Suiza celebró el pasado domingo un referéndum por su nueva ley de cambio climático. La propuesta fue rechazada por el 51% del electorado.
La mayoría del ciudadana suiza rechazó el pasado domingo su nueva ley de cambio climático. Lo hizo en una votación ajustada: el 51% votó en contra mientras que el 49% se mostró a favor. La propuesta sometida a referéndum incluía una serie de medidas dirigidas a reducir las emisiones de CO2 a la mitad para 2030 con respecto a los niveles preindustriales, en línea con los objetivos del Acuerdo de París.
En lo que respecta a la reducción de las emisiones de gases que contribuyen al cambio climático, la ley rechazada contemplaba, por un lado, el impulso de las energías renovables y, por otro, una serie de impuestos sobre los combustibles fósiles.
El planteamiento de esta última medida no ha convencido lo suficiente a la población de Suiza. Esta ‘tasa climática’ sobre aquellas actividades más dañinas para el clima implicaba un aumento sobre la gasolina y el diésel, así como en los billetes de avión y en el combustible que se utiliza para la calefacción.
El argumento del Gobierno era que se trataba de una tasa redistributiva: proponían que la ciudadanía recibiera una compensación directa a cambio, por ejemplo, con la reducción de la mensualidad en los seguros médicos. También planteaba que la mitad del dinero fuese a parar a un Fondo para el Clima destinado a desarrollar innovaciones y nuevas tecnologías en línea con la protección del clima.
El resultado de la votación, según algunos análisis, tiene que ver con el momento económico en el que se produce y la preocupación de la ciudadanía frente a la recuperación de la pandemia. Sin embargo, esta decisión ciudadana relega a Suiza a la cola europea en cuanto a la toma de medidas frente al cambio climático y la aprobación de políticas públicas en este sentido.
Tras el referéndum del domingo, la ministra de Medio Ambiente de Suiza, Simonetta Sommaruga, consideró que posiblemente la propuesta «estaba demasiado cargada» y resultaba demasiado amplia como para obtener un apoyo significante.
En España, la recién aprobada Ley de Cambio Climático y Transición Energética no contempla la fiscalidad. Una cuestión que ha sido criticada por algunos expertos. Su principal recomendación es incluir una serie de impuestos de forma gradual para que consumidoras y consumidores puedan adaptarse a la par que crean conciencia sobre la huella de carbono de algunas actividades.
FUENTE: La Marea, 15-junio-2021
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