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martes, 29 de diciembre de 2015
AUMENTAN LOS CASOS DE ALERGIA POR LA CONTAMINACIÓN Y EL CAMBIO CLIMÁTICO.
El cambio climático, apreciable en un invierno atípico con temperaturas más propias de la primavera y nulas precipitaciones, sumado a los efectos de la contaminación, está provocando un incremento de los casos de alergia.
El jefe de Servicio de Alergología en el Hospital General de Ciudad Real, Francisco Feo Brito, explica que el aumento de las temperaturas y la sequía está cambiando la expresión de las reacciones alérgicas, algo que han comprobado respecto al comportamiento de pólenes sensibles a los cambios meteorológicos, cuyas plantas de origen han alargado su polinización y a niveles más elevados, lo que ha originado un incremento de la reactivación de los síntomas de los pacientes alérgicos.
Un ejemplo son las quenopodiáceas. Este polen procede de una maleza muy presente en la provincia, normalmente en cunetas de caminos y carreteras y alrededor de cultivos como el melón y la vid, en especial en zonas como Valdepeñas, Tomelloso o Alcázar de San Juan.
Para estas plantas de características desérticas el ascenso de temperaturas y el ambiente seco de los últimos meses hace que su presencia sea más continuada en la provincia.
Detalla el doctor Feo Brito que las quenopodiáceas comenzaron a estar este año reactivas, con concentraciones suficientes para causar síntomas en los pacientes desde el pasado de mayo, que fue muy seco y caluroso, hasta bien entrado noviembre.
Explica el alergólogo que también han comprobado cambios en el comportamiento de otro polen, las cupresáceas, los populares setos de jardín, cuyo periodo de polinización suele ser entre enero y marzo. Sin embargo tras un noviembre y diciembre tan suaves, ya han alcanzado umbrales de reactivación.
En este sentido, concluye el doctor Feo Brito, que el cambio climático está cambiando el comportamiento de las plantas, adelantando y prolongando en el tiempo su polinización.
Contaminación
A los cambios en el clima se suma la contaminación ambiental. “Los contaminantes interactúan con los pólenes; además provocan estrés en las plantas y hacen que el crecimiento de plantas sea más rápido e incrementa la cantidad de polen por cada planta, así también la cantidad de proteínas contenidas en el polen”, afirmó el doctor, quien subrayó que esta situación ya se describió en Japón hace tres décadas. Entonces se observó como alergia al polen del cedro, una cupresácea abundante en el país nipón, era más frecuente entre personas que vivían en la proximidad de autopistas que en quienes vivían en ambientes rurales. Aquellos más próximos a áreas de contaminación sufrían en mayor medida y severidad los síntomas de la alergia.
Precaución
A las personas alérgicas, el jefe de Servicio de Alergología del Hospital de Ciudad Real, Francisco Feo Brito, les recomienda estar alerta y evitar estancias al aire libre y practicar deporte en días de picos de contaminación. Lanza este consejo de precaución con los contaminantes especialmente a los dos grupos de población más sensibles: los niños y los mayores.
Respecto a los niños indicó que tienen un aparato respiratorio en desarrollo, con lo cual es más vulnerable al efecto de los contaminantes. Además al pasar más tiempo al aire libre jugando, suelen inhalar más contaminantes que un adulto.
Respecto a los mayores, Feo Brito indicó que es habitual relacionar enfermedades respiratorias o cardiovasculares por los efectos de los contaminantes. Las primeras porque es el aparato respiratorio el que entra en contacto directo con la contaminación y las segundas por aquellas partículas contaminantes ultrafinas que logran atravesar los alveolos y afectar a nivel neurológico, cardiovascular o hematológico.
FUENTE: Lanza Digital, 28 / 12 / 2015
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