se llevaban para cuidarlos estaban deshidratados y desnutridos debido a la sequía, las olas de calor y la escasez de agua", dijo a los periodistas Cate Faehrmann, presidenta del comité.

Los incendios del pasado verano austral mataron al menos a 5.000 koalas de acuerdo al informe parlamentario, que recalca que "la continua destrucción de sus hábitat en favor de la agricultura, el desarrollo, la minería o la sivicultura han impactado severamente a la mayoría de las poblaciones de koalas durante varias décadas".


En años previos a estos incendios forestales los koalas ya afrontaban una difícil situación por los periodos de fuertes sequías y la fragmentación de sus hábitats por el desarrollo humano, de acuerdo al documento al que tuvo acceso Efe.

A estas amenazas se suman el impacto del cambio climático, accidentes al cruzar carreteras, los ataques de otros animales salvajes y domésticos y la enfermedad de la clamidia, que les provoca lesiones en los genitales y los ojos, les causa infertilidad y ceguera, y los consume lentamente hasta la muerte.

Tras la publicación del informe, que dio 42 recomendaciones, la filial australiana del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, siglas en inglés) pidió la actuación inmediata del gobierno para modificar las leyes de desmonte y tala de árboles en Nueva Gales del Sur.

"El gobierno de Nueva Gales del Sur no ha podido impedir que el núcleo del hábitat de los koala sea arrasado en tierras privadas o talado en los bosques estatales costeros. No hay árboles, no hay koalas", dijo en un comunicado Stuart Blanch, portavoz de WWF-Australia.

Un informe de WWF publicado en 2018 reveló que desde que se eliminó la Ley de Vegetación Nativa en agosto de 2017, la tasa de la tala de bosques se ha triplicado hasta totalizar las 8.194 hectáreas en el norte del citado estado australiano.

El koala (Phascolarctos cinereus), que en lengua aborigen significa "sin beber" -en alusión a que el 90 por ciento de su hidratación proviene de las hojas de eucalipto que come-, es endémico de Australia y está considerado como especie vulnerable en varios territorios del país.

FUENTE: El Tiempo, 01-07-2020

A QUE SE DEBE LA APARICIÓN DE HIELO ROSA EN LOS ALPES ITALIANOS

Hielo rosado


Científicos italianos estudian la misteriosa aparición de glaciares rosados en los Alpes, causado, al parecer, por algas que aceleran los efectos del cambio climático y que se han visto previamente en Groenlandia.


El tema ha generado debate, sin embargo, según le dijo Biagio Di Mauro, del Consejo Nacional de Investigación de Italia al periódico The Guardian, la nieve rosada observada en partes del glaciar Presena probablemente sea causada por la misma planta conocida como Ancylonema nordenskio que se encuentra en Groenlandia. 

"La alga no es peligrosa, es un fenómeno natural que ocurre durante los períodos de primavera y verano en las latitudes medias, pero también en los polos", le dijo Di Mauro, quien había estudiado previamente las algas en el glaciar Morteratsch en Suiza a The Guardian


Mario Picazo, profesor de Meteorología y Cambio Climático en la Universidad de California, explicó en su cuenta de Twitter cómo esta alga genera el derretimiento de los glaciares

"En los glaciares de los Alpes y en muchas otras zonas del planeta donde la superficie está cubierta de hielo, se refleja una gran cantidad de radiación solar. El elevado albedo (capacidad reflectiva de una superficie) de hielo y nieve son fundamentales para el clima terrestre. Normalmente, el hielo y la nieve, dependiendo de su composición y color pueden reflejar entre un 80 % y 95 % de la radiación solar de vuelta a la atmósfera. Pero, si como en te caso, el color de la superficie helada se oscurece (rosado) el valor del albedo puede ser menor", escribió Picazo.

A esto agregó: "Como ocurre este verano en algunas zonas de los Alpes Italianos (Glaciar de Presena) si aparece el alga, el hielo oscurecido absorbe más calor y acelera su fusión. Eso acelera aún más la proliferación de algas que a su vez aceleran la fusión del hielo", dijo. 

(Lea: El paso a paso de cómo cayó banda de asaltantes de joyería)

El fenómeno de la nieve rosa se ha observado en distintas montañas del mundo cuando el calor derrite los restos de nieve del invierno. Muestras de "nieve de sandía" han sido recogidas en glaciares en Groenlandia, Noruega, Islandia, Suecia e Italia.

"En las dos últimas décadas han desaparecido más de 200 glaciares en los Alpes debido al calentamiento global y se quiere evitar que el Presena engrose la lista de desaparecidos", dijo Picazo. 

FUENTE: El Tiempo, 07-07-2020

LA PANDEMIA: "UNA OPORTUNIDAD DE ORO PARA FRENAR EL CAMBIO CLIMÁTICO"

Cambio Climático
Con precauciones, jóvenes de todo el mundo siguen sosteniendo las movilizaciones ‘Viernes para el Futuro’, esta sucedió en Hamburgo.

El covid-19 ya llevó a la muerte de más de 600.000 personas en el mundo, enfermó a millones y sigue causando estragos. Pero, como dice el refrán –y sin pretender minimizar esta tragedia humana de manera alguna–, no hay mal que por bien no venga. Si tomamos las decisiones correctas, tal vez la pandemia le haya tendido una mano a la humanidad para lidiar con el desafío mucho mayor del cambio climático.

Antes de que el coronavirus nos golpeara, los activistas como yo habíamos prácticamente renunciado a la esperanza de que el mundo cumpliría la meta del pacto climático de París de limitar el calentamiento global a entre 1,5 y 2 °C sobre los niveles preindustriales, parecía que en lugar de eso el mundo se calentaría entre 3 y 4 °C.

Eso sería una catástrofe planetaria, perderíamos todos los arrecifes de coral del mundo y la mayoría de los bosques tropicales, al tiempo que el calor en muchas de las regiones más densamente pobladas se tornaría insoportable. La producción de alimentos se desplomaría, amenazando con hambrunas e inanición cuando las cosechas fracasaran en los principales graneros del mundo.

El covid-19 alineó los imperativos económicos y climáticos. Si aprovechamos esta oportunidad histórica, el 2020 será recordado como el año en que la humanidad derrotó a la pandemia y salvó al planeta.

Ahora, sin embargo, nada de eso tiene que ocurrir, el coronavirus nos ha obligado a bloquear las economías en tal medida que las emisiones de dióxido de carbono cayeron en picada. Todos vimos la evidencia: cielos más azules, ciudades libres de esmog, y peatones y ciclistas que reemplazan a los automóviles contaminantes. Los científicos estiman que las emisiones mundiales de CO2 caerán hasta el 7 % este año y mantener ese nivel de reducción de las emisiones anuales pondría nuevamente al mundo camino a cumplir la meta de 1,5-2 °C. Eso a su vez salvaría los arrecifes de coral y los bosques tropicales, evitaría crisis mundiales de refugiados, limitaría el elevamiento del nivel del mar y mantendría la mayor parte del casquete glaciar ártico congelado.

Coincidencia afortunada

Pero aunque la crisis actual nos dio una oportunidad inesperada para el clima, obviamente no podemos mantener los confinamientos para siempre. Millones de personas están desempleadas y un cierre económico prolongado tendría un efecto catastrófico, principalmente para los más pobres.

Afortunadamente, la opción que enfrentamos no es entre el colapso económico y la crisis climática, gracias a una coincidencia extremadamente afortunada el mundo puede y debe invertir con urgencia billones de dólares en descarbonización justo cuando la economía mundial necesita con urgencia un enorme estímulo para que la gente vuelva a trabajar. Para contribuir al financiamiento de estas medidas, de este gran cambio, países como EE. UU. y el Reino Unido (RU) deberían emitir bonos gubernamentales con vencimientos a 50 o incluso 100 años. Como las tasas de interés para la deuda gubernamental en algunas de las economías avanzadas son hoy negativas, los tesoros nacionales podrían captar grandes cantidades de dinero con un costo muy bajo a corto plazo. Y debido a que la deflación es actualmente un riesgo mucho mayor que la inflación, crear dinero adicional a través de emisiones de bonos ayudaría a evitar una depresión económica mundial.

Gracias a una coincidencia extremadamente afortunada el mundo puede y debe invertir con urgencia billones de dólares en descarbonización justo cuando la economía mundial necesita un enorme estímulo.

Hay quienes pueden objetar la moralidad de que los gobiernos se endeuden y sean nuestros hijos y nietos quienes deban pagarlo, pero emitir deuda pública a largo plazo para lidiar con un desafío que afecta a nuestra civilización dista de ser inaudito. El RU, por ejemplo, recién terminó de pagar la deuda pendiente por la Primera Guerra Mundial en 2014, y los ciudadanos de ese país son hoy cinco veces más ricos en términos per cápita que la generación que combatió en la guerra. Si suponemos que el crecimiento económico continuará durante el próximo siglo, nuestros descendientes estarán aún mejor, lo que aliviará la carga futura de los servicios de la deuda.

Cuestión de dinero

Solucionar el cambio climático exige gigantescas inversiones de capital. Garantizar un clima habitable durante la segunda mitad de este siglo requiere escalar lo suficiente las tecnologías de energías renovables –como la solar y la eólica– para reemplazar los combustibles fósiles como principales proveedores de energía primaria. Además, tendremos que producir combustibles líquidos, probablemente amoníaco e hidrocarburos sintéticos, a una escala incluso mayor que la energía eléctrica para descarbonizar la navegación, la aviación y procesos industriales como la producción de acero. La nueva generación de tecnologías nucleares, como los reactores modulares avanzados (AMR, por su sigla en inglés), tendrá un papel fundamental en este esfuerzo.

Para contribuir al financiamiento de estas
medidas, de este gran cambio, países como EE. UU. y el Reino Unido deberían emitir bonos gubernamentales con vencimientos a 50 o incluso
100 años.

Las grandes inversiones de infraestructura son por naturaleza proyectos de largo plazo y el costo del capital se debe reducir si queremos que las tecnologías limpias desplacen a los combustibles fósiles. Los gobiernos pueden pedir prestados los montos necesarios a tasas mucho menores que el sector privado y las inversiones resultantes generarán millones de puestos de trabajo para reemplazar los que se perdieron en las industrias sucias y contribuir a reactivar la economía mundial tras la pandemia. El RU ya emitió bonos por 72.000 millones de libras (90.000 millones de dólares) con vencimientos a 50 años o más, que comenzarán en 2055. El RU y otros países podrían emitir 50 veces más deuda, rescatables a fines de este siglo, para colaborar con el financiamiento de la inversión necesaria para superar el desafío climático.

Esos bonos con vencimientos a largo plazo serían un activo seguro para los fondos de pensiones y otros inversores a largo plazo y además les ofrecerían una alternativa para liquidar permanentemente sus inversiones en combustibles fósiles. Después de todo, no habrá activos ‘seguros’ en un mundo con creciente daño climático.

No sugiero que los gobiernos presten apoyo financiero a las tecnologías limpias indefinidamente: el desafío es reducir sus costos –como se logró exitosamente con la energía solar– a través de la investigación y la implementación a escala, hasta que las tecnologías limpias sean más baratas que los combustibles fósiles y la transición energética sea autosostenible.

La crisis por el covid-19 alineó más que nunca los imperativos económicos y climáticos. Si aprovechamos esta oportunidad histórica, las generaciones futuras seguramente recordarán 2020 como el año en que la humanidad logró tanto derrotar a la pandemia como salvar al planeta.

El calentamiento le costará al mundo el 20 % de su PIB

Un estudio de Oxford Economics, una empresa de pronósticos globales, reveló hace poco que las temperaturas previstas por culpa del calentamiento global podrían reducir el PIB mundial en más de un 20 % para el año 2100. Y añadió que la forma en que se distribuirá ese impacto económico amenaza con convertir el cambio climático en un enorme impulsor de la desigualdad mundial.

Los países cuyas temperaturas anuales promedio actuales son más bajas que 15 °C, incluidos los de América del Norte y la mayor parte de Europa, se beneficiarán ligeramente a corto plazo del aumento de las temperaturas, pero los países tropicales y subtropicales cuyas temperaturas promedio ya son más cálidas que eso enfrentarán una degradación económica catastrófica. Oxford Economics señala, por ejemplo, que

India sigue una trayectoria particularmente ruinosa, con un PIB que caería hasta un 90 % para 2100 si el mundo no frena el cambio climático en curso.

El documento supone una trayectoria de emisiones que podría elevar las temperaturas promedio globales en hasta 3 °C si no se producen esfuerzos más agresivos para detenerlas.Bloomberg.

Se vienen años más calurosos

La Organización Meteorológica Mundial (OMM), un organismo dependiente de Naciones Unidas, predijo a comienzos de este mes que todas las regiones del planeta, con excepción de algunas zonas oceánicas australes, tendrán de aquí al 2024 una temperatura media mayor a la de años recientes.

La temperatura media global se mantendrá al menos un grado centígrado por encima de los niveles preindustriales en el lustro 2020-2024, pero con un 20 % de posibilidades de que en alguno de esos años se eleve 1,5 grados, advirtió la OMM.
El organismo también predice un clima más húmedo en regiones de alta latitud y en el Sahel, y por el contrario, más seco en el norte y este de Suramérica.

Anomalías de la presión a nivel del mar apuntan a que el Atlántico Norte podría presentar vientos en dirección oeste más fuertes, lo que podría causar climas más tormentosos en Europa Occidental, agrega el estudio.

El calentamiento del Ártico será probablemente más de dos veces superior a la media mundial este año. Muchas regiones de Suramérica, África Austral y Australia tendrán condiciones más secas (menos lluvias) que en los últimos años.

Los datos “muestran el enorme reto que queda para cumplir el Acuerdo de París, con su objetivo de mantener el alza de temperatura este siglo muy por debajo de los 2 grados por encima de los niveles preindustriales”, subrayó el secretario general de la OMM, Petteri Taalas, quien recordó que el pasado lustro 2015-2019 ya fue el más caluroso del que se tiene registro.

La pandemia del covid-19 “ha provocado una grave crisis sanitaria y económica a nivel mundial, pero si no luchamos contra el cambio climático, el bienestar humano, los ecosistemas y las economías podrían verse amenazados durante siglos”, remató el finlandés Taalas.Con información de Efe y AFP

FUENTE: El Tiempo, 19/07-2020

viernes, 17 de julio de 2020

MÉXICO ACTÚA COMO SI EL CAMBIO CLIMÁTICO NO EXISTIERA Y APUESTA AL CARBÓN


Después del anuncio de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) quien presumió la compra de dos millones de toneladas de carbón como parte de su programa para apoyar a pequeños productores entre 2020 y 2021 sobran evidencias de que el gobierno de México insiste en apostar a la producción energética mediante fuentes sucias basadas en un modelo neoextractivista que nos alejan de una recuperación económica más justa y más verde.

Con la excusa del apoyo a las comunidades pequeñas y medianas de productores de carbón y el fortalecimiento económico de la actividad en Coahuila, el gobierno mexicano sigue teniendo una visión de la reactivación desactualizada y sin visión de futuro, que además perpetúa fuentes laborales precarias y con impactos a la salud y al medio ambiente altísimos, un ejemplo reciente es Pasta de Conchos, justamente en el estado de Coahuila, donde perdieron la vida 65 mineros cuyos cuerpos aún no han sido rescatados. 

Cabe recordar que México tiene compromisos internacionales y en las leyes nacionales para disminuir sus emisiones de gases efecto invernadero en 22% para el 2030 y particularmente 51%  de cabono negro para el mismo año, metas que resultarán imposibles de cumplir de continuar con este modelo altamente contaminante.

Energía sucia en México
Energía sucia en México

La quema de carbón es el factor antropogénico que más contribuye al cambio climático. Casi la mitad de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) son originadas por el uso energético del carbón (IEA, 2019). Igualmente, el uso de carbón es una fuente importante de contaminación para el aire, el agua y el suelo, sobre todo tomando en cuenta la cadena de producción completa, que se basa en procesos extractivos que tienen serias implicaciones a la salud de las comunidades aledañas y de los trabajadores de las minas.

En México, el carbón contribuye solamente con el 10% del total de electricidad generada, sin embargo representa una cuarta parte de las emisiones de GEI del sistema eléctrico de acuerdo al PRODESEN 2019. Por otro lado, es responsable de una enorme cantidad de emisiones de dióxido de azufre que ponen a nuestro país en el cuarto lugar mundial y con tres de los puntos críticos de emisiones en el mundo: el pozo petrolero Cantarell, la central carbonífera de Petacalco y la termoeléctrica de Tula. 

La energía sucia afecta el medio ambiente y la salud de las personas
La energía sucia afecta el medio ambiente y la salud de las personas © Greenpeace

Tenemos que recordarle al gobierno de México y en particular a Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que la generación de empleos no debe ser a costa del medio ambiente. El futuro está en crear mecanismos de generación de empleos verdes, existen diversos estudios que resaltan las importancia de trazar rutas de eliminación del carbón en la matriz eléctrica, poniendo énfasis en el apoyo a las comunidades y en la generación de proyectos de valor que les den alternativas seguras de desarrollo.

La reciente pandemia ha puesto en evidencia la necesidad de proteger los ecosistemas ya que su origen tiene que ver con su acelerada degradación de los mismos producto de una interacción equivocada entre los seres humanos y su medio ambiente. Quemar carbón para alimentar un modelo voraz de consumo de energía es la estrategia equivocada.

Mientras países como España o Costa Rica dan pasos agigantados hacia la descarbonización, en México seguimos atrapados en una política que pretende revivir las glorias mexicanas del petróleo y otros combustibles sucios como el carbón. Ya en el pasado hemos denunciado la necesidad de descarbonizar la matriz energética, exigiendo el fin del uso del carbón para generar electricidad; y a pesar de los pequeños avances que se habían visto en los últimos años, esta administración da un destacado retroceso en esta materia.

Oil Platform Fire Gulf of Mexico. © Greenpeace
Pongamos fin a la energía sucia © Greenpeace

Desde Greenpeace México somos enfáticos en recordar, una vez más, que el futuro debe ser más justo y más verde y para ello debemos pensar en el bienestar de la población en el mediano y largo plazo, en las generaciones futuras. Esto nos implica repensar nuestra matriz energética y fortalecer un modelo de generación descentralizado que ayude a combatir la pobreza energética en la que se encuentran muchos de nuestros compatriotas, comunidades alejadas y periféricas de los grandes centro urbanos a través de recursos que en nuestro país son abundantes como el sol y el viento. No podemos pensar que la solución a la inequidad y a la pobreza está en la exacerbación de una crisis climática que ya está afectando de manera desproporcionada a las personas más vulnerables de nuestro país.

FUENTE: Green Peace, 16-07-2020


EL CAMBIO CLIMÁTICO PROVOCÓ LA OLA DE CALOR EN SIBERIA EN 2020


El pasado 21 de junio, varios chicos juegan en el lago Krugloe, en las afueras de Verkhoyansk, República de Sajá, en Siberia.
El pasado 21 de junio, varios chicos juegan en el lago Krugloe, en las afueras de Verkhoyansk, República de Sajá, en Siberia.AP

Casi imposible de ocurrir sin el calentamiento global provocado por el hombre, la extraña ola de calor siberiano de este año está produciendo la huella más evidente de clima extremo relacionada con el cambio climático, según un estudio difundido este miércoles.

En el estudio, científicos de diversos países encontraron que el efecto invernadero incrementó al menos en 600 veces la posibilidad de un calor prolongado en la región, y quizá decenas de miles de veces.

En la investigación, que no ha sido revisado por pares, el equipo examinó las altas temperaturas de enero a junio en Siberia, donde un día alcanzaron los 38 grados Celsius (100° Fahrenheit), un nuevo récord en el Ártico.

Los científicos del Reino Unido, Rusia, Francia, Holanda, Alemania y Suiza utilizaron 70 modelos climáticos que efectuaron miles de simulaciones que compararon las condiciones actuales con las de un mundo sin el calentamiento causado por la quema de carbón, petróleo y gas. Encontraron que, sin cambio climático, el tipo de calor prolongado que afecta a Siberia ocurriría una vez en 80 mil años, siendo “imposible sin la influencia humana”, dijo el principal autor del estudio, Andrew Ciavarella, científico de la Oficina Meteorológica de Reino Unido.

Este estudio —coordinado por el programa World Weather Attribution (WWA)— se efectuó en dos semanas y no ha sido publicado en ningún medio científico importante. Pero los investigadores especializados en estos estudios en tiempo real para buscar huellas del cambio climático en sucesos extremos por lo general difunden después sus trabajos en alguna publicación con revisión paritaria y utilizan métodos que según científicos externos son estándar y están probados. En su anterior trabajo, la WWA encontró que algunos fenómenos meteorológicos extremos no se debieron al cambio climático.

Sin embargo, la ola de calor siberiana de 2020 sobresalió entre las muchas estudiadas, dijo la colíder del equipo de asignación, Friederike Otto, directora interina del Instituto del Cambio Ambiental de la Universidad de Oxford.

“Definitivamente a partir de todo lo que hemos hecho esto es la señal más fuerte que hemos visto”, afirmó Otto.

El equipo examinó las temperaturas promedio en Siberia de los primeros seis meses del año, cuando promediaron 5° C (9° F) arriba de lo normal y se registró la máxima de 38° C (100° F) en junio en la ciudad rusa de Verkhoyansk. Ninguna podría haber sucedido en un mundo sin gases de efecto invernadero derivados de la quema de combustibles fósiles, afirmó Ciavarella.

Los científicos dijeron que el calor se sumó a los problemas de los amplios incendios forestales, brotes de plagas y el derretimiento del permafrost que causó un enorme derrame petrolero en un oleoducto.

El derretimiento del permafrost también puede causar la liberación de enormes cantidades de gases de efecto invernadero atrapados bajo el suelo congelado, lo que podría agravar el calentamiento, dijeron los investigadores.

Al menos 10 científicos externos consultados por la agencia AP dijeron que este estudio era científicamente sólido, pues utilizó técnicas establecidas y adecuadas.

FUENTE: El Financiero,  15-07-2020

jueves, 16 de julio de 2020

LA INDUSTRIA DEL COBRE Y SU COMPROMISO CON LA PRODUCCIÓN RESPONSABLE



Comenzó una serie de webinars gratuitos Copper Matters —organizados por Cesco (Centro de Estudios del Cobre y la Minería) y CRU—, cuyo objetivo es complementar la Conferencia Mundial del Cobre. Como ellos dicen, la intención es descubrir lo que es “importante en la industria del cobre, ya que los líderes e innovadores comparten lo que realmente piensan sobre el futuro”.

El martes 7 de julio, a las 9 y media de la mañana (hora de Chile), se realizó el primer seminario web: The Copper Mark: El compromiso de la industria con la producción responsable”. 

The Copper Mark comenzó en abril de 2019 como parte de los esfuerzos de la International Copper Association (ICA) para que toda la cadena de suministro de cobre esté a la altura de las crecientes normas y expectativas de una producción responsable de cobre. La organización brinda a las operaciones de cobre una forma tangible de demostrar sus mejores prácticas y su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Se centra sobre todo en el ODS 12: garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles.

El primer episodio contó con la participación de Michèle Brülhart, directora ejecutiva de The Copper MarkGeorgina Hallett, Chief of Staff de la Bolsa de Metales de Londres, y Alan Chirgwin, vicepresidente de Ventas y Marketing para Cobre y Diamantes en Rio Tinto.

The Copper Mark definió qué significa la producción responsable y creó un estándar que incluye 32 criterios relacionados a aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, explicó Michèle Brülhart. “Abarcamos desde la integridad empresarial hasta el trabajo infantil, los derechos humanos, la biodiversidad, la emisión de gases de efecto invernadero, o la gestión de relaves, cubriendo todos los temas principales; nuestra visión es ayudar a la industria del cobre a aplicar estas buenas prácticas, medirlas, comunicarlas y ser reconocido por eso”.

 

VIENEN LOS AUTOS ELÉCTRICOS 

Georgina Hallett, de la Bolsa de Metales de Londres, explicó cómo la entidad ha adoptado el requisito de abastecimiento responsable de metales y que, luego de escuchar a las 50 firmas que trabajan con ellos, decidieron que debían jugar un rol protagónico en el proceso. The Copper Mark se presentó como una oportunidad, explicó Georgina Hallett, definiendo un proceso claro y pragmático. “Queríamos usar un sistema que fuera transparente y que contara con estándares, porque ambas son herramientas muy poderosas en sí mismas, y juntas pueden realmente facilitar el avance del mercado en la materia”. 

FUENTE: Generación de Cambio, 15-07-2020

LA EMPRESA TEXTIL COTTON USA Y SU COMPROMISO CON LA SUSTENTABILIDAD



La sustentabilidad futura del planeta exige acciones presentes. La sociedad y las industrias están conscientes de ello, y particularmente el sector textil, quien ha asumido con gusto su compromiso de cuidar el medio ambiente.

COTTON USA lo hace de la mano con la innovación constante, la transparencia y la calidad más alta. Tres cualidades de un tejido sólido.

La innovación se ve reflejada en contar con la tecnología más moderna al servicio de la protección del agua, del aire y del suelo.

Gracias a sistemas de riego controlados por computadora, los agricultores hacen un uso cada vez más eficiente del agua y de los productos para proteger los sembradíos.

Detectores de humedad identifican dónde hace falta el líquido y allí lo liberan, en un área específica del terreno.

Así funciona la agricultura de precisión, que cuenta incluso con naves aéreas no tripuladas para “mapear” los campos y saber, con exactitud absoluta, dónde se necesitan recursos y aplicarlos allí.

La calidad caracteriza al algodón de Estados Unidos: para sembrarlo y producirlo se siguen las normas estrictas del US Cotton Trust Protocol, el cual garantiza que cada paso en la industria respete siempre al medio ambiente.

El camino seguido por el algodón estadounidense desde la siembra hasta su llegada a las empresas puede ser trazado. En este sentido, cada paca de algodón estadounidense tiene una etiqueta que permite saber dónde, cuándo y cómo se cosechó, se desmontó y se clasificó.

Ningún otro país ofrece tales niveles de garantía. Y tampoco agricultores de otras latitudes guían su trabajo por regulaciones ambientales tan estrictas como las que contiene el US Cotton Trust Protocol.

La apuesta irrenunciable por la sustentabilidad ha dado los frutos esperados. Cada una de las 18,000 fincas algodoneras de Estados Unidos ha producido algodón de manera sustentable en los últimos 40 años. Hoy utilizan 82% menos agua y 38% menos energía. Además, han logrado reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un 30% y dos terceras partes de las tierras dedicadas al cultivo del algodón utilizan únicamente agua de lluvia.

El compromiso con el planeta es natural, firme y resistente.  Así es también en Azul Textil y Aztlán Textil, empresas mexicanas licenciatarias de COTTON USA, quienes fueron fundadas en 1965 y han hecho de la renovación constante una de sus señas de identidad.

Las empresas que utilizan algodón de Estados Unidos ven hacia adelante en el campo de la protección de la naturaleza y ofrecen como un ejemplo sobresaliente de ello el parque solar en techo más grande de Puebla y de Tlaxcala, en México.

La energía solar es una de las más limpias con las que se cuenta, está prácticamente libre de contaminantes y tiene una bajísima emisión de gases de efecto invernadero.

Además, las compañías no utilizan agua en la fabricación de sus productos, por lo tanto, no generan agua contaminada y no emiten humos ni tóxicos.

A la hora de empacar los productos, únicamente utilizan materiales que puedan ser reciclados y aporta algo más: el reciclaje de los desperdicios textiles, que son después utilizados en la fabricación de productos nuevos.

COTTON USA junto a Azul Textil y Aztlán Textil hilan lo mejor con la mira puesta en un planeta sostenible y protegido.

FUENTE:  Forbes México, 14-07-2020