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lunes, 17 de noviembre de 2014

ANALIZAN LOS EFECTOS DE LAS EMISIONES DE PLANTAS DE COMBUSTIBLE NUCLEAR EN ALGAS Y AGUAS MARINAS.




Las zonas de Skagerrak y Kattegat se encuentran al sur de Noruega, entre las costas de Dinamarca, Noruega y Suecia.
    
Investigadores del Centro Nacional de Aceleradores (Universidad de Sevilla-Junta de Andalucía-CSIC) han analizado algas y agua marina con el objetivo de cuantificar las cantidades existentes de yodo radiactivo en las zonas de Kattegat y Skagerrak, situadas entre Suecia, Noruega y Dinamarca, debido a su liberación desde las zonas de Sellafield y la Hague.

Las zonas de Skagerrak y Kattegat se encuentran al sur de Noruega, entre las costas de Dinamarca, Noruega y Suecia.

Dadas las corrientes marinas existentes, los vertidos que se realizan en las zonas del norte de Francia (La Hague) y el mar de Irlanda (Sellafield), llegan a esta zona del Atlántico Norte.

Con este estudio se ha podido conocer el aporte de 129I desde las plantas de reprocesamiento de combustible nuclear a estas costas escandinavas.

El yodo-129 es un elemento radiactivo que existe en la naturaleza de modo natural y también debido a causas humanas. El origen humano de este elemento se debe a que es un subproducto de la fisión nuclear.

Para este estudio se ha analizado un tipo de alga concreta, la Fucus vesiculosus, dado que acumula el yodo en altos niveles y por tanto puede ser empleada como bioindicador que permita conocer la cantidad de yodo-129 que hay en las zonas donde viven estas algas.

El aporte al medioambiente marino de yodo-129 procede de la actividad militar nuclear y de accidentes tales como el de Chernobyl. A pesar de ello, la mayor contribución de 129I se debe a las descargas de las plantas de reprocesamiento de combustible nuclear de Sellafield y la Hague.

Debido a la acción de algunos organismos marinos tales como algas, fitoplancton o bacterias aeróbicas este isótopo radiactivo del yodo pasa del medio marino a la atmósfera, teniendo una permanencia en los océanos de unos 30000 años. Esta estancia relativamente larga del yodo-129 en el medio marino, así como sus continuas liberaciones desde las instalaciones de reprocesamiento de combustible nuclear, hace que este isótopo sea un trazador adecuado para el estudio de los ciclos marinos biogeoquímicos del yodo estable.

El propósito de este estudio ha sido el de examinar las concentraciones de 129I y 137Cs en el medio marino, en algas y agua de mar, a lo largo de la costa oeste de Suecia, cuya contaminación se debe a las plantas de reprocesamiento de combustible nuclear de Sellafield y la Hague y al accidente de Chernobyl. Por último, las concentraciones de yodo-129, tanto en algas como en agua de mar se utilizaron para determinar el factor de concentración de yodo en las algas Fucus vesiculosus.

Los altos niveles de 129I en el Skagerrak y su disminución gradual hacia la zona de Kattegat y el Mar Báltico indican que el 129I descargado desde las plantas de reprocesamiento de Sellafield y La Hague, ha sido transportado a la zona de Skagerrak a través del Mar del Norte y hasta la zona de Kattegat y el Mar Báltico a través del Mar de Belt.

Por lo tanto, la mayor contribución de 129I en estas zonas proviene de las emisiones de las plantas de reprocesamiento.

Este estudio ha sido desarrollado por miembros del grupo de espectrometría de masas con aceleradores del CNA en colaboración con miembros de la Universidad de Sevilla y la Autoridad de Protección de Radiación Noruega.

FUENTE:  ECOticias.com / Red / Agencias, 14/11/2014

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