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sábado, 30 de noviembre de 2019

EL CAMBIO CLIMÁTICO SE CONVIERTE EN LA PRINCIPAL PREOCUPACIÓN DE LOS EUROPEOS


Manifestación contra el cambio climático en Barcelona.


Si algo han conseguido las protestas juveniles y las manifestaciones que recorren desde hace meses las calles europeas es convencer a los ciudadanos de que este tipo de iniciativas tienen un impacto directo, tanto a nivel nacional como europeo, y que pueden contribuir a cambiar las cosas y frenar el cambio climático. Así lo piensan 6 de cada 10 personas, según un nuevo Eurobarómetro publicado por el Parlamento Europeo, que sitúa al cambio climático como el principal desafío al que dar prioridad.
La encuesta, que fue realizada en el mes de octubre, sitúa al cambio climático como la principal preocupación para el 32% de los encuestados, por delante ligeramente de la lucha contra la exclusión social y la pobreza (31%), luchar contra el terrorismo (24%), combatir el desempleo y avanzar hacia el pleno empleo (24%) e invertir en educación de calidad (22%). Un resultado que esconde grandes diferencias. Los más preocupación por este problema son los países del norte de Europa: Suecia (62%), Dinamarca (50%), Holanda (46%), Finlandia (42%) y Alemania (40%). En el caso de España, la principal preocupación sigue siendo la lucha contra la exclusión social y la pobreza (39%), por delante del paro (38%) y el cambio climático, la tercera cuestión más mencionada (36%). 
En cuanto a los problemas medioambientales más preocupantes el más urgente para los europeos es el cambio climático (52%) –salvo en los países del este de Europa- por delante de la contaminación del aire (35%), la contaminación marina (31%), la deforestación (28%) y el aumento de los residuos (28%). Además, en 20 de los 28 Estados miembros los ciudadanos están convencidos de que las protestas tendrán impacto y servirán para presionar a los gobiernos. Particularmente, así lo creen los irlandeses (74%), los suecos (71%) o los chipriotas (70%).
FUENTE: El  Periódico , 29 / 11 / 2019

BACTERIAS ADAPTADAS GENETICAMENTE PARA COMBATIR EL CAMBIO CLIMÁTICO

Estos científicos le han hecho un "trasplante metabólico" a una bacteria para convertirla en un arma contra el cambio climático



Durante décadas, los científicos han sabido que la mejor solución para sacar CO2 de la atmósfera estaba delante de sus ojos: en las plantas y las cianobacterias fotosintéticas. Ellas, de forma natural y tremendamente eficiente, usan la luz del sol para transformar y fijar el dióxido de carbono.
Con un poco de suerte, se decían los biólogos moleculares, podremos aumentar su capacidad de fijación y reconvertirlos en "fábricas biológicas" para luchar contra el cambio climático (a la vez que fabricamos biocombustibles y abonos). Sin embargo, todos estos organismos han resultado tremendamente difíciles de modificar genéticamente.
Fue, entonces, cuando un equipo de investigadores israelíes decidió darle la vuelta al problema. ¿Y si, en lugar de modificar los mecanismos moleculares de esos organismos duros de pelar, cogían un organismos sencillos de modificar y le metían algunos mecanismos de las cianobacterias? Es decir, como decía Tobías Erb, bioquímico y biólogo sintético del Instituto Max Plank, ¿Y si le hacemos una especie de "trasplante cardiaco metabólico" a las bacterias?

Darle la vuelta como un calcetín

investigadores
Fue entonces cuando Ron Milo, que lleva una década estudiando a la E. coli, se dio cuenta de que esa bacteria era perfecta para intentarlo. No solo son fáciles de "toquetear" (genéticamente hablando) sino que, como tienen un rápido crecimiento, pueden ser probadas fácilmente y ajustadas de forma bastante inmediata. El reto era "darle la vuelta como un calcetín" a estas bacterias: si normalmente cogen azúcares y emiten CO2, ahora debería coger CO2 y emitir moléculas de carbono orgánico.
La buena noticia es que lo han conseguido. Mediante ingeniería genética consiguieron incorporar en las E. coli algunos genes propios de organismos fotosintéticos y crear una cepa que funcione a la inversa. Pero los problemas no se acaban ahí: pese a que la bacteria tenía, sobre el papel, la capacidad de consumir CO2, "se negó a hacerlo".
El equipo ha necesitado más de un año de 'evolución controlada' en el laboratorio dándole CO2 a concentraciones un 250% superiores a las de la atmósfera para que las bacterias empezaran a utilizar el dióxido. Eso sí, los cambios tienen consecuencias.

Mientras que una colonia de E. coli normal puede duplicarse en 20 minutos, la cepa israelí tarda en hacerlo 18 horas (y eso, a condiciones de vida aún muy irreales). Es decir, como prueba de concepto, es alucinante, pero las limitaciones son más que evidentes.
No cabe duda de que el trabajo es un hito importante en nuestra capacidad para "cacharrear" con los mecanismos moleculares de las bacterias y nos permite ser optimistas con este tipo de tecnologías. Pero no debemos llevarnos a engaño, está a años luz de constituir una alternativa viable para fijar el CO2 atmosférico.
FUENTE:  XATAKA , 28/11/2019

OLA DE PROTESTAS EN SIDNEY CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO


Cientos de personas, incluidos escolares, respondieron al llamamiento de la joven activista sueca Greta Thunberg. Esta nueva ola de manifestaciones se produce a unos días de la la Cumbre del Clima que arrancará el 2 de diciembre en Madrid

(Saeed KHAN / AFP)

Envueltos en una espesa nube de humo tóxico de los incendios que asolan la costa este de Australia, los manifestantes lanzaron este viernes en Sídney una nueva serie de protestas mundiales contra el cambio climático.
Cientos de personas, incluidos escolares, respondieron al llamamiento de la joven activista sueca Greta Thunberg.
Los manifestantes se congregaron en Sídney, frente a la sede del partido conservador en el poder, acusado de restar importancia a la amenaza del calentamiento global.
Agitaban pancartas en las que se leía “Tú quemas nuestro futuro”, mientras coreaban “Nos levantaremos”.
 (Saeed KHAN / AFP)
(Saeed KHAN / AFP)
Este tipo de manifestaciones adquieren un cariz particular en el país debido a los cientos de incendios forestales que devastaron los estados de Nueva Gales del Sur (Sudeste) y Queensland (noreste).
Desde principios de octubre, seis personas han muerto, cientos de casas han sido destruidas y más de 1,5 millones de hectáreas han sido devoradas por las llamas.
Un incendio en Colo Heights al sureste de Sydney (AAP Image/Dean Lewins/via REUTERS)
Un incendio en Colo Heights al sureste de Sydney (AAP Image/Dean Lewins/via REUTERS)
El primer ministro Scott Morrison, blanco de los manifestantes, niega que exista un vínculo entre estos incendios y el cambio climático. Su gobierno es un firme defensor de la industria minera australiana.
“La falta de acción de nuestro gobierno en la crisis climática ha amplificado los incendios”, dijo Shiann Broderick, responsable del movimiento de huelga escolar.
“La población sufre. Comunidades como la nuestra están sufriendo y el verano ni siquiera ha comenzado”, recalcó.
Students gather during a rally calling for action on climate change in front of the Liberal Party headquarters in Sydney on November 29, 2019. - Protesters in smoke-covered Sydney kicked off a fresh round of global protests against climate change on November 29, with activists and school kids picketing the headquarters of bushfire-ravaged Australia's ruling party. (Photo by Saeed KHAN / AFP)
Students gather during a rally calling for action on climate change in front of the Liberal Party headquarters in Sydney on November 29, 2019. - Protesters in smoke-covered Sydney kicked off a fresh round of global protests against climate change on November 29, with activists and school kids picketing the headquarters of bushfire-ravaged Australia's ruling party. (Photo by Saeed KHAN / AFP)
Australia, con 25 millones de habitantes, ha reducido sus emisiones de gases de efecto invernadero más que los países más contaminantes del mundo, pero sigue siendo uno de los mayores exportadores de carbón.
“Sugerir de una manera u otra que Australia, responsable del 1,3% de las emisiones mundiales, tiene un impacto directo en incendios específicos, aquí o en otras partes del mundo, no se apoya en ninguna prueba científica creíble”, dijo Morrison a principios de este mes.
Este viernes están previstas más manifestaciones en otras ciudades de Australia y del mundo.
El mes pasado, millones de personas se manifestaron en todo el mundo como respuesta a una convocatoria de huelga por el clima.
Esta nueva ola de manifestaciones se produce a unos días de la la Cumbre del Clima (COP25) que arrancará el 2 de diciembre en Madrid.
FUENTE: Infobae, 

jueves, 28 de noviembre de 2019

CHINA PUBLICA INFORME ANUAL SOBRE CAMBIO CLIMÁTICO


China continúa avanzando en la carrera mundial hacia la reducción de emisiones de carbono. Y una prueba de esto fue dada a conocer en el informe más reciente de la nación sobre Políticas y Acciones Contra el Cambio Climático de 2019, que fue recientemente publicado ante la inminencia de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, programada para el próximo lunes 2 de diciembre. 

El camino hacia un futuro más ecológico se extiende a lo largo y ancho de toda China. De acuerdo con funcionarios chinos, la nación redujo el año pasado sus emisiones de carbono por unidad de producto interno bruto en alrededor de 46 por ciento en comparación con los niveles de 2005. Esto se traduce en una reducción de más de 5.000 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero. 

Según expertos, esto es resultado del compromiso y esfuerzos constantes de China.

China publica informe anual sobre cambio climático.

FUENTE: CGTN en Español, 28 / 11 / 2019

LAS GENERACIONES JÓVENES CADA VEZ MÁS ACTIVAS CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO




BERLIN (AP) — Más vale que los líderes mundiales que asistan a la inminente conferencia climática global en Madrid afilen bien sus argumentos para un encuentro con Greta Thunberg.
Franziska Heinisch, estudiante y activista de 20 años en la ciudad alemana de Heidelberg, expresó la esperanza de que los poderosos escuchen la voz de la "Generación Greta", como la llaman algunos. Tras la movilización global de esta semana habrá otra el 6 de diciembre en Madrid, promediando la conferencia climática.

"La presión no deja de crecer", dijo Heinisch. La forma de hablar tan directa de Thunberg _quien en Nueva York se dirigió a los gobernantes del mundo con la ya famosa frase "cómo se atreven"_ refleja la furia de los jóvenes hacia sus mayores.

La adolescente sueca ha dado un alto ejemplo a los funcionarios de gobierno, los científicos y los activistas ambientales que asistirán a la conferencia del 2 al 13 de diciembre al cruzar el Atlántico en un velero tras el cambio de sede desde Chile a último momento.

La negativa de Thunberg de volar a España es un aspecto crucial del mensaje del movimiento mundial del cual es una de las principales animadoras y de la seriedad con que sus seguidores promueven la causa.

Cientos de miles, acaso millones, de jóvenes prevén movilizarse en todo el mundo el viernes para exigir que los gobiernos intensifiquen los esfuerzos para detener el cambio climático.
En tanto, Thunberg cruza el Atlántico en el velero La Vagabonde con una pequeña tripulación y espera llegar a Madrid a tiempo para volver a poner en apuros a los gobernantes del mundo al preguntarles qué están haciendo para proteger a su generación de las peores consecuencias del calentamiento global.

La joven de 16 años ha inspirado a August Wietfeldt, estudiante de la secundaria Lusher de Nueva Orleans, quien dice que Thunberg ha ayudado a demostrar cómo las generaciones anteriores han derrochado recursos de manera no sustentable.

“La ventaja a corto plazo es terrible porque nuestra generación, y las que vengan después, tendrán que afrontar las consecuencias", afirmó.
Wietfeldt teme que el cambio climático provoque trastornos económicos y sociales masivos similares a los de la década de 1930, cuando una sequía grave provocó la migración desde los estados agrícolas de Estados Unidos hacia los estados del Pacífico.

“Si no combatimos la pérdida de tierras, volverá a ocurrir”, dijo. “Tenemos que tomar medidas para impedir esa clase de posibilidades".
Junto con otros miembros del SEA Club _la sigla en inglés de Estudiantes por la Acción Ambiental_ Wietfeldt ayuda a recoger desechos en un parque a orillas del río Mississippi.
Al otro lado del océano, Jennifer Selfa comparte ese impulso de hacer cosas con sus compañeros de escuela en Lagos, Nigeria.

“Algunas cosas que hago para reducir el cambio climático es plantar árboles”, dijo la quinceañera.
La maestra Victoria Ebesunan dijo que los estudiantes combaten la ignorancia sobre el cambio climático al hacer correr la voz en el dialecto local _más que en inglés_ sobre la necesidad de proteger el ambiente.

Esta conciencia creciente se ha convertido en un factor de peso en el debate durante el año transcurrido, dijo Andrew Steer, director del grupo ambientalista World Resources Institute con sede en Washington.
“Nunca habíamos visto marchar a 7 millones de personas, casi todos jóvenes”, dijo Steer en alusión a las “huelgas globales por el clima” que caracterizaron la protesta mundial durante el año en curso, muchas de ellas organizadas a través de las redes sociales.
Thunberg, que empezó protestando a solas frente al Parlamento sueco el año pasado, tiene más de 3 millones de seguidores en Twitter.

Según Steer, no está claro si un movimiento tan difuso podrá seguir creciendo, pero hay fuertes indicios de que el cambio climático cumplirá un papel importante en la próxima elección presidencial en Estados Unidos.

"El tema ocupa un lugar cada vez más destacado, tanto en Estados Unidos como globalmente", aseguró.
En pocas palabras, los candidatos no pueden volver la espalda a lo que sucede.
En Luisiana _que enfrenta una enorme pérdida de tierras, que sin duda se agravará si el calentamiento global sigue elevando el nivel del mar_ combatir el cambio climático no es sólo una moda juvenil pasajera.

El año pasado se inauguró la escuela secundaria New Harmony con la meta de preparar a los estudiantes para carreras de protección y restauración de las costas.
"Queremos ayudar para poder seguir aquí más de 50 años, porque quiero criar a mis hijos aquí", dijo el estudiante de segundo año Michael Bailey al despejar viñas invasivas de un árbol nativo.
"Si hacemos algunos cambios, tal vez veamos lo que sucederá".

Algunos meses atrás se vieron señales de una "ola verde" en las elecciones al Parlamento Europeo, donde los partidos ambientalistas estuvieron entre los grandes ganadores.
El Partido Verde austríaco se apresta a entrar al gobierno por primera vez y en la vecina Alemania su partido hermano está entre los primeros en las encuestas desde hace meses.

Para Johan Rockström, codirector del Instituto Potsdam de Investigaciones sobre el Impacto Climático, el movimiento juvenil ha inyectado un componente moral en el debate.
"(Ha creado) una nueva narrativa social que atraviesa las generaciones y les dice, vean, lo que queremos es un futuro sano, limpio, sostenible y seguro", dijo.

Las generaciones posteriores, al echar la vista atrás, podrían considerar que las protestas masivas marcan el momento en que cambia la marea sobre el calentamiento global.
"Todavía no lo sabemos, pero podría ser el punto de inflexión", dijo Röckstrom.

FUENTE:  Infobae ,  28 / 11 / 2019

EL FUTURO SINIESTRO DE LA INDIA DEBIDO AL CAMBIO CLIMÁTICO




BOMBAY.- Ninguna temporada es tan importante para la vida y las tradiciones de India como la del monzón. Se hace referencia a él en la poesía antigua en sánscrito y en las películas de Bollywood y también define el destino de millones de agricultores que dependen de que las lluvias rieguen sus campos. Incluso tiene su propia música.

Ahora el cambio climático está interfiriendo con el monzón, haciendo que las lluvias estacionales sean más intensas y menos predecibles. Lo peor es que décadas de políticas gubernamentales miopes están dejando sin protección a millones de indios, especialmente a los pobres, en la era de las alteraciones climáticas.

Tras años de sequías, un agricultor atribulado llamado Fakir Mohammed contempla un campo de trigo destruido por plagas y lluvias tardías. Rajeshree Chavan, una costurera de Bombay, tiene que sacar con una escoba el lodo de su apartamento inundado en la planta baja, no una vez, sino dos veces durante el monzón excepcionalmente intenso de este año. Los lagos que solían contener las lluvias en la bulliciosa ciudad de Bangalore están atascados con plásticos y aguas negras. Las aguas subterráneas son extraídas con mayor rapidez que con la que se reabastecen.

En la actualidad, las lluvias son más variables. No se sabe cuándo comenzarán, ni hasta cuándo durarán. Este año, India vivió su septiembre más lluvioso en un siglo; murieron más de 1600 personas en las inundaciones e, incluso, seguían inundadas algunas partes del país cuando comenzaron los tradicionales festivales de la cosecha en octubre.

Un residente de Bombay se refugia en un contenedor de basura de las lluvias del monzón.
Un residente de Bombay se refugia en un contenedor de basura de las lluvias del monzón. Crédito: The New York Times

Todavía más preocupante es que las lluvias extremas sean cada vez más comunes e intensas. A lo largo del siglo pasado, ha aumentado el número de días de lluvias muy intensas y, entre ellas, también se han prolongado las sequías. Son menos comunes las lluvias seguras y constantes que sin duda pueden alimentar la tierra. Esto es desastroso para un país en el que la mayor parte del agua se recibe de las nubes.

El problema se agudiza en especial en la franja central de India, que se extiende desde el estado occidental de Maharastra hasta la bahía de Bengala, al este del país. Durante los últimos setenta años, de acuerdo a un estudio científico reciente, se han triplicado los episodios de lluvias extremas en esta región, mientras que la cantidad total de precipitaciones al año ha disminuido de manera considerable.

" El calentamiento global ha acabado con el concepto del monzón", dijo Raghu Murtugudde, científico atmosférico en la Universidad de Maryland y autor del estudio. "¡Tenemos que deshacernos de la prosa y de la poesía escrita durante milenios y comenzar a escribir una literatura nueva!". También está en riesgo la póliza de seguro de India contra las sequías: el Himalaya. Se cree que, si las emisiones de gas de efecto invernadero siguen aumentando al ritmo actual, estas majestuosas montañas perderán una tercera parte del hielo para finales del siglo.

Sin embargo, como se apresuran a señalarlo los científicos, el cambio climático no es el único responsable de las desgracias relacionadas con el agua en India. Las décadas de codicia y mala administración son la principal causa de la crisis actual. Se sigue acabando con los exuberantes bosques que ayudan a conservar las lluvias. A los constructores se les permite pavimentar sobre lagos y arroyos. Los subsidios del gobierno alientan la extracción excesiva de aguas subterráneas.

Las aguas residuales y la basura obstruyeron el antiguo lecho de un arroyo en Nueva Deli.
Las aguas residuales y la basura obstruyeron el antiguo lecho de un arroyo en Nueva Deli. Crédito: The New York Times

El futuro parece ominoso para los 1300 millones de habitantes de India. Según el Banco Mundial, para 2050, las lluvias variables, junto con las temperaturas en aumento, "reducirán el nivel de vida de casi la mitad de la población del país".

La India rural: una sequía despiadada

La región de Marathwada, que se extiende por el occidente de India, es conocida por sus veranos crueles y calurosos. Por ahí casi no pasa ningún río, lo que significa que la población depende casi por completo del monzón para llenar los pozos y filtrarse en la tierra negra del algodón. Marathwada también es un ejemplo de la manera en la que las decisiones del gobierno que no se relacionan en absoluto con el cambio climático pueden tener consecuencias desastrosas en la era de las alteraciones climáticas.

En octubre, unas semanas antes de la tradicional temporada de la cosecha, Fakir Mohammed me llevó por la parcela de tierra de media hectárea de su familia. En medio de los campos había un árbol de neem. Mohammed afirmó con orgullo que quien se recuesta bajo su sombra jamás se enfermará.
Esto no podría decirse de su tierra. Había habido pocas lluvias durante los últimos nueve años. Este año llegaron tarde y, cuando lo hicieron, la tierra sedienta se bebió todo. Posteriormente, una plaga de gusano cogollero atacó su maíz. El mijo fue devastado por una mosca. El algodón había florecido, pero Mohammed sabía que sería una cosecha insignificante. "Trabajamos mucho", comentó. "Pero no sacaremos nada de esto".

Peor aún, las lluvias de este año no resolvieron la escasez de agua potable de la comunidad. Incluso al final del monzón, el pozo de Mohammed estaba seco. Una presa cercana, construida para suministrar agua potable a su aldea y a otras veinte personas, se había convertido en algo parecido a un monte, apto solo para que un puñado de vacas flacas pastara.

Fakir Mohammed camina por su cosecha de algodón.
Fakir Mohammed camina por su cosecha de algodón. Crédito: The New York Times

Mohammed agradecía cualquier cosa que las nubes le dieran este año, pero también estaba inquieto. " No hay agua para beber, pero al menos es buena para los campos", dijo. "Tengo mucho miedo. No sé qué sucederá en el futuro".

Mohammed, quien dice rondar los 60 años, tiene razón en preocuparse. Según Roxy Mathew Koll, especialista en monzones en el Instituto Indio de Meteorología Tropical, desde 1950, las lluvias anuales han disminuido un quince por ciento en Marathwada. En ese mismo periodo, los aguaceros han aumentado al triple. Pero lo que sorprende es que también durante ese mismo lapso, en Marathwada, al igual que en el resto de India, ha habido un auge en la producción de uno de los cultivos que necesitan más agua en el mundo: la caña de azúcar.

Por el camino de la aldea de Mohammed, en un terreno que recibe agua de una presa río arriba, los agricultores habían plantado caña de azúcar en varias hectáreas. ¿Por qué? Porque los ingenios de azúcar habían prosperado por todo el estado y algunos eran propiedad de políticos o de sus amigos. Estaban dispuestos a pagar muy bien por la caña.

Curiosamente, los contribuyentes de India, uno de los países con mayor escasez de agua en el mundo, han ayudado mucho a los productores de azúcar. El gobierno subsidia la electricidad, lo que alienta a los agricultores a bombear agua subterránea para sus campos de caña de azúcar, así como a usar fertilizantes, los cuales se utilizan en grandes cantidades para el azúcar. Los bancos del Estado ofrecen créditos baratos, que algunas veces son condonados, en especial cuando los políticos están tratando de conseguir los votos de los agricultores. Este año, el gobierno ha aprobado casi 880 millones de dólares en subsidios de exportaciones para los ingenios de azúcar.

Según un análisis de Ramanan Laxminarayan, investigador del Instituto Ambiental de Princeton, con todas esas ventajas, la producción de la caña de azúcar ha crecido más rápido que cualquier otro cultivo desde que se independizaron del control británico en 1947, por lo que India se ha convertido en el mayor productor de azúcar del mundo. El Instituto de Recursos Mundiales descubrió que tres cuartas partes de la producción de caña de azúcar ocurre en zonas que tienen una "severa escasez de agua".

Una mujer recoge agua de un pozo que estaba casi seco, pero se llenó por el monzón.
Una mujer recoge agua de un pozo que estaba casi seco, pero se llenó por el monzón. Crédito: The New York Times

En octubre, justo antes del festival hindú para celebrar la cosecha, otro agricultor de Marathwada llamado Ashok Pawar me envió unas fotografías atroces: las lluvias caprichosas habían arrasado con sus cultivos de soya y su poroto chino. Nadie de su aldea había visto jamás algo así tan entrada la temporada. La imagen del dios hindú barrigón, Ganesha, que cuelga sobre el marco estrecho de la puerta de Savita Vilas Kasurde está ahí para eliminar los obstáculos del camino de su familia. No puede decirse lo mismo del río Mithi, el cual fluye a pocos pasos de la puerta de Kasurde. De todas las formas posibles han obstruido su recorrido serpenteante por esta ciudad de trece millones de habitantes.

El aeropuerto internacional de Bombay atraviesa el Mithi; desde la calle de Kasurde se puede observar cómo despegan los aviones. Las aguas negras y la basura se vacían en este río. Una gran extensión de edificios altos se ha construido sobre tierra ganada al río, al igual que enclaves desordenados de la clase trabajadora como este, encaramados de manera precaria en su orilla. Son los primeros en inundarse y los que se inundan más severamente después de una tormenta. La otra defensa natural de la ciudad contra las inundaciones, los manglares, han sido retirados para darle espacio al concreto.

Después de cada inundación, cuando el agua comenzaba a retroceder, ellos regresaban a sacar el agua y el lodo de su casa con una escoba y la nariz cubierta. Los mosquitos pueden reproducirse en los charcos de agua sucia. Lo último que necesitaban era un brote de dengue. Esto es lo que le preocupaba a Rajeshree Chavan cuando la vi en medio del monzón. Había logrado salvar su máquina de coser, su herramienta de trabajo, dos veces este año, las veces que se inundó la habitación de la planta baja de su casa. Tuvo que tirar a la basura un costal de arroz y la ropa de sus hijos.


Le enfurecía que los políticos vinieran solo cuando estaban buscando votos. Mencionó que incluso el político más importante del estado estuvo ahí a principios del año. Recordó que este había venido a obtener el respaldo del vecindario para el oficialista Partido Popular Indio. Le prometió a la gente casas nuevas en terrenos más elevados, en los suburbios del norte de la ciudad. Se marchó después de darles llaves de plástico simbólicas a cinco familias.

FUENTE: La  Nación , 27 / 11 / 2019

viernes, 22 de noviembre de 2019

¿EXISTE UNA CURA PARA MI PREOCUPACIÓN POR EL CAMBIO CLIMÁTICO?


Incendio forestal en Española (AP/Archivo)




A principios de este otoño, 19 personas se reunieron en un pequeño local de eventos en Red Hook, Brooklyn y se sentaron en círculo. Entre ellos estábamos un abogado de inmigración, un terapeuta, un manifestante del movimiento ambientalista Extinction Rebellion, un artista y yo. Era un día soleado y caluroso, con un cielo despejado, que alguna vez podría haber sido descrito como fuera de temporada, pero que en la actualidad simplemente se considera de mediados de septiembre.
Nos encontrábamos ahí para tomar un taller llamado “Cultivando la esperanza activa: vivir con alegría en medio de la crisis climática”, un título que sonaba tremendamente optimista. Fui porque me resulta imposible entender cómo es que alguien puede sobrellevar la crisis climática.
¿Alguna vez has conocido a alguien que mencione el Antropoceno en un perfil de citas? ¿O que haya repartido certificados de regalo de compensación de carbono en Navidad? ¿O que conozca a un bebé e inmediatamente piense en las aproximadamente 15 toneladas de emisiones de carbono que el estadounidense promedio emite anualmente? ¿O que pase enfrente de las tiendas pensando dónde termina todo el embalaje? Seguro sí conoces a alguien así.
A diferencia de lo que viven millones de personas, la crisis climática todavía no me ha afectado directamente, en realidad no. Pero el aluvión de noticias planetarias catastróficas, los violentos incendios forestales y el impacto de los días de otoño en Nueva York a 32 grados Celsius son situaciones tan distintas a los ciclos regulares de la vida humana que a menudo me sentía bastante enojada. Sentía que era cómplice simplemente por existirDespués de todo, pertenezco a la especie que está destruyendo a la mayoría de las otras.
Activistas reclaman acciones concretas a las autoridades para frenar la emisión de gases
Activistas reclaman acciones concretas a las autoridades para frenar la emisión de gases
Por mucho que quiera encadenarme a un árbol viejo (gracias al ejemplo de los personajes de “El clamor de los bosques”), mi trabajo en el Times me impide ser una activista de tiempo completo. Así que hago donaciones a causas ambientales y humanas, como comida vegana, hago abono orgánico, me muevo en transporte público, cargo con mis utensilios de bambú, publico artículos alarmantes en Facebook, compro artículos de segunda mano y apoyo todos los programas de compensación de carbono que puedo, todas decisiones que me puedo dar el lujo de tomar. Y, sin embargo, nada de eso ha hecho que me sienta mejor.
Preguntarles a las personas a mi alrededor sobre cómo les estaba yendo no me ayudó. Me dijeron que de cualquier modo ya era demasiado tarde. Que no debería importarme porque no tengo hijos. Que el planeta, al menos en un futuro distante, estará bien. Un amigo sugirió que mi angustia climática era una extensión de mis tendencias melancólicas, lo que me pareció razonable, pero no del todo acertado. Sabemos que el futuro se ve mal, que el presente ya lo es y que la inacción, especialmente en Estados Unidos, lo está empeorando. Pero ¿cómo se supone que pueden vivir nuestra alma y nuestro corazón con una amenaza tan existencial que también es, a medida que los pájaros y las abejas desaparecen y los árboles se caen y mueren, tan terriblemente íntima?
Finalmente, durante este otoño, después de un viaje en kayak por Alaska inspirado por el deseo de ver los glaciares ahora que todavía existen, y luego de la noticia de los incendios forestales, decidí buscar respuestas.
Y lo que aprendí en el taller de Red Hook y en largas conversaciones con psicólogos, ecologistas serios, un activista indígena y budistas occidentales fue más o menos una receta para manejar el duelo por el clima.
Es algo más o menos así: si vives la crisis con toda su urgencia, debes aceptar el dolor, pero no puedes detenerte allí. Busca un camino espiritual que te permita forjar gratitud, compasión y aceptación, porque, al final, actuar por negación, enojo o miedo solo nos lastima.
Existe cierto desdén acerca de si las decisiones individuales, como la manera en que consumimos y nos transportamos, son importantes: ¿por qué cancelar ese viaje a Europa si de todos modos ya es demasiado tarde y todos siguen siendo adictos a los combustibles fósiles? Pero Lou Leonard, fundador de One Earth Sangha, un grupo budista enfocado en la crisis, me dijo que vivir el cambio climático como algo real e insistir en que podemos hacer algo al respecto envía un mensaje a los demás y puede ayudar a cambiar las normas culturales. ¿Quién habría pensado que Burger King algún día serviría una deliciosa carne fabricada con plantas?
“Debemos romper la disonancia cognitiva de todas las maneras posibles para ser más reales respecto de lo que está sucediendo”, dijo Leonard. En su opinión, hacer cambios aparentemente inconvenientes ahora también puede prepararnos para lo que puede depararnos el futuro.
Zhiwa Woodbury, un psicólogo ecologista, cree que estamos experimentando colectivamente un trauma climático, del cual somos perpetradores y víctimas, pues nuestro ataque a la biosfera en realidad es un ataque a nosotros mismos. Afirma que cambiar hábitos, como lo que comemos, puede hacernos sentir más empoderados y menos abrumados, además de que puede cambiar nuestra relación con el mundo natural. Después de todo, la creencia de que los recursos naturales están ahí para nuestra explotación descuidada nos trajo hasta este punto (y no nos hizo más felices).
La activista Greta Thunberg inspiró a millones de jóvenes a movilizarse por el cambio climático
La activista Greta Thunberg inspiró a millones de jóvenes a movilizarse por el cambio climático
“Saber que estamos haciendo algo nos hace sentir bien y hace que resurja la idea de la responsabilidad compartida”, dijo Woodbury. “La idea de que las personas son impotentes solo existe porque las hemos hecho sentir impotentes”.
Aceptar el dolor fue algo con lo que tuve que luchar un poco más. ¿No merecemos sentirnos mal? Tal vez, pero sentir desesperación es solo una suerte de evasión. “Lo que la desesperación te dice es que no has procesado tus emociones”, afirma Woodbury.
En el taller de Red Hook, que se basó en las décadas de trabajo pionero de la activista del duelo ambiental Joanna Macy, la facilitadora, Jess Serrante, dijo algo que me golpeó como un trueno.
Nuestro dolor por lo que está sucediendo es la otra cara de la moneda de nuestro amor por el mundo”, nos dijo. “Sentimos esa gran desesperación porque amamos mucho al planeta”.
Varios psicólogos me comentaron que les están diciendo lo mismo a los pacientes que lidian con la desesperación ecológica: sentirse deprimido por la crisis es una respuesta sana y saludable. Sin embargo, como cultura, consideramos la depresión como una falla personal y, como individuos, la evitamos, en parte, según Serrante, por temor a que si nos sumergimos en ella luego no podremos salir. Pero eso hace que nos cerremos. Pensar en ese dolor puede convertirlo en algo más grande, nos dijo Serrante, y reconectarnos con nuestro ser más profundo.
La clave es canalizarlo a través de acciones cotidianas o uniéndonos a movimientos más amplios, y también encontrar una manera de enfrentarlo sin dejar que te controle, porque actuar por miedo, ira o culpa nos agota emocionalmente. Ahí es donde entra el componente espiritual: se trata de encontrar una manera de situarse en un lugar que no sea de aceptación tácita, sino de una compasión feroz.
Woodbury y Leonard quedaron desgastados por su labor de defensa ambiental, pero encontraron en las prácticas budistas la resiliencia emocional y una visión más compasiva de la naturaleza humana. “No hay nada más poderoso que un corazón roto, siempre y cuando tengas un método espiritual para sostenerlo”, me dijo Woodbury.
He comenzado a avanzar lentamente en esa dirección, tratando de aprender cómo ser hábil espiritualmente y volver a tener fe en las personas. Sentirse conectado, con los demás y con nosotros mismos, es un antídoto para los sentimientos difíciles que tratamos de mantener a raya distrayéndonos y adormeciéndonos. También me aferro a algo que Woodbury me dijo: que la crisis puede obligarnos a sanar nuestra relación con el mundo natural, y eso no deja lugar para la desesperación.
Sin embargo, el ecopesimismo es difícil de matar. En Red Hook, Serrante hizo que trabajáramos en parejas y que nos dijéramos por qué estábamos agradecidos de estar vivos en este momento. Mis cejas se alzaron desconcertadas.
“Estoy agradecida de estar viva en este momento porque…”, le dije en un tono vacilante a mi compañero, un hombre que trabaja en la preparación contra los desastres corporativos, “¿las personas están más conscientes que nunca de lo que hemos causado?, ¿porque esta es la conclusión lógica de lo que la revolución industrial puso en marcha?”.
“¡Guau!”, contestó mi compañero.
Él me dijo que estaba agradecido de estar viviendo en una época en la que todavía podíamos ver hermosos animales, plantas y grandes extensiones de naturaleza silvestre que quizá no vayan a durar mucho más tiempo. Se me cortó la respiración. No había pensado en eso. Algo cambió. Noté que sus ojos estaban rojos y llorosos, y los míos también.
Después, al volver a caminar por la acera hirviente, comencé a prestarle una gran atención al susurro de los árboles y al aleteo de los pequeños pájaros. Sentí una oleada visceral de gratitud por lo que aún existe y por todo lo que debemos defender, mientras todavía se pueda contemplar.
FUENTE:  Infobae,   18 / 11 / 2019  , 2019 The New York Times Company

EL CAMBIO CLIMÁTICO Y EL MUNDO POKEMÓN


Este es Cursola.
Este es Cursola.

Arruinar nuestro planeta no es suficiente para los humanos. Aparentemente, también hemos arruinado la Tierra en el universo de Pokémon.
Un nuevo pokémon ha aparecido en el nuevo juego de la saga, Pokémon Espada y Escudo, llamado Cursola, y es una versión fantasma de ese pokémon una vez vivo y adorable llamado Corsola. El nuevo pokémon es el producto del cambio climático desbocado y el blanqueamiento de los corales que vino con esto.
Mira, voy a ser sincero. No sé mucho sobre Pokémon. Sé que hay uno llamado Charmander y vi la película Detective Pikachu en un avión, algo por lo que mi esposa se burló de mí (todavía no te he perdonado, Cynthia). Y también vi algo en Twitter sobre Digimon, que hasta hace poco pensaba que era un tipo de Pokémon. Pero aparte de eso, realmente no voy a poder ofrecerte mucho conocimiento al respecto.
Lo que puedo decirte es que la historia de fondo de Cursola se alinea más o menos con lo que está haciendo la crisis climática en los corales de la Tierra. Según la Pokédex, Cursola surgió después de que “el repentino cambio climático eliminó este antiguo tipo de Corsola” (es decir, al antepasado de Cursola). Cursola es, como el dispositivo explica, un pokémon fantasma, y ​​por eso luce con ramificaciones pálidas que se extienden desde su centro.

La versión original de Corsola, antes de verse afectada por el cambio climático.
La versión original de Corsola, antes de verse afectada por el cambio climático.
Imagen: Pokémon Wiki.
Este pokémon no se vería fuera de lugar en uno de los muchos arrecifes muertos que se encuentran aquí en la Tierra. El aumento de las temperaturas oceánicas está cambiando el delicado equilibrio que ha mantenido vivo y floreciente a los corales durante milenios. Bajo condiciones oceánicas estables, corales y algas coexisten en un enlace simbiótico vivo. Pero si la temperatura se calienta, pueden hacer que el coral expulse algas y, por tanto, muera.
La crisis climática ha provocado que eso suceda con mayor regularidad. De 2014 a 2017, un evento mundial de blanqueamiento de corales sacudió los océanos. Actualmente los arrecifes todavía se están recuperando de eso, con signos de que incluso los ecosistemas masivos como la Gran Barrera de Coral están luchando por recuperarse. Hay indicios de que los océanos de todo el mundo se están calentando nuevamente este año, lo que podría significar más malas noticias para el coral.
Además de las olas de calor, el coral también puede ser afectado por tormentas intensas. El huracán Walaka del Pacífico del año pasado borró del mapa uno de los arrecifes más espectaculares de Hawái. Incluso la caca humana está creando problemas para el coral.
Es necesario tener en cuenta que el mundo solo se ha calentado alrededor de 1 grado Celsius desde que los humanos comenzamos nuestra exploración global impulsada por combustibles fósiles hace un siglo y medio. Y aún así, este cambio ya está ejerciendo una gran presión sobre los corales en todo el mundo. Los científicos proyectan que si el planeta se calienta más de 1,5 grados Celsius, es probable que la mayoría de los arrecifes de coral desaparezcan.
Entonces, incluso si Pokemon no es el mundo real, deberíamos escuchar esta advertencia que nos está dando.
FUENTE:  GIZMODO, 20 / 11 / 2019