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domingo, 31 de marzo de 2024

El lago en Canadá identificado como la zona cero del Antropoceno, la época geológica definida por el impacto humano en la Tierra


El lago Crawford, un pequeño cuerpo de agua en Ontario, Canadá, se está proyectando como el lugar que mejor registra los impactos de la humanidad sobre la Tierra.

Los científicos están tratando de definir una nueva época geológica para reconocer los cambios que hemos hecho en el planeta, y el lago Crawford es su modelo.

Sus sedimentos han capturado las consecuencias de la intensa quema de combustibles fósiles e incluso el plutonio de las pruebas de bombas atómicas.

Los lodos serían un símbolo del inicio de la propuesta época del Antropoceno.

Los investigadores quieren reconocer su importancia convirtiéndolos en una "punta dorada", o más correctamente, en lo que se conoce como Sección Estratotipo y Punto de Límite Global (GSSP, por sus siglas en inglés).´

Otras grandes transiciones en el tiempo geológico están asociadas con un GSSP. A menudo, es literalmente un clavo de bronce inserto en algún acantilado que se considera de gran importancia científica.

Pero para Crawford, sería una placa de bronce junto a una sección congelada de los sedimentos, conservada en un museo en la capital canadiense, Ottawa.

"Crawford es simplemente brillante para esto", explicó Simon Turner, investigador del University College de Londres.

"Un núcleo de los lodos de su fondo parece una enorme paleta sucia, pero contiene estos hermosos sedimentos laminados anualmente”, señaló.

"Esas capas anuales registran productos de la combustión de combustibles fósiles, plutonio, cambios en la geoquímica, cambios en la microecología, todo tipo de cosas que marcan el cambio ambiental", agregó Turner, quien es secretario del Grupo de Trabajo sobre el Antropoceno (AWG, por sus siglas en inglés), a la BBC.

¿El comienzo del Antropoceno?

Es posible que hayas visto la famosa tabla cronoestratigráfica que aparece en los libros de texto y en las paredes de las aulas escolares, que detalla la historia de la Tierra de 4.600 millones de años.

Sus bloques de tiempo, como el Triásico, el Jurásico y el Cretácico, son fáciles de recordar.

Actualmente vivimos en la época del Holoceno, que abarca el lapso transcurrido desde el final de la última edad de hielo, hace 11.700 años.

Durante la última década, el trabajo del AWG ha sido tratar de establecer si esa tabla debe actualizarse o no.

Sobre esta pregunta, el AWG está convencido de que hay razones para ello. También se ha identificado una fecha de inicio formal: la década de 1950.

Esa década marca el comienzo de la "Gran Aceleración", cuando la población humana y sus patrones de consumo se aceleraron repentinamente. Coincide con la expansión de los ubicuos "materiales tecnológicos", como el aluminio, el cemento y el plástico.

En los sedimentos de Crawford, los científicos pueden detectar la aceleración año tras año.

En los meses cálidos de verano, el crecimiento de algas hace que el agua del lago produzca diminutos cristales de tiza (calcita) que caen al fondo como una capa blanca; en los meses fríos de invierno, las algas y otros organismos mueren y su materia orgánica se asienta como una capa marrón/negra.

Pero capturados dentro de estas bandas claras y oscuras están los cambios ambientales más amplios alrededor del lago.

Es casi como si los científicos estuvieran leyendo un código de barras en la caja registradora de un supermercado.

"Vemos estas partículas carbonosas esferoidales (SCP, por sus siglas en inglés), 'cenizas volantes', que se producen por la combustión a muy alta temperatura de combustibles fósiles, principalmente carbón", dijo la profesora Francine McCarthy de la Universidad de Brock en St Catharines, Ontario.

"Y la razón, por supuesto, para el aumento de estos SCP es que a solo unas decenas de kilómetros de Crawford se encuentra la ciudad industrial más grande de Canadá, Hamilton, donde las acerías han estado operando durante la mayor parte del siglo XX y en el día presente", agregó.

Otro marcador clave -de hecho, el marcador principal- es el plutonio.

Muestras de los lodos de Crawford se enviaron a Southampton en Reino Unido a principios de este año para tratar de determinar dónde exactamente en las capas fangosas aparece por primera vez la presencia del elemento radiactivo y, luego, aumenta.

"Vemos plutonio en sedimentos y otros materiales desde aproximadamente 1945 en adelante, en relación con el programa de prueba de armas atómicas. Pero realmente el punto en el que la sedimentación de plutonio se volvió global fue después de las pruebas de bombas termonucleares de alto rendimiento, a partir de 1952", le dijo a la BBC el profesor Andrew Cundy, del Centro Oceanográfico Nacional de Reino Unido.

"Uno de los isótopos de plutonio que estamos analizando tiene una vida media de 24.000 años, por lo que será visible en los sedimentos durante al menos 100.000 años. Más allá de eso, los SCP seguirán siendo detectables", señaló el experto.

El AWG quiere elegir un año específico para el inicio de la época del Antropoceno y las pruebas de Southampton influirán en esta decisión.

Es una idea extraordinaria que los geólogos dentro de muchos milenios puedan estar estudiando los sedimentos de hoy para comprender los profundos cambios que los humanos anteriores impusieron sobre la Tierra.

Pero así es como se hace la estratigrafía, el estudio de los depósitos estratificados a lo largo del tiempo.

Tomemos, por ejemplo, Munsley Bog en la Isla de Wight, frente a la costa sur de Inglaterra.

Allí, si se elige el lugar correcto en el suelo empapado, es posible levantar capas de lodo que registran la última gran transición de época: del Pleistoceno al Holoceno.

Los rastros de polen siguen la pérdida de plantas ártico-alpinas y la invasión de abedules y sauces, a medida que retroceden los glaciares del norte de Europa y aumentan las temperaturas.

"Cuando miramos hacia atrás, lo que estamos aprendiendo es que algunas de estas transiciones pueden ser realmente rápidas, en solo 30 o 40 años; dentro de una generación", explicó la profesora Sabine Wulf de la Universidad de Portsmouth.

El AWG presentará sus recomendaciones sobre el establecimiento de una nueva época a la comunidad geológica en general a finales de este año y, en última instancia, dependerá de la Comisión Internacional de Estratigrafía si desea actualizar su famoso gráfico.

Fuente: BBC MUNDO

¿EEUU se congela mientras la mayor parte del mundo se calienta? Una vez más, es el cambio climático


Gran parte de Estados Unidos está temblando a causa de un frío brutal mientras la mayor parte del resto del mundo siente un clima inusualmente cálido. Por extraña que parezca, esa contradicción encaja perfectamente en las explicaciones de lo que el cambio climático está provocando en la Tierra, según los científicos.

En un mapa de las temperaturas mundiales de los últimos días, grandes porciones del mundo —el Ártico, Asia, partes de África, Oriente Medio y Sudamérica— aparecen en rojo oscuro, lo que significa alrededor de 7 grados Celsius —o 12 grados Fahrenheit— por encima de la media de finales del siglo XX. Pero Estados Unidos destaca como una mancha de color púrpura azulado, sólo que por lo frío.

La sensación térmica en algunas zonas de Dakota del Norte alcanzó los 56 °C bajo cero (70 °F bajo cero), mientras que en Miami fue de 33 °C (92 °F). El cuarto partido de fútbol americano más frío en la historia de la NFL se disputó en Kansas City, mientras que en el resto del mundo el termómetro marcó el viernes nada menos que 33 °C (92 °F), que son 6,8 °C (12 °F) más que la media durante el Abierto de Australia en Melbourne. Durante la noche se batieron récords de temperaturas cálidas en Aruba, Curazao, algunas zonas de Argentina, Omán e Irán.

Los casos en los que el clima fue más cálido de lo habitual se registraron tanto en el hemisferio sur, donde es verano, como en el hemisferio norte, que está en invierno. Por ejemplo, Omán, en el norte, tuvo la noche de enero más cálida de su historia, con 26,4 °C (79,5 °F). Argentina, en el sur, registró el récord de la noche más cálida de enero, con 27,3 °C (81,1 °F).

Si parece que el mundo se ha vuelto del revés, en cierto modo es así. Porque todo esto se debe a lo que está ocurriendo en el Ártico, que solía calentarse dos veces más rápido que el resto del planeta. Ahora, se está calentando de tres a cuatro veces más rápido.

“Cuando el Ártico se calienta más de la cuenta (como ahora), es más probable que el frío intenso invada lugares como Texas, que no están preparados para afrontarlo”, explica Jennifer Francis, climatóloga del Centro de Investigación Woodwell y pionera en la teoría de la amplificación del Ártico, que vincula los brotes de frío con el cambio climático. “El rápido calentamiento del Ártico es uno de los síntomas más claros del cambio climático provocado por el ser humano, que hace más probables los inviernos extremos incluso cuando el planeta se calienta en general”.

La forma en que el frío nos está invadiendo es a través de una frase meteorológica cada vez más familiar para los estadounidenses: El vórtice polar. Es un término meteorológico que se remonta a 1853, pero que sólo se ha utilizado con frecuencia durante la última década.

Esto podría deberse a que las olas de frío se están dando con más frecuencia, según el experto en meteorología invernal Judah Cohen, de Atmospheric Environmental Research, una empresa comercial ubicada a las afueras de Boston.

Según Cohen, el vórtice polar es un fenómeno meteorológico fuerte y helado que suele permanecer en la parte más septentrional del planeta, atrapado por fuertes vientos a su alrededor.

Es como si una patinadora sobre hielo girara rápidamente con los brazos recogidos. Pero cuando el vórtice polar se debilita, los brazos empiezan a extenderse, la patinadora resbala y “todo el aire frío se desprende del centro del vórtice polar”, explicó Cohen.

El actual brote de frío es coherente con el cambio ártico y el vórtice polar, dijo Cohen. “Lo que hemos descubierto es que cuando el vórtice polar se estira como una goma elástica, es mucho más probable que se produzcan condiciones meteorológicas invernales extremas en Estados Unidos. Ahí es donde tiende a concentrarse y en enero tenemos un caso extremo de ese estiramiento del vórtice polar”.

Este es más fuerte y puede durar más que la mayoría, dijo Cohen.

Cohen y otros han realizado estudios que demuestran que los episodios de vórtice polar se han hecho más frecuentes en las últimas décadas.

La idea es que la corriente en chorro —la circulación de aire superior que altera el clima— es más ondulada con el calentamiento global amplificado, dijo el climatólogo Steve Vavrus, de la Universidad de Wisconsin campus Madison. Y esos cambios ondulatorios en el aire superior sacan al vórtice polar de su lugar y lo dirigen hacia Estados Unidos, explicó Cohen.

Es una teoría que aún está siendo debatida por los climatólogos, pero es cada vez más aceptada. Al principio, Vavrus y Francis teorizaron que se debía al deshielo del mar Ártico, que provocaba cambios en la presión baromética. Ahora, varios científicos afirman que es más complicado, aunque sigue estando relacionado con el cambio climático y el sobrecalentamiento del Ártico, en el que también influyen otros factores como la capa de nieve siberiana y otras ondas atmosféricas.

“Para mí, lo más importante ahora mismo es que la amplificación del Ártico está ocurriendo y tiene interacciones complejas dentro de nuestro sistema climático. El invierno siempre nos traerá un clima frío, pero al igual que la estación cálida puede estar cambiando aspectos que entendemos y aspectos sobre los que aún estamos aprendiendo”, dijo el profesor de meteorología Marshall Shepherd, de la Universidad de Georgia. “A diferencia del eslogan de Las Vegas, lo que ocurre en el Ártico no se queda en el Ártico”.

Pensemos en lo que está ocurriendo como una orquesta que hace una sinfonía, y “lo que está impulsando a todos esos instrumentos de orquesta es un planeta que se calienta”, dijo el profesor de meteorología de la Universidad del Norte de Illinois Victor Gensini.

Gensini y Cohen afirmaron que esta ola de frío en Estados Unidos se desvanecerá en varios días para ser sustituida por un tiempo inusualmente cálido, debido al cambio climático. Pero otro vórtice polar parece que llegará a finales de mes, aunque no tan fuerte como éste, indicaron.

A pesar del frío estadounidense, la temperatura media global de la Tierra sigue coqueteando con los récords diarios, semanales y mensuales, como lo ha estado haciendo durante más de siete meses. Esto se debe a que Estados Unidos sólo representa el 2% de la superficie terrestre, explican los científicos.

“En lugares como Chicago, Denver, Lincoln, Omaha, Oklahoma City, Dallas o Houston, todos lo estamos experimentando”, dijo Gensini, quien afirmó que la temperatura afuera de su ventana el martes era de 6 grados Fahrenheit bajo cero. “Si se mira a escala mundial, somos una burbuja aislada”.

Fuente: The San Diego Union Tribune

Cómo la inteligencia artificial ayuda a combatir el cambio climático

Según el portal de noticias de Naciones Unidas la IA está mejorando el procesamiento de datos lo que podría ayudar a acelerar y ampliar los esfuerzos para avanzar en la concreción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Según la Organización Meteorológica Mundial las tecnologías basadas en la IA ofrecen capacidades inéditas para procesar volúmenes enormes de datos, extraer información y mejorar los modelos predictivos. Esto implica una modelización y predicción mejorada de los patrones del cambio climático que pueden ayudar a las comunidades y autoridades a crear estrategias eficaces de adaptación y mitigación.

A medida que aumentan la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, la IA puede ayudar a las comunidades de todo el mundo a prepararse mejor ante catástrofes climáticas.

Además, la inteligencia artificial también se está usando para hacer un seguimiento de la contaminación del aire y para alertar a la población en caso de niveles de contaminación peligrosos.

Además, puede utilizarse para reducir el impacto ambiental de la industria de la moda, ya que el aprendizaje automático puede optimizar las cadenas de suministro para reducir los residuos, controlar el consumo de recursos y promover procesos de fabricación sostenibles.

No hay que olvidar que el impacto ambiental de la inteligencia artificial es alto, por lo tanto es importante hacer un buen uso de este recurso y que sea una herramienta para trabajar en nuestro futuro.

Fuente: Eco objetivo

¿Hay que aplastar las latas para mejorar su reciclaje? ¿Sí o no?


Cada vez que se consume la bebida de una lata, se pone en marcha una cadena de gestión de residuos y reciclaje con la que se contribuye a reducir el uso de recursos y el impacto ambiental de su fabricación. 

Muchas personas aplastan las latas de bebida antes de arrojarlas al contenedor amarillo. Una acción habitual en muchas familias y grupos de amigos, especialmente cuando se consumen muchas latas, con el fin de que ocupen menos en las bolsas de basura.

Sin embargo, ¿hay que aplastar las latas para mejorar su reciclaje? La respuesta quizá te sorprenda.

Beneficios de aplastar las latas para su reciclaje 

Aplastar las latas para su reciclaje tiene múltiples beneficios tanto para el usuario como para los gestores. Por un lado, se facilita la acumulación de los envases al ocupar menos volumen y espacio. Y por tanto, también su transporte.

Por otro lado, una mayoría de sistemas de reciclaje utilizan la compactación como metodología de transporte. De este modo, las latas van a ser aplastadas sí o sí, lo haga el usuario antes o no. 

Y las latas aplastadas se compactan mejor y creando bloques más homogéneos que facilitan su transformación en nuevos productos. 

Se estima que cada español consume una media de 190 latas de bebidas al año de las que el 57% son latas de cerveza y 38% latas de refresco, según datos de la asociación Metal Packaging Europe. De todas ellas, dos de cada tres latas se reciclan. 

Perjuicios de aplastar las latas de bebidas 

No obstante, aplastar las latas de bebidas también puede resultar perjudicial para los procedimientos de reciclaje de este tipo de envases. Según algunos expertos y entidades, aplastar las latas puede dificultar su gestión y clasificación en algunas plantas de reciclaje. 

Además, al ser más pequeñas y tener un menor volumen, también se aumenta el riesgo de que se contaminen o se pierdan en el proceso. Aunque hay que tener en cuenta que sistemas de reciclaje de flujo único, como ocurre en los contenedores amarillos, están mejor equipados para tratar adecuadamente las latas aplastadas. 

Por contra, en otros sistemas en los que los usuarios clasifican los residuos por tipos, aplastar las latas de bebida es más complejo para el correcto funcionamiento. 

Del mismo modo, hay que tener en cuenta que una lata aplastada no suele lavarse antes de aplastarse por lo que puede acumular restos alimentarios.

En base a esto, la mejor opción es reciclar las latas sin aplastarlas, aunque hacerlo no tiene por qué ser problemático.

De todos modos, aplastadas o no, con la suma de pequeñas acciones de todos, se puede reducir de forma notable la contaminación, el uso de recursos favoreciendo el reciclaje.

Fuente: El Tiempo (es)

La aceleración de la subida del nivel del mar y sus consecuencias

Mapa global que muestra dónde el nivel del mar en 2017 fue más alto (azul) o más bajo (marrón) que el promedio de 1993-2017. Fuente: NOAA Climate.gov map, adapted from Figure 3.16a in State of the Climate in 2017.

Las consecuencias de la subida del nivel del mar son ya una evidencia más que visibles, sobre todo en las últimas décadas. Las principales causas de esta aceleración de la subida del nivel del mar se debe, por un lado, al deshielo de los glaciares, pero por otro al progresivo calentamiento.

¿Cuánto ha aumentado el nivel del mar?

El nivel del mar a nivel global ha estado aumentando durante el último siglo, y el ritmo ha aumentado especialmente estas últimas décadas. En 2017, el aumento del nivel del mar era de 77 milímetros respecto a la media de 1993, el mayor aumento anual registrado con el uso de satélites desde que se miden los datos en 1993.

El ritmo de aumento del nivel del mar desde el uso de dicha tecnología ha sido de unos 3.1 milímetros por año.

Una gran parte de ese aumento está relacionado con el deshielo de glaciares de todo el mundo y de campos de hielo en las regiones polares. Otra parte, aunque, su contribución es menor, procede de la expansión del agua del mar a debido a su mayor calentamiento.

Hay una tercera aportación de agua que contribuye al aumento del nivel del mar, pero es mucho menor y procede de los acuíferos. Al extraer agua del subsuelo y volver a introducirla en el mar, aumentamos su nivel. 

¿Por qué se está fundiendo el hielo?

Hay un buen número de motivos que están contribuyendo a la fusión del hielo en la región del Ártico, en Antártida y en una buena parte de los glaciares de otros rincones del planeta.

El aumento de las temperaturas es mucho mayor en las regiones polares, especialmente en el Ártico, que en otras regiones. Los cambios en las temperaturas del agua del mar y de las corrientes oceánicas, también están ayudando a fundir el hielo.

A medida que se funde el hielo y se queda el océano descubierto, la superficie puede absorber más radiación solar (reducción del albedo al sustituir hielo por agua), y a la larga, se traduce en más energía para calentar el aire. 

En otras regiones del Ártico, la fusión del hielo oceánico y el aumento de las temperaturas está ayudando a fundir el hielo del subsuelo, también conocido como permafrost. A medida que se funde, libera grandes cantidades de metano, uno de los principales gases efecto invernadero que contribuye al calentamiento global del planeta. 

El aumento térmico a su vez ayuda a que el aire pueda retener más vapor de agua, uno de los principales gases efecto invernadero que como el metano o dióxido de carbono, también contribuyen a aumentar la temperatura global del planeta.

¿Cuánto aumentará el nivel del mar en un futuro?

A medida que se calienta el planeta, el nivel del mar sigue aumentando. Cuánto aumente durante lo que resta de siglo, dependerá en gran medida de las emisiones de gases como el dióxido de carbono en un futuro.

La velocidad a la que suba el nivel del mar dependerá de la velocidad a la que se vaya fundiendo el hielo de glaciares y regiones polares.

Suponiendo que consigamos cumplir los objetivos de París 2016manteniendo el calentamiento global por debajo de 2orespecto a los niveles preindustriales, el aumento del nivel del mar para finales de este siglo oscilará entre 50 centímetros, y en el peor de los escenarios, dos metros.

¿Cómo afectará la subida del nivel del mar a España?

España es uno de los países que puede verse afectado por el aumento del nivel de mar y más teniendo en cuenta que gran parte de su población se concentra en zonas costeras.

A pesar de ello, solo el 1% de toda la superficie terrestre del país está a 6 metros de altura, y en ella vive el 6% de la población.

Algunas de las ciudades que podrían verse afectadas por el aumento del nivel del mar incluyen Santa Cruz de Tenerife (1 m), Alicante (5 m), Bilbao (6 m), Santander (6 m) y Las Palmas de Gran Canaria (6 m).

Si el aumento del nivel del mar acaba superando los valores previstos en la actualidad, otras ciudades como La Coruña, San Sebastián, Málaga, Sevilla, Barcelona o Valencia podrían verse afectadas también. 

Fuente: El Tiempo (es)

El región del Amazonas se seca por el cambio climático


El Amazonas viene siendo noticia en los últimos tiempos. No solamente por la deforestación que desde hace años asola la región. Desde hace poco también lo es por la histórica sequía que vive desde mediados de 2023, un año especialmente crítico en cuanto a escasez de precipitaciones. 

Los expertos asocian este escenario extremo con la presencia de El Niño, pero también al cambio climático de origen humano. La prolongada sequía afecta a amplias zonas de la cuenca del río más caudaloso del mundo.

El impacto no sólo afecta a la población de la región, también a múltiples ecosistemas que a su vez ayudan a regular el clima local. 

La huella humana parte de una sequía que afecta a millones

Cuando el fenómeno de El Niño se instaló en el Pacífico en 2023, muchos ya anticipaban que las elevadas temperaturas y la escasez de precipitación iban a ser parte del escenario climático a tener en cuenta en el Amazonas. 

Es habitual que esas anomalías lleguen durante periodos de El Niño, pero no con tanta intensidad y de forma tan prolongada dicen los expertos. El fenómeno oceánico ayudó a arrancar este periodo extremo climáticamente hablando, y parece que el cambio climático de origen humano lo ha ido amplificando y bastante. 

Los estudios de atribución que se hacen con frecuencia ante situaciones climatológicas extremas, muestran esta tendencia. Por ejemplo, el realizado recientemente por científicos del grupo World Weather Attribution (WWA) revela que el cambio climático causado por la emisión de carbono que generamos los humanos es la principal causa de está intensa sequía.

El calentamiento global hace más fuertes las sequías del Amazonas

Ese exceso de emisiones con el consiguiente calentamiento y cambios en la dinámica atmosférica habrían hecho que la sequía fuera 30 veces más probable entre junio y noviembre de 2023. 

Además de este estudio, hay otros anteriores que advierten que la situación seguirá empeorando a medida que la región se calienta. Un escenario que según los expertos puede llevar el Amazonas hacia lo que llamamos un «punto de no retorno» climático.

El uso de modelos numéricos para simulaciones climáticas ha sido clave para que expertos puedan entender la contribución del calentamiento global a este cambio en el régimen de precipitaciones. La idea es comparar el clima actual marcado por un aumento térmico de casi 1.2 grados desde la era preindustrial, con la situación antes del calentamiento global.

Los resultados obtenidos muestran que el cambio climático ha hecho posible que la escasez de precipitación en la región haya sido 10 veces más probable y que la sequía agrícola sea unas 30 veces más probable.

Periodos tan áridos de estas características ocurren en la actualidad una vez cada 50 años. Sin embargo, con un calentamiento global de 2 grados centígrados, como está previsto que pueda ocurrir en unas décadas, la región del Amazonas viviría este tipo de escenarios más a menudo, aproximadamente cada 13 años.

La deforestación no cesa y amplifica más la sequía

Aunque durante el 2023 se ha registrado un descenso de la superficie deforestada, especialmente en la región del Amazonas de Brasil, preocupa que siga siendo tanta la superficie arrasada cada año. 

Los expertos avisan que la tala de árboles sumado al cambio climático antropogénico, pueden juntarse para intensificar aún más los periodos secos que vive el Amazonas. Sería como una cascada de factores que se vería reforzada por fenómenos de cambio climático natural como El Niño. 

De mantenerse esta tendencia que se observa en la actualidad, habría amplias zonas de la cuenca del río Amazonas donde la selva tropical seguiría experimentando la actual transición hacia un entorno de sabana.

Menos vegetación en la región del Amazonas para absorber dióxido de carbono

Hoy podemos medir con relativa precisión la cantidad de carbono que absorben los árboles y plantas de un entorno como el del Amazonas. Almacena más de 100 mil millones de toneladas de carbono en sus árboles y suelos, más del doble de las emisiones anuales mundiales de todas las fuentes. 

Un cambio así supone reducir vegetación y, por lo tanto, la capacidad de la misma de absorber una buena parte del carbono habitual del ciclo natural. También implica que la densa selva tropical que alberga deje de absorber el exceso que generamos los humanos. 

La solución pasa por reducir progresivamente la deforestación e intentar revertir la degradación de los suelos de la región. A la vez, como con muchas otras acciones relacionadas con el cambio climático, habría que empezar a actuar de manera contundente para eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero en tiempo récord. 

Fuente: El Tiempo (es)

viernes, 29 de marzo de 2024

El cambio climático ralentiza la rotación de la Tierra y altera la calibración de la hora universal


La Tierra es un pésimo reloj. Las variaciones en su rotación obligan a los científicos que se encargan de mantener el Tiempo Universal Coordinado (UTC) a introducir ajustes periódicos para que el tiempo medido por los relojes atómicos, mucho más precisos, se adapte a esos cambios sutiles en la rotación terrestre y el pequeño desfase con la duración del día no siga creciendo. Ahora, según un trabajo publicado este miércoles en la revista Nature, el deshielo masivo de los polos provocado por la actividad humana se añade como un nuevo factor de distorsión. En resumen, hemos hecho que la Tierra gire más despacio y eso afecta a cómo ajustamos nuestros relojes.

Hasta ahora, para mantener el tiempo acoplado con la duración del día, cuando la Tierra se retrasaba respecto a los relojes de cesio, se introducía un segundo intercalar. En 1972, por ejemplo, el “día de rotación” fue 0,025 segundos más largo que el “día atómico” porque la Tierra giraba más lentamente. Después de 365 días, esto sumó 0,7 segundos de retraso respecto al reloj atómico que marca el tiempo UTC, que se compensó añadiendo un segundo extra en el último minuto del último día del año para que 1973 comenzara sin desfases.

Lo normal era sumar esa especie de segundo bisiesto cada cierto tiempo (entre 1972 y 1999 se introdujeron 23 segundos intercalares), pero en los últimos años los cambios en el interior de la Tierra están provocando que nuestro planeta gire un poco más rápido y no solo no se añade más tiempo, sino que por primera vez se baraja restar un segundo intercalar.

Aunque el sistema UTC está muy cuestionado y la Conferencia Internacional de Pesos y Medidas decidió recientemente finiquitarlo antes de 2035, el investigador Duncan Agnew advierte ahora de que habría que introducir un nuevo factor si queremos que todo siga funcionando. En su artículo, el geofísico de la Universidad de California San Diego (USCD) advierte de que habrá que retrasar tres años la introducción de este segundo intercalar negativo respecto a lo que tocaría, hasta 2029, y que la causa es la ralentización que el deshielo masivo de los polos está introduciendo en el sistema. 

“El calentamiento global ha llegado al punto en que sus efectos están afectando a la velocidad con que gira la Tierra”, explica Agnew a elDiario.es. “El deshielo no es la causa del segundo intercalar negativo previsto; de hecho, lo ha retrasado o hecho menos probable”, apunta. Pero recuerda que “el efecto del calentamiento global desde 1990 ha sido desacelerar la rotación de la Tierra, si no se hubiera producido el calentamiento global, la Tierra habría girado más rápido”. 

Un juego de equilibrios

Para entender mejor lo que está pasando hay que tener en cuenta que la irregularidad en la rotación terrestre se debe a la interacción entre los elementos que la componen, entre el manto externo sólido y las partes fundidas en su núcleo. Las causas principales, apunta Agnew, son los cambios relacionados con fluidos sobre o dentro de la Tierra, como la fricción de las mareas, los ajustes de la última edad de hielo, y los movimientos en el núcleo líquido de la Tierra. En general, lo que ha sucedido desde 1972 es que la velocidad angular del núcleo líquido ha ido disminuyendo a un ritmo constante, y como consecuencia, se ha producido un aumento constante de la velocidad de rotación del planeta.

Lo que argumenta este nuevo trabajo es que hay que tener en cuenta un nuevo factor debido a la acción humana: el deshielo en Groenlandia y la Antártida, que ha afectado a la aceleración de la velocidad angular de la Tierra, haciéndola más lenta. “Cuando el hielo se derrite el agua se extiende por todo el océano; esto aumenta el momento de inercia que frena la Tierra”, explica el investigador. “Como una patinadora que gira con los brazos sobre la cabeza: si los baja, su giro es más lento”.

Aunque pueda aparecer que el hielo representa una parte muy pequeña del planeta, lo cierto es que las enormes cantidades de agua que está cambiando de estado están contribuyendo a redistribuir el equilibrio de masas en la superficie terrestre. Los estudios más recientes indican que Groenlandia y la Antártida están perdiendo decenas de millones de toneladas de hielo a la hora, lo que —además de tener efectos sobre la circulación oceánica— está produciendo una elevación de varios metros del terreno, al retirarse el peso sobre su superficie, lo que también influye en los equilibrios.

A partir de mediciones de la gravedad terrestre desde el satélite y modelos matemáticos, Agnew concluye que todos estos factores afectarán al Tiempo Universal Coordinado y hará falta retrasar tres años la introducción del segundo intercalar negativo, un pequeño efecto que, de no tenerse en cuenta, planteará un problema para la sincronización de las redes informáticas y eléctricas que se rigen por UTC, advierte. ¿Y qué pasará en el futuro si la temperatura media del planeta sigue aumentando? “Un derretimiento más rápido reduciría la velocidad de la Tierra más rápidamente”, responde el especialista.

Efectos inesperados de la crisis global

Para el geólogo y divulgador Nahúm Méndez Chazarra, el artículo es muy interesante porque “pone de manifiesto otros efectos inesperados del calentamiento global en nuestras vidas e introduce un factor a tener en cuenta en sectores tan críticos hoy en día como las redes de posicionamiento, el funcionamiento de sectores económicos y quién sabe cuántas más ramificaciones y que probablemente tengan un coste económico para implementar las medidas correctivas”. 

Para el experto, este nuevo factor “complica mucho las predicciones y el margen temporal que tendrán científicos y técnicos para implementar estos cambios en nuestra manera de medir el tiempo, hasta el punto de llegar a plantearse si tendremos que desligar nuestra hora de la duración del día”. “Al ser la Tierra un cuerpo complejo, con partes sólidas y partes líquidas, la conservación del momento angular total hace que si una parte se ralentiza otra se acelera”, explica el físico y catedrático de la UPNA Joaquín Sevilla. “Y los cálculos previos, hechos con esa distribución, cambian ligeramente con el calentamiento global”, apunta. 

“El hielo se transforma en agua que acaba en los océanos —añade Méndez Chazarra— y esto hace que las masas de la Tierra se redistribuyan de otra manera, provocando que gire más lento, como una peonza a la que añades una chincheta”. En el medio plazo, reconoce, el sistema UTC podría dejar de estar acoplado a la rotación terrestre e ignorar los bamboleos de la Tierra, con lo que este desfase introducido por el cambio climático ya no tendría relevancia en nuestro tiempo.

En contra de restar un segundo

Héctor Esteban Pinillos, capitán de fragata y jefe de la Sección de Hora del Real Instituto y Observatorio de la Armada, recuerda que la responsabilidad de inserción de un segundo intercalar recae en el Servicio Internacional de Rotación de la Tierra y Sistemas de Referencia (IERS). Su determinación se anuncia en el Boletín C del IERS, que se publica semestralmente y se puede seguir a través de una página web donde se muestra la diferencia entre UTC y el tiempo de rotación de la Tierra (UT1). Actualmente esta diferencia se encuentra muy próxima a cero, indica el experto, así que no parece que haya que introducir el segundo intercalar negativo tan pronto.

“Por otra parte, hacerlo podría ser un desastre, porque hasta ahora solo se han sumado segundos positivos y no se ha testado el cambio a la inversa, puede que los equipos fallen”, advierte Esteban Pinillos. En su opinión, el trabajo de Agnew es un recordatorio de que no tiene sentido andar sumando o restando segundos al UTC si ya se ha decidido que en el futuro no se va a seguir utilizando este sistema de reajuste. “Habrá que seguir esperando y observando el comportamiento de la rotación terrestre, pero si el deshielo actual no es capaz de frenar la aplicación de un segundo intercalar negativo y, teniendo en cuenta que el año pasado se aprobó definitivamente que a partir de 2035 se dejen de implementar segundos intercalares, no tendría mucho sentido sustraer un segundo”, concluye. 

Para Agnew, si el segundo intercalar negativo se hace necesario después de 2035, no habría ningún problema, pero al ser necesario antes, cree que tendría sentido adelantar la decisión de desacoplar el tiempo UTC de la rotación terrestre o, como es su apuesta, ampliar a más de un segundo el margen de diferencia entre el tiempo de rotación y el tiempo atómico que se permite. “Espero que este documento al menos haga que las personas que se dedican al mantenimiento del tiempo consideren eliminar el segundo intercalar antes y definitivamente cambien las reglas para excluir los segundos intercalares negativos”, concluye. En cualquier caso, este resultado quedará como una demostración palpable y muy significativa de que la actividad frenética de los humanos ha terminado afectando a la rotación del planeta e, incidentalmente, a los sistemas que usamos para sincronizar nuestros relojes. 

Fuente: Eldiario.es

Por la sequía, una laguna de 6 mil hectáreas ahora es un desierto


El noroeste de la provincia de Buenos Aires atraviesa una extrema sequía provocada por el intenso calor y la falta de precipitaciones en los últimos años, que ocasionaron entre otros inconvenientes que se reduzca a un 5 por ciento de su extensión original la laguna de Gómez, en la localidad de Junín.

Con una expansión promedio que alcanza las 5.000 hectáreas, el Parque Natural Laguna de Gómez en Junín es, además de un atractivo turístico, un espacio en donde la flora y fauna convivían en un depósito natural de agua dulce. Pero la histórica sequía registrada producto del fenómeno climático "La Niña" la convirtieron en un desierto, al punto tal de hacerla prácticamente desaparecer.

"Venimos de una situación compleja de hace varios años sumado el fenómeno de La Niña con precipitaciones por debajo de lo normal. Llovió en promedio menos de un 50% de lo que debería", analizó el ingeniero agrónomo jefe regional del INTA con sede en Junín, Alejandro Signorelli.

En diálogo con radio Nacional, el experto explicó que "es una zona que está teniendo muy pocas precipitaciones. Y por más que haya llovido algo localmente, eso no llega a llenar la laguna".

Los especialistas explican que de los 1000 milímetros de promedio anual en lluvia que tiene la región, el año pasado llovieron menos de 500 milímetros, hecho que se ha venido repitiendo los últimos tres años producto del fenómeno de La Niña, haciendo cambiar drásticamente el paisaje de la zona.

"Tuvimos un impacto terrible en la producción agropecuaria, pero venimos de tres años muy duros. Esta zona está llena de espejos de agua afectados, al igual que la fauna", explicó Signorelli, y graficó que "el mayor impacto es en la ganadería y los cultivos".

La laguna de Gómez forma parte de la cuenca del río Salado y se integra a otras lagunas de la zona como Mar Chiquita, Carpincho y Los Patos, que también están siendo afectadas.

Signorelli sostuvo que "el panorama es complicado", y consideró que "recuperar esto va a llevar tiempo. Hoy la cuenca está seca, la laguna de Gómez, Mar Chiquita y La Picassa (en el límite de Buenos Aires y Santa Fe), que tiene más de 50 mil hectáreas y ha perdido más de la mitad de su caudal".

"Vamos a necesitar varios años para recomponer esta situación, tendrá que llover en la zona, en la cuenca del Río Quinto -que recorre el centro de San Luis y el sur de la provincia de Córdoba- que abastece por desborde a las otras lagunas cuencas más abajo", puntualizó.

Consultado por Télam, el concejal de Junín y exsecretario de Obras Públicas de ese municipio, Marcelo Balestrasse, explicó que "este problema comenzó gradualmente en los últimos años, en los que la laguna comenzó a retirarse" y aclaró que "una situación similar se vivió de 1947 a 1951 en donde la laguna estuvo seca; y se repitió en los años 1963, 1985, 1986 y 2009".

En ese sentido, precisó que "la laguna de Gómez tiene una profundidad de 1,50 metros, es principalmente turística. Es una laguna muy deportiva, en donde no sólo los vecinos de Junín, sino mucho turistas vienen a practicar deportes acuáticos".

Fuente: Eco objetivo