El colapso de la economía cafetera en el istmo centroamericano y la pérdida de más de un millón de empleos a nivel regional, es una hecatombe social en una de las zonas más pobres del continente americano.
El recrudecimiento de la presencia de la enfermedad conocida como la roya, producida por el hongo Hemileia vastatrix, ha puesto en jaque a los productores de café, los que han visto una drástica disminución en sus cosechas; siendo el café hasta el momento el pilar de la economía centroamericana, superado únicamente por el aporte de las remesas enviada por los migrantes desde el extranjero
Aparentemente la roya se originó en Sri Lanka alrededor del año 1860, esparciéndose posteriormente a diversos confines del planeta, detectándose en Bahía (Brasil) a inicios de los años 70. El aparecimiento de manchas anaranjadas en las hojas paulatinamente consume la planta; entre más hojas mueren, se inhabilita la capacidad de fotosíntesis, disminuyendo el número de frutos que produce el arbusto.
En un estudio del Jardín Botánico Kew Gardens, señala al cambio climático como el factor determinante en la intensificación de la propagación de la roya y vaticina la desaparición de la variedad C. arábica en un lapso de 70 años.
Sin embargo el Dr. John Vandermer, ecologista e investigador especializado en la roya del café, indica como el cambio de pequeños productores a grandes plantaciones, determinó un incremento en el uso de pesticidas y fungicidas, y la consecuente erradicación de hongos defensivos e insectos. La desaparición del hongo Cephalosporium lecanii, como efecto del uso agrotóxicos implica una multiplicación del Hemileia vastatrix.
La roya es exacerbada por el incremento de humedad producto del cambio climático, asociado con un uso irracional de productos químicos en las plantaciones. Las disrrupciones en la estación seca o el aumento de la temperatura en las zonas de producción del café, contribuyen a un perfecto caldo de cultivo de hongos.
La amenaza de desaparición de la variedad de café conocido como arábica, se convierte en uno de los mayores retos para las economías de Centroamérica, donde no existen los recursos para confrontar la posible replantación con la variedades resistentes a la roya conocidas como Lempira y la C. robusta.
Mas allá de la amenaza de la roya se encuentra la broca producida por el Hypothenemus hampei, un escarabajo proveniente de África, el cual viene destruyendo las plantaciones tanto en ese continente como en América. La broca es conocida también como el gusano barrenador del café y se originó en Angola, arribando a Brasil en 1926, desde donde se propagó a los demás países productores del grano aromático.
La presencia de la roya y la broca en Centroamérica no es nada nuevo, sin embargo el cambio climático y el abuso de los agrotóxicos han dado lugar a una crisis sin precedentes, sin que exista hasta el momento respuestas concretas, ante la inexistencia de las enormes cifras de dinero requeridas para apalear las plagas y sustituir las plantaciones afectadas.
El colapso del precio del café y la crisis de los productores en Honduras
El vertiginoso descenso del precio café, precisamente cuando se presenta la crisis de la roya, está generando una enorme convulsión social. Desde abril del 2011 el precio ha descendido hasta la fecha de us$3,02 a 1.22 por libra. Los irrisorios precios determinan una ganancia ínfima para los productores, los que a duras penas cubren los costos de producción.
En Honduras se han visto afectados más de 400.000 personas dependientes de la cosecha de café para su subsistencia. Tania Lara, afiliada a la Central de Cooperativas Cafetaleras de Honduras (CCCH) indicó: “Estos desastres impactan doblemente en nosotras, ya que las mujeres rurales y pequeñas productoras hemos sido ignoradas en las políticas de gobierno en cuanto a la asistencia técnica y crediticia para la producción”, en Honduras existen más de 100.000 pequeños productores, de los cuales el 16% son mujeres.
Una de las posibles soluciones al problema de la roya es el incremento de la altitud de las plantaciones de café. Anteriormente la variedad de café arábica se producía entre los 1200 a los 1600 metros. Hoy en día existe una tendencia a crear nuevas plantaciones en zonas más frías. A inicios de este año circuló una denuncia sobre la deforestación de más de 2000 hectáreas de pino y roble en el Parque Nacional Celaque, con el supuesto propósito de sembrar café.
La aparición de la broca del café en el sector oriental del país, complica aún más el panorama, y es de esperar que en los próximos años el gusano barrenador haga estragos en Honduras, país considerado por el Global Climate Index como el país más afectado en el planeta entre 1990 y 2010.
Desafortunadamente las diferentes administraciones gubernamentales hondureñas han desdeñado la grave problemática existente, dando énfasis a las falsas soluciones al cambio climático, sin realmente generar una agenda de mitigación y adaptación. En un futuro cercano la ya de por sí tambaleante seguridad alimentaria, se convertirá en una grave y voraz amenaza para todos los hondureños.
La crisis planteada por el cambio climático exige respuestas concretas más allá del supuesto cambio de patrón de producción energética o el Programa de Reducción de las Emanaciones causadas por la Deforestación y la degradación del Bosque (REDD+). La problemática del declive en Honduras de la producción del café, paulatinamente se vinculará a los alimentos esenciales como el maíz, frijol y algunos tubérculos. De ahí la importancia de iniciar de inmediato la implementación de medidas concretas destinadas a plantear soluciones concretas al futuro colapso del agro.
FUENTE: ALAI, América Latina en Movimiento, 2013-12-19, Honduras
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