La industria de la carne y los lácteos es uno de los mayores contribuyentes a la pérdida de bosques y al cambio climático, con casi 14.5 por ciento de las emisiones mundiales de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Así lo reveló, el nuevo reporte presentado este lunes por la Coalición Mundial por los Bosques en el marco de la Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD/COP13).
De acuerdo un comunicado, dichas conclusiones fueron expuestas durante la presentación del análisis "El Verdadero Costo de la Carne" y que muestra los impactos reales de esta industria a través de cinco estudios realizados por Bolivia, Brasil India, Paraguay y Rusia.
Al respecto, la representante de la Coalición Mundial por los Bosques y una de los autoras del análisis, Mary Louise Malig, destacó que además se ofrecen varias recomendaciones concretas para llevar a cabo políticas relacionadas.
"Se supone que este ciclo de la Convención sobre Biodiversidad tratará sobre la transversalización de la biodiversidad, pero las discusiones serían inútiles si el sector ganadero no se incluye en todos los acuerdos pertinentes de la ONU", aseveró.
Advirtió que se espera que la demanda mundial por productos lácteos y cárnicos aumente 70 por ciento para 2050, sin embargo, su modelo de producción industrial, incluidas las granjas de concentración de animales para engorda y otras operaciones son los principales responsables de la deforestación.
Por ello mismo aseveró que "es una industria insostenible que necesita ser revisada".
De acuerdo con el informe presentado, en Sudamérica, hogar de algunos de los bosques tropicales más preciosos del mundo, 71 por ciento de la deforestación fue impulsada por la demanda de productos pecuarios.
Además, la carne y los lácteos producidos industrialmente son también los peores infractores en temas de cambio climático, al causar 41 por ciento y 20 por ciento de las emisiones totales del sector ganadero, respectivamente.
Incluso, se estima que la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero de Brasil provienen de la industria ganadera. Las emisiones de la ganadería son igualmente altas en Bolivia y Paraguay.
Ante este paradigma, el informe pide a los gobiernos que apoyen y promuevan alternativas existentes a este modelo de producción, como la agroecología, la agrosilvicultura y las extensas prácticas tradicionales de pastoreo.
Asimismo, la misma investigadora Louise Malig sugirió cambiar los hábitos alimenticios de los consumidores como una estrategia crucial, ya que aunque es un tema delicado, el simple hecho de comer menos carne significaría proteger los bosques del mundo.
FUENTE: terra , 5 / 12 / 2016
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