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jueves, 30 de enero de 2014

EL CAMBIO CLIMÁTICO NOS PASA FACTURA.






Mientras en unos países se congelan, en otros mueren de calor.
Desde hace algunos años es común despertar con titulares o noticieros que anuncian las consecuencias y los efectos del cambio climático producto del calentamiento global.
Los efectos del calentamiento global ha dejado de ser temas de ciencia ficción o de ambientalistas extremos y se están convirtiendo, cada vez con más incidencia, en una realidad alarmante para el mundo.
Según un estudio revelado por la National Geographic, se espera que el nivel de los mares aumente entre 18 y 59 centímetros al final de este siglo y si los polos continúan derritiéndose, podrían aumentar entre 10 y 20 centímetros adicionales. También es probable que los huracanes y otras tormentas se hagan más fuertes.
y las sequías se harán más frecuentes. Habrá menos agua dulce disponible. Algunas enfermedades se extenderán, como la malaria llevada por los mosquitos.
Además los ecosistemas cambiarán y muchas especies de animales y plantas, podrían extinguirse. Eso sumado a las dificultades -como sequías, escasez de aguas, incendios, lluvias, olas de frío o de calor extremo e inundaciones severas- que traerá para todos los habitantes del planeta.
Mientras en unos países se congelan, en otros mueren de calor.
Desde hace algunos años es común despertar con titulares o noticieros que anuncian las consecuencias y los efectos del cambio climático producto del calentamiento global.
Los efectos del calentamiento global ha dejado de ser temas de ciencia ficción o de ambientalistas extremos y se están convirtiendo, cada vez con más incidencia, en una realidad alarmante para el mundo.
Según un estudio revelado por la National Geographic, se espera que el nivel de los mares aumente entre 18 y 59 centímetros al final de este siglo y si los polos continúan derritiéndose, podrían aumentar entre 10 y 20 centímetros adicionales. También es probable que los huracanes y otras tormentas se hagan más fuertes.
y las sequías se harán más frecuentes. Habrá menos agua dulce disponible. Algunas enfermedades se extenderán, como la malaria llevada por los mosquitos.
Además los ecosistemas cambiarán y muchas especies de animales y plantas, podrían extinguirse. Eso sumado a las dificultades -como sequías, escasez de aguas, incendios, lluvias, olas de frío o de calor extremo e inundaciones severas- que traerá para todos los habitantes del planeta.
Rusia
El pasado lunes 20 de enero Rusia amaneció con tres soles en la ciudad de Kazán y al día siguiente se presentó el mismo fenómeno en la ciudad de Samara. Los expertos dijeron que este hecho, aunque extraordinario, es un efecto visual por las bajas temperaturas, de hasta 24 grados bajo cero, que se han sentido por la fuerte ola de frío.
Las cataratas congeladas
Por la segunda ola de frío polar en América del Norte, que en Estados unidos dejo más de 20 muertos, se volvieron a congelar a las famosas Cataratas del Niágara. Las temperaturas de esta zona han descendido hasta los menos 30 grados centígrados. El fenómeno del congelamiento ocurrió tras el paso del la tormenta Hércules que con sus fuertes nevadas, batió récords de frío y afectó a más de 150 millones de personas.
Australia
Hace unas semanas el tenista francés Tsonga mostró al mundo cómo se podían freír unos huevos en plena cancha de juego donde se disputaba el Abierto de Tenis de Australia, debido a las altas temperaturas que se vivían allí. Hasta 40 grados centígrados se ha experimentado en algunas ciudades australianas y numerosos incendios forestales han ocurrido en las zonas montañosas, ante la situación, los bomberos se mantienen enconstante alerta mientras persista esta agobiante ola de calor.
Argentina
Una calurosa navidad recibieron los porteños y todos los habitantes de la zona centro y norte del país tras las altas temperaturas que se empezaron a registrar a mediados de Diciembre del año pasado, cuando las temperaturas empezaron a oscilar entre los 38 y los 44 ºC. Ésta fue la ola de calor más larga registrada en la historia de ese país. “Despertarse con 45ºC de sensación térmica a las 6 de la mañana y soportar esa temperatura hasta que baja el sol a las 8pm se está convirtiendo en una tortura china. Cada verano se vive con más intensidad, y los cortes de luz y agua agravan las cosas en barrios que han llegado a tener hasta 30 días sin ambos servicios, provocando manifestaciones en los barrios porteños”. Comentó a LaTarde Alex Trujillo, un habitante de Cartago, Valle, que reside en Buenos Aires desde hace 3 años.
Colombia
Según informes del Instituto de Estudios Ambientales y Meteorológicos (IDEAM), de los 19 picos nevados que tenia el país, hoy en día, solo quedan 10.

Los nevados de Sumapaz, Puracé, Sotará, Galeras, Chiles, Cisne, Quindío, Pan de Azúcar y Cumbal han desaparecido a causa del calentamiento global y, a este ritmo, se estima que en menos de 30 años los picos nevados desaparezcan en su totalidad en Colombia.
: ¿Aun estamos a tiempo para contribuir con nuestro planeta? ¡Si!
- Comprando bombillos que ahorran hasta un 75% de energía.

- Desconecta cargadores y aparatos electrónicos mientras no los utilicemos.

- Disminuir en lo mayor posible el uso de aires acondicionados y calefactores.

- Comprar autos con bajo consumo de combustible y de poca emisión de dióxido de carbono por Km.

- Reciclar. Procurar darle más de 2 usos al papel, al vidrio y al aluminio.

- Respetar los bosques y los parques naturales. 
FUENTE: latarde.com, 27/ 01/ 2014

En Buenos Aires, el impacto del cambio climático se mide en milímetros de lluvia

En Buenos Aires, el impacto del cambio climático se mide en milímetros de lluviaLas intensas lluvias inundaron Buenos Aires en abril de 2013.
  • Además de las cada vez más frecuentes olas de calor, las precipitaciones aumentaron en un 30% con respecto a 1960.
Un “record histórico”. Así describieron los expertos meteorólogos la ola de calor que azotó con especial intensidad Buenos Aires, sus alrededores y la ciudad de Rosario, durante los últimos días del 2013. Con termómetros que marcaron más de 40 grados, la región sufrió un clima más parecido al de los países tropicales que al verano austral al que sus habitantes estaban acostumbrados.
Además está la lluvia, que también se ha intensificado. En abril del año pasado, más de 400 milímetros acumulados de lluvia en cuatro horas provocaron inundaciones y riadas que dejaron 67 muertos en La Plata, al sur de la capital argentina. Y en diciembre vientos “huracanados” embistieron varias localidades en el suroeste de la provincia de Buenos Aires, dejando dos muertos y graves daños.

¿Pero tiene esto algo que ver con el cambio climático?

Entre 1960 y el año 2000, la precipitación media anual de la región metropolitana de Buenos Aires aumentó un 30%. “Más de una lluvia mayor a 100 milímetros en dos años se considera extremo para la zona”, asegura Vicente Barros, investigador de la Universidad de Buenos Airesy del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y representante argentino en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).
Más de una lluvia mayor a 100 milímetros en dos años se considera extremo para la zona
Según el experto, la repetición de estos eventos es el indicador de una transformación en el clima. Otros advierten de que es muy difícil relacionar una catástrofe específica con el cambio climático.
“Sí se sabe que el aumento de la temperatura produce un aumento en la temperatura del agua y eso genera más energía. Entonces, lo que sí puede provocar el cambio climático es un aumento de la frecuencia y virulencia de estos fenómenos naturales", explica el especialista en manejo de riesgo de desastres del Banco Mundial Niels B. Holm-Nielsen, quien coincide con Barros.

Cuatro grados más de temperatura

El informe del Banco Mundial, Bajemos la temperatura alerta de que, si la temperatura global aumentara 4 °C para el año 2100, América Latina sería una de las áreas más afectadas. Responsable del 12,5% de las emisiones mundiales totales, la región podría sufrir de la elevación de los niveles del mar -que afectaría directamente las ciudades costeras-, de tormentas y huracanes más frecuentes, así como sequías y menor cantidad de tierras cultivables.
Si la temperatura global aumentara 4 °C para el año 2100, América Latina sería una de las áreas más afectadas
Según el experto argentino, el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) causado por las actividades humanas es lo que ha provocado estos extremos. La teoría es la siguiente: a mayor cantidad de GEI, más temperatura en la atmósfera, por ende, más humedad y más precipitaciones, lo que en definitiva lleva a mayores demandas de consumo de energía.
Para un mejor diagnóstico de la situación, una de las acciones en las que se embarcó la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Argentina con respaldo del Banco Mundial es la de elaborar un inventario nacional de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y realizar estudios sobre el potencial de mitigación en los principales sectores económicos y emisores de GEI, cuya elaboración corresponde al compromiso asumido por el país con la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Por otra parte, Barros recomienda mejorar las infraestructuras y promover una producción más amigable con el medio ambiente, invertir en sistemas de alerta a nivel local e instruir a la población para saber qué hacer ante una emergencia ya sea por la intensidad del calor o de las lluvias.
FUENTE: iagua, 28/ 01/ 2014

miércoles, 29 de enero de 2014

EL CAMBIO CLIMÁTICO VINO PARA QUEDARSE.



El cambio climático llegó para quedarse
27.01.2014 | Especialistas afirman que los eventos meteorológicos extremos serán más frecuentes. En diciembre y enero, la Ciudad de Buenos Aires sufrió olas de calor y tormentas severas.
Por Mariana Badeni
“Claramente habrá un aumento de temperatura, de lluvias en la zona de la Pampa húmeda y va ha ocurrir más fenómenos extremos como olas de calor'', explicó a La Prensa la doctora en meteorología Matilde Rusticucci, directora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad de Ciencias Exactas, al ser consultada sobre cómo sería el clima que tocaría vivir a los habitantes porteños.

Una opinión similar sostuvo Daniel Barrera sobre el futuro climático y la indiscutible incidencia del hombre en los fenómenos extremos que han afectado en los últimos días a los porteños. "La variabilidad climática natural, que en algunos aspectos es cíclica (como las estaciones) y en otros es cuasi-cíclica ha sido alterada desde que el hombre ha comenzado a liberar cantidades de energía del mismo orden de magnitud que la de los procesos naturales, y esto ha ocurrido a partir del siglo veinte'', remarcó a La Prensa el doctor en meteorología y ex asesor científico en la Secretar¡a de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental de la Nación.

La concentración de dióxido de carbono en la atmósfera, producto de la actividad humana, viene alterando desde hace varias décadas el clima del planeta, proceso conocido como "cambio climático". Y son la quema de combustibles fósiles y la destrucción de la vegetación natural, entre otros, las principales causas de tal acumulación de gases. En la Argentina, la emisión de dióxido de carbono per cápita (o huella de carbono) es de 5,71 toneladas al año, muy por debajo de los registros de un norteamericano (20 toneladas) o un inglés (11.81 toneladas). Aún así, el efecto colateral del incremento de temperaturas igual afecta a nuestro país.

Como consecuencia del calentamiento global, se incrementan las temperaturas medias sin que disminuyan las mínimas. Esto hace que aumente la densidad de la atmósfera, al retener el calor. Y así, la atmósfera adquiere una energía adicional que da mayor intensidad a los fenómenos climáticos.

PRONOSTICO
Así, en muy poco tiempo, las lluvias torrenciales, las sequías, las olas de calor, los tornados y tormentas eléctricas han sido algunos de los fenómenos naturales que más han afectado a los argentinos.
"Estamos en una época de tormentas y en la segunda zona mundial donde más caen rayos. Es algo normal que llueva, haya rayos y haga calor. Lo que sucede es que tenemos que mirar dos aspectos: los fenómenos climáticos naturales que han aumentado en frecuencia por el cambio climático. Pero, por otro lado, el resultado del desastre es más visible cuando hay más población expuesta a estos fenómenos'', enfatizó Rusticucci.

Como ejemplo la especialista destacó que "acá mismo en la Ciudad de Buenos Aires en las hileras de árboles se nota que algunos no tienen la misma copa que los de al lado. Eso probablemente fue un rayo que cayó y lo destruyó. Muchos no se dan cuenta de que cayó un rayo porque no lo ven pero es algo normal''.

Y si la caída de rayos forma parte del panorama del verano, el mar es uno de los principales puntos atrayentes para que la electricidad se descargue. "Lo que sucedió en Villa Gesell con el rayo que mató a varias personas que estaban en la playa es un claro ejemplo de donde no hay que estar cuando hay tormentas eléctricas con nubes que crecen en forma de torre. Esto es porque los rayos buscan el agua y las zonas aledañas'', subrayó Barrera.

Luego agregó que "por eso hay que evacuar las playas. Por ejemplo en Miami al venir una tormenta eléctrica los guardavidas las evacuan inmediatamente. El que se queda después tendrá problemas con la justicia por una multa. Pero acá, como tienen la carpa puesta se quedan sin ser conscientes de lo que les puede pasar. Lo que necesitamos es un cambio de idiosincrasia y tener una cultura ante los fenómenos naturales''.
Y si ya las marcas baten récords en la Argentina por las altas temperaturas alcanzadas durante este verano, no se puede dejar de pensar cómo será el invierno ante la grave situación climática que vivieron países como los Estados Unidos.

Según los especialistas la ola de frío del hemisferio norte no necesariamente tiene que corresponderse con una ola de calor en el sur. Tan sólo son manifestaciones de la mayor energía en las ondas planetarias.
Pero la pregunta persiste sobre: ¿cómo será nuestro invierno?. "Lo que se podría esperar es una mayor variabilidad de las temperaturas y de las precipitaciones y otras variables climáticas alrededor de sus valores medios. Podemos tener una ola de frío en el invierno que sea más fuerte o más persistente por debajo de un determinado valor y también olas de calor como el veranito de San Juan. En el hemisferio sur, por lo general, las amplitudes térmicas son menores a las del norte porque está compuesto por más masa oceánica y esta es atemperadora. Por eso es que las zonas costeras no tienen tanta variación como las zonas lejos del mar'', resaltó Barrera.

Los tornados también han sido noticia reciente. Según los especialistas un fenómeno de estas características puede preverse sólo 20 minutos antes de su formación. Y es clave saber aprovechar ese tiempo para alertar y prevenir a los habitantes.
Sin embargo, la Argentina no está preparada para una más alta ocurrencia de tornados debido a que le falta mejorar los métodos de detección y hacer más rápidos los alertas meteorológicos.

CAMBIOS
La solución a los cambios bruscos y feroces del clima consta básicamente de cuatro elementos: conservación de bosques; eficiencia en el transporte; energías limpias y mecanismos para capturar el carbono. Pero su concreción es quizás el punto más difícil para comenzar a transformar la situación ambiental.

Hoy, para lograr un menú de objetos a los que estamos acostumbrado "hay que hacer un despilfarro enorme de energía, mantener una cadena de frío desde el lugar de producción hasta la góndola, y transportar la mercancía. No los veo a los gobiernos terminando con este despropósito de gasto energético. Para frenar el calentamiento global hay que dejar de quemar combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) cuyo resultado es emisión de Dióxido de Carbono a la atmósfera, y no hay fuentes de energía alternativas capaces de reemplazar totalmente a estos combustibles para sostener el despilfarro energético actual. Habría que disminuir el consumo, pero nunca escuché a un político decir esto; desde todo el espectro ideológico se promete 'crecer', esto es, aumentar el consumo'', subrayó Barrera, quien dirige un proyecto de terrazas verdes, un alternativa para mitigar el caudal de las inundaciones en las ciudades y contrarrestar los efectos negativos de los gases de efecto invernadero.

Así, estos espacios con vegetación funcionan como aislante acústico, las plantas favorecen el retorno de la naturaleza en las ciudades y zonas industriales, por lo que ofrecen una biodiversidad elevada, y en el caso de precipitaciones estos techos se comportan como esponjas que retienen el agua, evitando inundaciones.
Y es que pese a que el cambio climático haya llegado para quedarse, no significa que no se pueda mitigar sus efectos en la vida de los argentinos. Sólo es cuestión de comenzar a concretar políticas en un futuro cercano.

FUENTE: La Prensa, argentina, 27/ 01/ 2014

EL CAMBIO CLIMÁTICO CREARÁ NUEVAS FORMAS DE VIDA EN LA TIERRA.


El cambio climático creará nuevas formas de vida en la Tierra
Foto: Flickr.com/DigaoSPBR/cc-by

A causa del cambio climático la Tierra podría perder hasta el 30 % de las especies de animales y plantas, dado que los organismos vivos no aciertan a adaptarse a las nuevas condiciones de existencia.

Al mismo tiempo, aseguran los científicos, podrían surgir nuevos ecosistemas.
El calentamiento global, la desertización y las pérdidas del agua causadas por el cambio climático en nuestro planeta son las principales causas de la reducción de la diversidad biológica en la Tierra. Los resultados de los estudios recientes revelan que en la costa de EEUU, donde los cambios de temperatura son especialmente evidentes, la población de salmones se ha reducido en decenas. Los arrecifes de coral podrían llegar a desaparecer en los próximos años: las altas temperaturas de aire los privan de las sustancias nutritivas, causando de esta forma su decoloración y su posterior muerte. La reducción de las precipitaciones y el aumento de la duración de las temporadas cálidas en Australia ponen al borde de la extinción a muchas especies de marsupiales, canguros incluidos. Un clima más seco y menos predecible en África subsahariana ha reducido considerablemente el hábitat de los elefantes.
En un futuro no demasiado lejano el cambio climático puede hacer desaparecer a muchos elementos del paisaje. Así, ha empezado a destruirse el sistema de las praderas alpinas que están siendo sustituidas de forma vertiginosa por los bosques. Los ásteres alpinos y la especie conocida como carex nigra son incapaces de sobrevivir a la sombra de los árboles. Por esta razón, las plantas de las praderas que llevaban siglos en la zona con el paso del tiempo quedarían únicamente en espacios muy reducidos.
Los científicos han descubierto que las especies más fuertes han emigrado a los polos para conservar de esta forma el hábitat necesario, explica el catedrático de la Academia de agricultura Timiriázev de Moscú, el biólogo Serguéi Kruchina:
–En la provincia de Moscú han aparecido especies de insectos y algunas plagas de plantas características para las zonas sureñas. Se puede decir que ciertos animales y plantas que necesitan el calor para vivir se están instalando más al norte. Cualquier propietario de una casa rural de la zona central de Rusia sabe que si planta uvas o algunos frutales originarios del sur, recogerá cosechas sin problema alguno.
Los estudios recientes han revelado que el cambio climático es especialmente marcado en las latitudes altas. Se han reducido el hielo y las zonas cubiertas por nieve en invierno. Todo ello afecta a quienes habitan las zonas nórdicas, cuenta el coordinador de los proyectos del Fondo Mundial para la Naturaleza que se proponen preservar la biodiversidad del Ártico, Mijaíl Stishov:
–Los primeros damnificados son las morsas y los osos polares. Estos últimos, por ejemplo, suelen cazar sobre hielo que ahora no es especialmente grueso y en verano la situación se vuelve crítica. Tienen que cazar roedores o atacar a pájaros. Como consecuencia, acuden con más frecuencia a los poblados, lo que aumenta el número de enfrentamientos entre osos y humanos y sus víctimas, por supuesto. Con las morsas ocurre algo muy parecido. Es otra especie de caza sobre hielo y también se ven obligados a salir a la costa.
El aumento de las temperaturas no solo afecta al grosor del hielo en el Ártico. De acuerdo con las últimas investigaciones, el calentamiento global a la larga hará que incluso los depredadores más grandes reduzcan su tamaño. Ya ocurrió una vez, hace unos cincuenta y cinco millones de años. Fue el período de subida de temperaturas más significativo desde la desaparición de los dinosaurios. La razón, opinan los científicos, podría radicar en la falta de alimento, dado que con un alto nivel de dióxido de carbono las plantas son menos nutritivas.
Los estudios recienten revelan que el actual cambio climático se operará con una velocidad dos o tres veces más alta. De modo que los animales y las plantas, para sobrevivir, deberían cambiar a un ritmo muy elevado y, por lo tanto, es posible que aparezcan nuevas combinaciones de especies y comunidades que formarán ecosistemas nunca vistos.
FUENTE: La voz de Rusia, Svetlana Kalmikova, 29/ 01/ 2014


lunes, 27 de enero de 2014

LOS FENÓMENOS CLIMÁTICOS EXTREMOS SE MULTIPLICAN.

Los fenómenos extremos se multiplican
Este pasado 2013 ha sido el más cálido en todo el planeta desde que se comenzaron a tomar datos en 1880. Si vamos más allá de la singularidad y buscamos la tendencia histórica, nos encontramos con que de los 10 años más cálidos de este periodo de 134 años,nueve corresponden al siglo XXI. Y el que queda descolgado del milenio, 1998, tampoco quedó precisamente lejos de sus colegas. Con estos datos del Instituto Goddard de la NASA, no queda mucho margen para el escepticismo sobre el calentamiento global. Un aumento de la temperatura del planeta que Christopher Field, director del Departamento de Ecología Global de la Carnegie Institution for Science y catedrático de la Universidad de Stanford (EE.UU.), advierte que provocará un «incremento del riesgo de padecer fenómenos extremos». Algo que este convulso invierno va confirmando.
Desde que el solsticio llegó, los fenómenos y calamidades meteorológicas se han sucedido a lo largo y ancho del planeta. Y ha dado lo mismo que se tratase del hemisferio norte, que del sur. Cuando ni siquiera ha llegado a su ecuador, este invierno que sufrimos ya se ha ganado su capítulo en los libros de registros «históricos».
Las sucesivas «ciclogénesis explosivas» originadas en el Atlántico Norte -«Dirk» y «Erich»- han dejado inundaciones en todo el sur del Reino Unido «como no se habían sufrido en más de dos décadas»; en España hemos visto «olas gigantes» que rompían «récord históricos de los últimos quince años» y en Francia han soplado vientos huracanadossobre los Pirineos Atlánticos de casi 230 kilómetros por hora, que en Bretaña y Normandía dejaron a 240.000 personas sin suministro eléctrico.
En el otro extremo del termómetro, los moscovitas han disfrutado deun inicio del invierno «como no recordaban». Las temperaturas sobre cero que se han vivido en la parte europea de Rusia hicieron temer incluso por la nieve de los Juegos Olímpicos de Sochi y se enviaron camiones gigantes a las cumbres circundantes para recogerla. El Servicio Meteorológico de Rusia aseguró que con la que ha caído habrá suficiente nieve el 7 de febrero. Por si acaso, las autoridades han almacenado 16 millones de metros cúbicos del imprescindible elemento.

Vórtice polar

Al otro lado del Atlántico, el comienzo del invierno ha sido también extremo e histórico. El primer aviso lo dio justo antes de la Navidaduna tormenta de hielo sobre la ciudad de Toronto, al sur de Canadá -no al norte- que los diarios regionales calificaron «como la peor de toda su historia», y que dejó a 250.000 personas sin electricidad. Y solo fue el inicio de una secuencia de olas de frío «históricas». Porque el 1 de enero, «Hércules» desplomaba el termómetro en esa misma ciudad hasta los 29 bajo cero y apenas una semana después le seguía el «vórtice polar»,desplazado desde el Polo Norte por un frente de altas presiones del Pacífico que habitualmente nunca sobrepasaba Alaska, pero que en esta ocasión le abría el camino al ciclón ártico hacia el sur de Canadá y norte de Estados Unidos.
A su paso, todo el Medio Oeste y la región de los Grandes Lagos -cataratas del Niágara incluidas- quedaban convertidos en un gigantesco carámbano. Nueva York registraba temperaturas «nunca vistas en 118 años» y en zonas de Dakota del Norte y Minessota el frío y el viento dejaban sensaciones térmicas de 50 grados bajo cero. Más de 200 millones de norteamericanos se veían afectados por una secuencia gélida que el meteorólogo Ryan Maue presentaba bajo la afirmación de que «los que tengan menos de 40 años no habrán visto nunca una igual».
Tampoco está en la memoria de ninguno de los californianos un invierno como el que están viviendo. «Desde hacía un siglo», en este Estado de 40 millones de habitantes no se padecía una sequía como la que sufren; tanto que el gobernador, Jerry Brown ha declarado el estado de emergencia. Y estamos hablando de la temporada de lluvias, que aunque parezca increíble es en la que se encuentran. Cuando laépoca supuestamente «fresca y lluviosa» termine, y la primavera dé paso al verano, habrá que buscar un topónimo aún más siniestro para renombrar al infierno del «Valle de la Muerte».

El horno del cono sur

Pero si descontrolado anda el tiempo en el hemisferio norte, no están mejor las cosas al sur del ecuador. En Brasil, a la presidenta Rousseff le costaba esta pasada Navidad contener las lágrimas al observar desde el helicóptero la catástrofe de las inundaciones de los estados de Espíritu Santo y Minas Gerais, donde 50.000 personas tuvieron que abandonar sus casas por las «peores inundaciones de los últimos 90 años». Y cuando dejó de llover, fue para dar paso a unas temperaturas sofocantes. En Río de Janeiro la llegada del nuevo año trajo una ola de calor que provocó sensaciones térmicas de 50 grados; encontrar una ducha libre en las playas de Ipanema y Copacabana era poco menos que tarea imposible.
Más al sur del continente, el mazazo ardiente sufrido por los argentinos se ganó igualmente a pulso el calificativo de «histórico». En Buenos Aires, si el año 2013 se despidió con la ola de calor «más duradera de los últimos 107 años», este recién iniciado 2014 va ya por la tercera, y con sensaciones térmicas de 43,5 grados este pasado jueves. Pero peor ha sido en Santiago del Estero, al norte del país, donde se han alcanzado temperaturas de 50 grados, que es lo que suele medirse en los desiertos del Sahara o del Gobi. Al lado de estos registros, hablar del quinto año de sequía consecutivo de Chile y de las decenas deincendios que padece las regiones de Bío Bío y Maule, que han consumido 40.000 hectáreas, parecen algo normal. Pese a que el humo haya cubierto ya Santiago de Chile, la capital del país, y el presidente Santiago Piñera haya tenido que declarar la alerta sanitaria.
También en Australia están conociendo un invierno inolvidable. Melbourne padece la segunda ola de calor «más duradera desde 1830», Adelaida ha sufrido la segunda «más extrema desde 1939» y esta pasada semana todavía se luchaba contra incendios que han devorado en el Estado de Victoria 130.000 hectáreas, elevando lenguas de fuego por encima de los 40 metros, que viene a ser un edificio de quince plantas. Es probable que cuando los rescoldos se enfríen y se haga revisión de los datos, haya que cambiar lo de «segunda».

Más intensas, más frecuentes

Desde la Aemet, Fermín Elizaga, portavoz de la Agencia Estatal Meteorológica, subraya que «lo primero que hay decir es que lavariabilidad climática siempre ha estado con nosotros. Los fenómenos extremos en diversas partes del mundo son habituales y antes de atribuir un fenómeno concreto al cambio climático hay que ser muy prudentes, pese a los conocimientos y herramientas científicas actuales. Lo que la mayoría de los científicos admitimos es que el cambio va a provocar un incremento en la frecuencia e intensidad de esos fenómenos extremos. Hay que tener en cuenta que por muy abrumador que parezca, dos décadas no son nada a nivel climatológico para algunas variables. El último informe del IPCC publicado en octubre 2013 asigna una probabilidad superior al 95% a la influencia del hombre en el calentamiento global y las variaciones que estamos viendo son consistentes con un mundo en calentamiento global. El cambio climático ya se ha producido, y con él unincremento en la frecuencia de los fenómenos extremos. Si antes se producía una ola de calor muy intensa cada 20 años, en el futuro serán probablemente cada 15, o menos».

No queda mucho tiempo

Carlos Duarte, investigador del CSIC, también es de la opinión de que una flor aislada no anuncia la primavera pero un campo florido sí. «Las primeras consecuencias concretas del cambio climático ya llegaron hace algunos años, con la pérdida de hielo en el Artico, que es una señal inequívoca. En cuanto a los fenómenos extremos, su atribución individual al cambio climático sigue siendo compleja, pero la agregación de condiciones climáticas extremas tiene valor de diagnóstico. En la ciencia del clima se están haciendo progresos importantes para poder atribuir, en un futuro próximo, los fenómenos individuales al cambio climático, pero por ahora nos hemos decontentar con la estadística. Un fenómeno extremo no anuncia el cambio climático, pero la agregación de muchos como estamos viendo estos años, sí lo hace», afirma este científico.
Sobre la velocidad a la que el cambio climático se está produciendo, Duarte muestra pocas dudas: «se están acelerando todos los indicadores: ritmo de aumento de temperatura global promedio, tasa de perdida de hielo, aumento del nivel del mar. Y lo están haciendo porque tambien lo hace el factor causal, que son las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Estamos perdiendo un tiempo vitalpara evitar que las consecuencias excedan los margenes en los que los impactos se pueden gestionar».
FUENTE: abc.es, 26/ 01/ 2013

jueves, 23 de enero de 2014

miércoles, 8 de enero de 2014

ALTO RIESGO DE ESCASEZ ABSOLUTA DE AGUA POR CAMBIO CLIMÁTICO.


40% personas más en riesgo de escasez absoluta de agua por cambio climático

El mayor incremento de la escasez mundial de agua podría pasar cuando la temperatura global aumente entre 2oC y 3o C por encima de los niveles preindustriales.




sequía, cambio climático
Hoy en día, entre una y dos personas de cada cien viven en países 
con escasez absoluta de agua ampliar    

        


San José
El cambio climático, producto de las emisiones de gases de efecto invernadero, pondrá a 40% más personas en riesgo de escasez absoluta de agua y a un 15% adicional de la población mundial en riesgo de una disminución severa de los recursos hídricos.
Así lo afirma un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences ( PNAS), donde se explica que “los recursos hídricos renovables se verán afectados por los cambios proyectados en los patrones de precipitación, temperatura y otras variables climáticas”, al tiempo que cambios poblacionales futuros aumentarán la demanda sobre los recursos cada vez menos disponibles.

"El mayor incremento de la escasez mundial de agua podría pasar cuando la temperatura global aumente entre 2oC y 3o C por encima de los niveles preindustriales. Esto es algo que se experimentará en las próximas décadas a menos de que las emisiones se eliminen", dijo el autor principal del estudio, Jacob Schewe, en el sitio del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK).

El problema es que limitar la temperatura mundial a ese rango se ve cada vez menos posible, según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente ( Pnuma).
El consumo de agua promedio mundial por persona y año es de al menos 1.200 metros cúbicos
La escasez de agua absoluta se define como menos de 500 metros cúbicos disponibles por año y persona

Problemas asociados. La seguridad alimentaria depende de la irrigación por lo que “la escasez de agua es una amenaza importante para el desarrollo humano”.
Además, muchos de los procesos de producción industrial requieren grandes cantidades de agua, por lo que la falta de este recurso en algunas regiones dificulta el desarrollo económico.

Sin embargo, un aumento de la precipitación también es un reto porque el agua adicional puede causar inundaciones, interrupciones o daños en la infraestructura y otros problemas.
El estudio afirma que la reducción del recurso hídrico será desigual en distintas partes del mundo.

“Por ejemplo, en el Mediterráneo, Oriente Medio, el sur de los EE.UU., y el sur de China muy probablemente veremos una disminución pronunciada de agua disponible, mientras que al sur de la India, oeste de China y partes de África oriental podríamos ver un aumento sustancial”, aseguran los investigadores.
FUENTE: La Nación, Vivir,  Carolina Ruiz

DEFORESTACIÓN AMAZÓNICA: TEMA PRIORITARIO EN PRÓXIMA CUMBRE DE CAMBIO CLIMÁTICO.



Los efectos del cambio climático, como la deforestación amazónica y el deshielo de glaciares, son algunas de las prioridades que Perú deberá plantear en la Conferencia de las Partes (COP20) que se desarrollará en 2014 en Lima, según organizaciones civiles peruanas.

El grupo Perú COP20, que comprende distintas entidades, abrirá un diálogo con organizaciones, gremios, ONGs y comunidades nativas sobre una propuesta para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero, señalaron este miércoles los representantes de organizaciones en rueda de prensa.
"Buscaremos el acuerdo de la sociedad civil para enfrentar la deforestación que está destruyendo nuestra Amazonía, y también para el derretimiento de los glaciares que en el futuro provocará sequías en muchos pueblos andinos", dijo Rocío Valdeavellano, coordinadora nacional del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC).

El Inventario Nacional Forestal, que reúne a expertos de la FAO y del gobierno, señala que la deforestación de los bosques amazónicos se estima en unas 150.000 hectáreas al año.
En tanto, el ministerio del Ambiente advierte que por efectos del cambio climático en la costa peruana se ha perdido más del 50% de la cubierta forestal vegetal y en la sierra se han reducido bosques nativos andinos, en vía de extinción por la depredación.

El embajador Jorge Boto, en representación de la Cancillería, dijo que "una propuesta será equilibrar el desarrollo de los países, pero sin contaminar el ambiente", es decir sin emisiones de carbono.
El diplomático señaló que se buscará en el documento final el compromiso de los países desarrollados para la transferencia tecnológica, así como el asesoramiento de especialistas en cambio climático.

La Conferencia de las Partes (COP20) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio climático se realizará en Lima del 3 al 14 de diciembre del 2014, y se espera que reúna unos 15.000 asistentes de 194 países.

Durante el encuentro mundial se elaborará un borrador para la COP21, a realizarse en París en 2015, en busca de un acuerdo global sólido y vinculante que beneficie al planeta, según informó en noviembre el ministro de Ambiente, Manuel Pulgar Vidal

Para los expertos, el año 2015 en París será clave para el proceso de negociaciones globales sobre el cambio climático porque se alcanzarán acuerdos para renovar el Protocolo de Kioto.

FUENTE: Terra, Ciencia, 18/ 12/ 2013

CUMBRE CLIMÁTICA MUNDIAL EN VARSOVIA: NO HUBO AVANCES EN COMPROMISOS DE REDUCCIÓN DE EMISIONES.



Países desarrollados no ceden a reducción de emisiones y COP19 termina sin mayores resultados.
Como cada año desde 1994, autoridades de 193 países se reunieron en la 19ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP19) del 11 al 23 de noviembre en Varsovia, Polonia y, como cada año, no hubo mayores avances en el compromiso de los países desarrollados de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), responsables del calentamiento global, ni en cumplir ni menos incrementar sus aportes al Fondo Verde para el Clima, destinado a ayudar a los países en vías de desarrollo en la mitigación y adaptación al cambio climático.

El Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) afirma en su informe “Cambio Climático 2013. Base de Ciencia Física”, publicado el 27 de setiembre, que “se ha detectado la influencia humana en el calentamiento de la atmósfera y el océano, en alteraciones en el ciclo global del agua, en reducciones de la cantidad de nieve y hielo, en la elevación del nivel medio global del mar y en cambios en algunos fenómenos climáticos extremos.

Esta evidencia de la influencia humana es mayor desde el Cuarto Informe de Evaluación [del 2007]. Es ‘sumamente probable’ que la influencia humana haya sido la causa dominante del calentamiento observado desde la mitad del siglo XX”.

Sin embargo, a pesar de la vigencia del Protocolo de Kioto —único instrumento legalmente vinculante que obliga a los países desarrollados a reducir sus emisiones de GEI,  firmado en 1997 y que fue ampliado el año pasado hasta el 2020—, algunas naciones industrializadas anunciaron que no cumplirán con ese mandato.

Organizaciones sociales en retiradaAnte la falta de avances, representantes de organizaciones sociales presentes en el evento, incluyendo a Greenpeace, ActionAid, WWF, International Climate, Oxfam Internacional y Amigos de la Tierra, decidieron abandonar el evento.

“Nos marchamos porque no podemos expresar nuestra voz, mientras que vemos que el clima se está convirtiendo en un negocio y las grandes corporaciones determinan muchos de los temas a tratar”, dijo Carmen Capriles, ecologista boliviana del Movimiento Acción Climática, en declaraciones recogidas por la prensa. “Las negociaciones no van a ninguna parte, mientras que el cambio climático espera”.

En un comunicado titulado “Ya es suficiente”, las organizaciones y movimientos sociales manifestaron que “hemos decidido que el mejor uso de nuestro tiempo consiste en retirarnos voluntariamente de las negociaciones sobre el clima en Varsovia. En cambio, ahora nos estamos enfocando en la movilización de la gente para empujar a nuestros gobiernos para que tomen el liderazgo climático en serio. Vamos a trabajar para transformar nuestros sistemas de energía y alimentos a nivel nacional y mundial, y reconstruir este sistema económico roto, para crear una economía sostenible y baja en carbono, con empleos decentes y medios de vida para todos y todas. Y vamos a presionar a todos para hacer realidad esta visión”.

El Perú será sede de la COP20 en diciembre del 2014, lo cual será un gran reto para el país andino. Según el Informe de Desarrollo Humano Perú 2013, publicado el 28 de noviembre, el Perú es uno de los países más vulnerables al cambio climático debido a que en su territorio se encuentran cuatro de las cinco características de vulnerabilidad reconocidas por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático: zonas costeras bajas, zonas áridas y semiáridas, zonas expuestas a inundaciones, sequías y desertificación, y ecosistemas montañosos áridos.

La pérdida de bosques en la Amazonia peruana, debido al “efecto combinado del calentamiento en marcha y de actividades humanas como la deforestación y expansión agrícola”, está llevando a que esta región se convierta en emisor de CO2, alertó el informe.


FUENTE: Noticias Aliadas, América Latina/ El Caribe, 19/ 12/ 2013

BIODIVERSIDAD: BUSCAN ADAPTARSE AL CAMBIO CLIMÁTICO EN LOS ANDES TROPICALES.


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Conservación y adaptación en la región de los Andes Tropicales frente al cambio climático

 

 
El Ministerio del Ambiente (MAE), en coordinación con el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI) y el Centro Internacional para la Investigación de El Niño (CIIFEN), ejecuta el proyecto “Información de Cambio Climático-Biodiversidad para el fomento de políticas públicas de conservación y adaptación en la región de los Andes Tropicales” en Bolivia, Ecuador y Perú.
Entre los productos del proyecto que fueron presentados el 17 de diciembre, se elaboraron las proyecciones de cambio climático de alta resolución (20-60 Km) obtenidas mediante ensamblaje de varios modelos numéricos reconocidos a nivel global y la estimación de la vulnerabilidad de la zona de páramos frente a cambios en el clima y presiones del entorno.
Los resultados del proyecto que se ejecuta CIIFEN tienen relación directa con los fines de la Dirección Nacional de Adaptación al Cambio Climático y servirán para impulsar desde la Subsecretaría de Cambio Climático del MAE, la incorporación de criterios para la planificación y toma de decisiones e implementar medidas de adaptación y mitigación que aseguren el desarrollo sostenible de nuestra población. Por esta razón, se difundirán en la Tercera Comunicación Nacional de Cambio Climático, para posteriormente formalizarlas en una carta de entendimiento que firmarán los máximos representantes del Ministerio del Ambiente (MAE) y del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN).
 
FUENTE: IGUA, Bolivia, 20/ 12/ 2013
 

¿QUE TAN PREPARADOS ESTÁN LOS PAÍSES PARA EL CAMBIO CLIMÁTICO?

 

¿Está preparado su país para afrontar sequías, súper tormentas y los desastres naturales que el cambio climático puede causar? Para responder a esa pregunta, la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos, realiza el Indice de Adaptación Global, que mide 50 indicadores para cada uno de las naciones del mundo y que en su edición 2013 reveló que Dinamarca es el país más preparado y que los que están al final de la lista requieren más de un siglo para igualar el nivel de los más ricos.

Chile se ubica entre los 25 países mejor preparados, cinco puestos más arriba que hace una década y el mejor posicionado de Latinoamérica. Según explica a La Tercera Joyce Coffee, directora ejecutiva del Indice de Adaptación Global, U. de Notre Dame, los indicadores que exhibe nuestro país son positivos, aunque “revelan que le tomará 17 años para que su capacidad de prepararse para el cambio climático alcance el promedio de los países de la Ocde”, dice.

SALUD, EL TALON DE AQUILES

Los 50 ítems analizados en el informe se agrupan en seis mayores, que incluyen alimentos (malnutrición de niños bajo cinco años y longevidad), agua (porcentaje de población con acceso a suministro y acceso a instalaciones sanitarias mejoradas), infraestructura, ecosistemas, hábitat urbano y salud pública.

Es justamente este último punto donde Chile obtiene su más bajo puntaje y según Coffee, es la razón de su atraso. “Chile tiene un relativo alto nivel de vulnerabilidad en el sector de salud pública, el cual contribuye largamente a la brecha”, afirma y agrega que su puntaje en esta área se debe, sobre todo, a la baja mortalidad materna que exhibe, la mejor de la Ocde, dice. En contraste ha empeorado la cantidad de trabajadores de la salud por habitante.

Con todo, al desglosar los datos del país, Chile aparece en el puesto 44º en vulnerabilidad para enfrentar el cambio climático, pero es el onceavo más preparado. Lo anterior significa que aunque todavía existen desafíos de adaptación, nuestro país está bien posicionado para hacerlo.

Aunque el Indice muestra que los países de todo el mundo son cada vez más resistentes frente al cambio climático, esa adaptación no está sucediendo lo suficientemente rápido como se esperaba, incluso para los países desarrollados. “Estos datos son alarmantes, ya que arrojan luz sobre cuán preparadas están algunas de las naciones más vulnerables”, dijo Jessica Hellmann, líder del estudio, quien agregó: “Pero también muestran que los países más desarrollados no están haciendo lo suficiente o bien, lo que plantea cuestiones de política pública graves, no importa cuán bien se haya desarrollado la economía nacional”.

De hecho, en una escala de cero a 100, Dinamarca, que encabeza la lista, sólo alcanza 83,4 puntos. Suiza 83, Estados Unidos 79 y Alemania 79,3. Chile tiene 75,3 puntos, 10 más que Argentina (65,9) y Brasil (64) y casi 20 más que Bolivia (56,3).
Hellmann dijo que el Indice tiene como objetivo desbloquear soluciones globales de adaptación que permitan salvar vidas, además de fortalecer posiciones de mercado en el sector privado y decisiones de política en el sector público. “El anuncio de este año muestra que el Indice contiene datos que pueden ayudar claramente a quienes toman las decisiones y determinan las prioridades mundiales, regionales y nacionales”, dijo Chawla, haciendo referencia a dónde deben ser gastados los miles de millones de dólares que la ONU ha comprometido para ayudar al mundo a adaptarse al cambio climático.

FUENTE: La Tercera, Tendencias, por C. Espinoza / L. Ramírez - 20/12/2013

CAMBIO CLIMÁTICO PROVOCA COLAPSO EN LA INDUSTRIA CAFETERA.


El colapso de la economía cafetera en el istmo centroamericano y la pérdida de más de un millón de empleos a nivel regional, es una hecatombe social en una de las zonas más pobres del continente americano.
 
El recrudecimiento de la presencia de la enfermedad conocida como la roya, producida por el hongo Hemileia vastatrix, ha puesto en jaque a los productores de café, los que han visto una drástica disminución en sus cosechas; siendo el café hasta el momento el pilar de la economía centroamericana, superado únicamente por el aporte de las remesas enviada por los migrantes desde el extranjero
 
Aparentemente la roya se originó en Sri Lanka alrededor del año 1860, esparciéndose posteriormente a diversos confines del planeta, detectándose en Bahía (Brasil) a inicios de los años 70. El aparecimiento de manchas anaranjadas en las hojas paulatinamente consume la planta; entre más hojas mueren, se inhabilita la capacidad de fotosíntesis, disminuyendo el número de frutos que produce el arbusto.
 
En un estudio del Jardín Botánico Kew Gardens, señala al cambio climático como el factor determinante en la intensificación de la propagación de la roya y vaticina la desaparición de la variedad C. arábica en un lapso de 70 años.
 
Sin embargo el Dr. John Vandermer, ecologista e investigador especializado en la roya del café, indica como el cambio de pequeños productores a grandes plantaciones, determinó un incremento en el uso de pesticidas y fungicidas, y la consecuente erradicación de hongos defensivos e insectos. La desaparición del hongo Cephalosporium lecanii, como efecto del uso agrotóxicos implica una multiplicación del Hemileia vastatrix.
 
La roya es exacerbada por el incremento de humedad producto del cambio climático, asociado con un uso irracional de productos químicos en las plantaciones. Las disrrupciones en la estación seca o el aumento de la temperatura en las zonas de producción del café, contribuyen a un perfecto caldo de cultivo de hongos.
 
La amenaza de desaparición de la variedad de café conocido como arábica, se convierte en uno de los mayores retos para las economías de Centroamérica, donde no existen los recursos para confrontar la posible replantación con la variedades resistentes a la roya conocidas como Lempira y la C. robusta.
 
Mas allá de la amenaza de la roya se encuentra la broca producida por el Hypothenemus hampei, un escarabajo proveniente de África, el cual viene destruyendo las plantaciones tanto en ese continente como en América. La broca es conocida también como el gusano barrenador del café y se originó en Angola, arribando a Brasil en 1926, desde donde se propagó a los demás países productores del grano aromático.
 
La presencia de la roya y la broca en Centroamérica no es nada nuevo, sin embargo el cambio climático y el abuso de los agrotóxicos han dado lugar a una crisis sin precedentes, sin que exista hasta el momento respuestas concretas, ante la inexistencia de las enormes cifras de dinero requeridas para apalear las plagas y sustituir las plantaciones afectadas.
 
El colapso del precio del café y la crisis de los productores en Honduras
 
El vertiginoso descenso del precio café, precisamente cuando se presenta la crisis de la roya, está generando una enorme convulsión social. Desde abril del 2011 el precio ha descendido hasta la fecha de us$3,02 a 1.22 por libra. Los irrisorios precios determinan una ganancia ínfima para los productores, los que a duras penas cubren los costos de producción.
 
En Honduras se han visto afectados más de 400.000 personas dependientes de la cosecha de café para su subsistencia. Tania Lara, afiliada a la Central de Cooperativas Cafetaleras de Honduras (CCCH) indicó: “Estos desastres impactan doblemente en nosotras, ya que las mujeres rurales y pequeñas productoras hemos sido ignoradas en las políticas de gobierno en cuanto a la asistencia técnica y crediticia para la producción”, en Honduras existen más de 100.000 pequeños productores, de los cuales el 16% son mujeres.
 
Una de las posibles soluciones al problema de la roya es el incremento de la altitud de las plantaciones de café. Anteriormente la variedad de café arábica   se producía entre los 1200 a los 1600 metros. Hoy en día existe una tendencia a crear nuevas plantaciones en zonas más frías. A inicios de este año circuló una denuncia sobre la deforestación de más de 2000 hectáreas de pino y roble en el Parque Nacional Celaque, con el supuesto propósito de sembrar café.
 
La aparición de la broca del café en el sector oriental del país, complica aún más el panorama, y es de esperar que en los próximos años el gusano barrenador haga estragos en Honduras, país considerado por el Global Climate Index como el país más afectado en el planeta entre 1990 y 2010.
 
Desafortunadamente las diferentes administraciones gubernamentales hondureñas han desdeñado la grave problemática existente, dando énfasis a las falsas soluciones al cambio climático, sin realmente generar una agenda de mitigación y adaptación. En un futuro cercano la ya de por sí tambaleante seguridad alimentaria, se convertirá en una grave y voraz amenaza para todos los hondureños.
 
La crisis planteada por el cambio climático exige respuestas concretas más allá del supuesto cambio de patrón de producción energética o el Programa de Reducción de las Emanaciones causadas por la Deforestación y la degradación del Bosque (REDD+). La problemática del declive en Honduras de la producción del café, paulatinamente se vinculará a los alimentos esenciales como el maíz, frijol y algunos tubérculos. De ahí la importancia de iniciar de inmediato la implementación de medidas concretas destinadas a plantear soluciones concretas al futuro colapso del agro.
 
FUENTE: ALAI, América Latina en Movimiento,  2013-12-19, Honduras
 
 
 

CAMBIO CLIMÁTICO: URGE ROMPER VIEJOS PARADIGMAS


El proceso de negociación multilateral dentro de la ONU, a través de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC, por su sigla en inglés) se enfila hacia el fracaso. Evidencia palpable tuvimos recientemente en la COP 19 de Varsovia. Sin sentido práctico ni de urgencia, no guarda sincronía con los imperativos planteados por la ciencia, a través del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC). Ha demostrado una y otra vez que no está a la altura del desafío humano más grande durante el siglo XXI.

La UNFCCC se rige por la regla del consenso, el cual es cada vez más remoto entre cerca de 200 países miembros. La economía global ha cambiado sustancialmente desde su establecimiento en 1992 junto con la estructura de las relaciones geopolíticas y las responsabilidades nacionales; los que antes eran víctimas, ahora son también los principales victimarios, además de haberse convertido, uno en superpotencia (China) y otros en potencias emergentes (Brasil, India, Indonesia). La brecha ideológica entre países desarrollados y en vías de desarrollo está en los genes de la Convención, lo que impide la convergencia de visiones y compromisos; se ilustra bien con el mantra de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”.

La unidad de jurisdicción, responsabilidad y decisión dentro de la ONU y de la propia UNFCCC son los estados nación, la expectativa es que cada uno asuma un compromiso vinculante de reducción de emisiones, congruente con el objetivo de impedir que la temperatura global aumente en promedio más de 2°C (más allá, de acuerdo con el IPCC, se enfrentarían riesgos catastróficos). Esto es algo probadamente inasequible. Hay una división tajante entre países desarrollados y países emergentes o en vías de desarrollo, además de otras fracturas que corren en diferentes direcciones, y en las que cada parte antepone sus intereses al interés global. El razonamiento paralizante desde el punto de vista de las naciones en vías de desarrollo es en esencia que los países desarrollados tienen responsabilidades históricas en las causas del calentamiento global (por sus emisiones acumuladas desde el siglo XIX) y que deben primero actuar ellos y además pagar la factura. Desde la perspectiva de estos últimos, no hay forma de enfrentar eficazmente el problema sin un compromiso sustancial de reducción de emisiones por parte de los primeros, las cuales constituyen las dos terceras partes del total global y 100% del crecimiento proyectado. Es una aterradora versión planetaria del dilema del prisionero.

Es preciso romper tal paradigma, aceptando que las responsabilidades no se identifican sólo a partir de fronteras nacionales, sino de patrones de producción y de consumo, que tienden a ser universales y compartidos por las clases medias y élites de absolutamente todos los países del mundo, en el contexto de una economía globalizada, con independencia de matices regionales y locales.

Hay que cambiar de manera consecuente la lógica y el contenido de las negociaciones, para enfrentar universalmente los causales verdaderos del problema: precios de combustibles fósiles que no incorporan el costo a largo plazo del calentamiento global y condiciones que determinan la deforestación en países tropicales. Propóngase entonces un impuesto universal al carbono (carbon tax), suficientemente alto como para no rebasar el umbral de los 2°C definido por el IPCC, administrado fiscalmente por cada gobierno, junto con un mecanismo de financiamiento para contener y revertir la deforestación en países tropicales. No tendría efectos distorsionantes de la competitividad, sería muy fácil de monitorear y verificar, ofrecería resultados tangibles y medibles en el corto y el largo plazo, podría ser ajustado con facilidad y de manera transparente de acuerdo a los resultados y cada gobierno decidiría como gastar lo recaudado. México podría proponerlo.

FUENTE: El Economista, 20/12/2013, Gabriel Quadri de la Torre