Esta cuchara está llena de polvo de proteínas hecho con microbios. Y según científicos de la universidad de Göttingen, puede ser la clave de nuestra supervivencia ante la sobrepoblación humana y la sobreexplotación agrícola.
Según los autores del estudio, la agricultura es un método poco eficiente para conseguir alimento para los humanos y los animales. Incluso con manipulación genética y fertilizantes, la consumo de energía, tierra, nitrógeno y agua consumida es demasiado alto. El sistema de producción de comida actual no es sostenible, afirman.
En vez de eso proponen un sistema donde los microbios son la fuente productora de proteínas. Una biomasa rica también en vitaminas, minerales y aminoácidos, afirma el primer autor de la investigación Dorian Leger, que se utilizaría tanto para dar de comer a los animales como a los humanos.
El estudio — publicado en el diario científico PNAS — asegura demostrar que su método de producción sólo utiliza el 10% de los recursos del cultivo más eficiente, la soja, para obtener la misma cantidad de alimento.
Cómo funciona
El sistema en sí mismo es, según dicen, extremadamente eficiente. Primero, utilizaría energías renovables como fuente de energía para alimentar todo el proceso. A la vez, reduciría el agua necesaria de forma drástica y no habría necesidad de utilizar fertilizantes, mano de obra intensiva o máquinas aparte de las necesarias para el proceso de producción.
El sistema comienza con la captura de CO2 — otro punto a favor — con máquinas movidas por células solares. Estas máquinas procesarían el CO2, dividiéndolo para producir alimento básico para los microbios.
Los microbios crecerían dentro de un bioreactor y la biomasa resultante sería procesada para conseguir el polvo que podría alimentar a humanos y animales.
Un paso más hacia una nueva alimentación
Estas granjas microbiales no son el santo grial que solucionará la crisis alimentaria o el cambio climático. Tampoco sustituyen a todos los cultivos, como dicen los propios autores. Y además tiene en cuenta la inclinación natural humana — después de millones de años de evolución innegables — por seguir comiendo carne. Lo que pasa es que, en este caso, los animales comerian este polvo infinitamente más eficiente que el pienso que comen habitualmente.
Según el estudio, los resultados de sus modelos de simulación demuestran que estas granjas serían un camino viable que ayudaría dramáticamente a resolver la creciente crisis mundial de la alimentación. Y, a la vez, reduciría el impacto ambiental de la explotación agrícola actual.
Al final, la ciencia ficción tendrá razón. En veinte años, ni chuletón ni insectos: engrudo para (casi) todos.
FUENTE: El Confidencial, 06/08/2021
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