A pesar que todavía muchos niegan la existencia del cambio climático, en el planeta están sucediendo hechos muy graves como sequías, inundaciones, incendios masivos, diferentes efectos meteorológicos extremos, los glaciares (reservorios del agua dulce del mundo) se están derritiendo, hay una pérdida comprobable de la biodiversidad, eventos que a su vez generan movimientos sociales y migratorios con resultados muy negativos para la vida en sociedad.
Cada uno de nosotros desde su espacio más íntimo, desde el ámbito familiar, desde las comunidades donde uno se relaciona, desde la educación ambiental en los colegios primarios, podemos contribuir a actuar de manera respetuosa y sostenible con el medio ambiente, y ayudar a mitigar el cambio climático.
Las huertas son uno de esos espacios desde donde la contribución a la lucha contra el cambio climático es altamente positivo.
La Tierra pide a gritos ayuda. Durante la Conferencia que se celebró en Madrid sobre el cambio climático, del 2 al 16 de diciembre pasado, se decretó la emergencia climática, que tiene consecuencias negativas sobre la vida de las personas en todo el mundo. Y el primer mes del año tuvimos pruebas suficientes de que el ser humano debe tomar medidas concretas y efectivas de manera urgente. Los incendios en Australia, las inundaciones en el sudeste de Brasil, una cadena de sismos que sacudieron al Caribe, la erupción del volcán Taal en Filipinas y el temporal Gloria, en España.
Con este trágico panorama, la Fundación Salud, Deporte y Educación (FuSaDE) plantea la necesidad de hacer un aporte al ecosistema desde casa con la creación de una huerta. Sin ser una solución inmediata, es un buen comienzo. “Si tenes una huerta en casa colaboras con la mejora del ecosistema: las plantas absorben el dióxido de carbono, que es el mayor gas que hay en la calle, entonces se va reciclando ese aire”, explica Juan Terradas, fundador de Verteco, que se dedica al armado y el diseño de huertas.
Y agrega: “Después, las huertas atraen mariposas, abejas, colibríes y otros insectos o aves que cumplen una función muy importante, la de agentes polinizadores. Si plantas tomates por alrededor no hay abejas o abejoros, esa planta no va a dar frutos. Para que crezca se necesita de un agente polinizador que le lleve el polen y genere esa acción”.
En su experiencia, Terrada sostiene que la mayoría de las personas que lo contactaron para armar una huerta en sus balcones, lograron adquirir algo más que un par de hortalizas o frutos. “Viviendo en la ciudad hay pocos momentos de conexión con la naturaleza y volver de la oficina y encontrarte con un rincón de verde levanta el ánimo”, dice.
Y aclara que los cuidados no requieren mayor esfuerzo: “En verano hay que regar todos los días. A la mañana, cuando no da el sol a la huerta y por la noche, que es cuando más se absorbe humedad. En invierno, cada tres días. Después, es muy importante el control de los bichos.
Puede que ataquen más a las huertas que están en un jardín. Por último, tener paciencia y saber que en primavera y verano todo crece más rápido y es temporada de frutos coloridos, como el tomate y la berenjena. En otoño e invierno, período de hojas, como espinaca y acelga, se tarda más en crecer porque los días son más fríos y cortos”.
BENEFICIOS DE LA HUERTA EN CASA
- Brinda conexión con la naturaleza
- El cuidado de la huerta es ideal como actividad en familia
- Es accesible
- Se puede armar en un espacio reducido, dentro de un cantero o en la tierra
- Posibilita el consumo del fruto y la hoja de estación
- Calidad en la alimentación (no hay uso de fertilizantes)
- Mejora del medio ambiente (sin proceso de producción costos ni desechos excesivos)
PASO A PASO PARA PRINCIPANTES:
1. Empezar con hortalizas: son fáciles porque se plantan “al voleo”, sin enterrar la semilla y aunque tienen un ciclo de vida corto (porque en verano florece muy rápido por el calor) de la flor salen nuevas semillas. Para eso, dejar que florezca, extraer las semillas, quitar de raíz la planta anterior y las tiras las semillas nuevas en la tierra.
2. Reutilizar un cajón de verdura: armar una base con una bolsa o plástico negro, hacer agujeros pequeños en el fondo para que filtre el agua. Rellenar con tierra fértil. Poner las semillas.
3. Ubicación: cuanto más sol y más luz, mejor. Pensar un lugar estratégico para que la huerta viva todo el año. En verano se requiere mucha agua, es posible que haya que regar dos veces por día.
FUENTE: Infobae, 05-02-2020