En estos tiempos, en
los cuales transitamos la primera etapa del siglo XXI, hay algunos fenómenos socio-tecno-culturales
que están revolucionando la forma de vida del planeta de manera única y global.
Estos eventos son el
cambio climático, la pandemia covid-19, y las cripto-monedas.
Que emerjan y sean de dominio público, en estos momentos, no
significa que se deban a situaciones de generación espontánea, sino por el
contrario son el resultado de largos procesos de incubación social.
En primera instancia
podría deslizarse que cada uno de estos eventos revolucionarios son
completamente diferentes, y por lo tanto sus causas y efectos no tiene entre sí
ninguna relación. Vamos a ver que no es así.
Está científicamente comprobado y aceptado que el
cambio climático tiene un origen antropogénico, es decir que se debe a acciones del ser humano
en su interacción con el medio-ambiente. El crecimiento exponencial de la
población mundial, el consumo irracional de bienes y servicios, la utilización
desmedida de los recursos naturales, la impresionante generación de residuos
, la deforestación sin control, la
necesidad de disponer de cada vez mayores tasas de energía fósiles, han llevado
a un aumento de la temperatura media del planeta, lo que se conoce como “calentamiento
global”, y que está generando graves perjuicios como sequías irreversibles,
inundaciones devastadoras, pérdida de la biodiversidad, y algunos otros eventos
todavía no claramente evaluados como la modificación fitogenética , y la aparición
de nuevas cepas de virus y bacterias.
La pandemia covid-19
está reconocida como una de las mayores epidemias sanitarias globales sucedidas
a lo largo de la historia de la humanidad. Todavía no está muy claro cuál ha
sido su origen concreto. Se viene observando que estás nuevas variantes de
virus podrían tener su origen en animales como murciélagos, gallinas, porcinos, etc., los
cuales viven en espacios confinados, fuera de su hábitat histórico, con
alimentación artificial, y con un deterioro muy grande de su calidad de vida
tradicional. Dada no lo disponibilidad de una vacuna, en el inicio de la
pandemia, las principales acciones para
hacer frente a los contagios fueron entre otras el aislamiento social con la
proliferación de los trabajos “virtuales”, el cierre de todos los movimientos turísticos,
y la restringida circulación vehicular en las propias
ciudades. Al haber disminuido la
circulación de todo tipo, bajó notablemente el consumo de energías fósiles, lo
cual contribuyó a atenuar el calentamiento global.
El último de los tres
fenómenos de impacto revolucionario que antes mencioné, es la generación de las
cripto-monedas. Las cuales comenzaron
con el bitcoin, y actualmente continúan con
una variada gama de nuevas
cripto-monedas. Las cripto se reconocen
así mismo como monedas virtuales, con una concepción descentralizada, y por
fuera del dominio de cualquier banco central o institución de carácter
gubernamental. Otro aspecto que distingue a las cripto monedas es la difícil posibilidad que tienen de ser hackeadas.
Esta barrera a que se cometan fraudes está en la generación de un sustento informático denominado “blockchains” (cadena de bloques). El
mecanismo que permite que las cripto tenga este alto grado de seguridad se
llama “minado”. Cabe destacar que este proceso de minado consume altísimas cantidades
de energía, especialmente fósiles, las cuales contribuyen a aumentar el
calentamiento global del planeta.
En los tres fenómenos
revolucionarios y globales, que acompañan este siglo XXI, se observan aspectos interrelacionados que derivan de políticas no
sustentables.
En el caso del “calentamiento
global”, la necesidad de tener una disponibilidad de producción de bienes y
servicios cada vez más abundante hace
que el consumo de energías fósiles se incremente día a día, y por lo tanto
genera un aumento de la temperatura promedio del planeta.
En el caso de la “pandemia
covid-19”, las mismas causas que a contribuyen al calentamiento global, más el
hacinamiento de las grandes urbes, hacen
que aún cuando pueda superarse la crisis del covid-19, la posibilidad de nuevas
mutaciones, o inclusive de nuevos virus diferentes continua estando presente.
Y por último, en el
caso de las “cripto monedas”, el alto y pernicioso consumo de energías no
renovables, más la estructura anárquica de la propia definición de la base
conceptual de estas monedas, hacen un futuro no sustentable de las mismas.
Podemos concluir
diciendo que estos tres fenómenos que están cambiando de manera real, no
virtual, el mundo han llegado para instalarse definitivamente.
La posibilidad que tengamos
una contribución positiva de los mismos hacia un desarrollo sustentable depende
estrictamente de nosotros.
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