Las torrenciales y constantes lluvias de estos días son la manifestación del fenómeno conocido como La Niña.
Este prolongado tiempo de lluvias, tuvo como contraparte largos períodos de sequías ocasionados por el fenómeno del Niño durante los años 2012 hasta finales el 2015.
El Niño y la Niña constituyen lo que podríamos llamar criaturas del Cambio Climático, fenómeno que los expertos definen como la Variación Global del clima de la Tierra. Es decir, la alteración de las temperaturas y de las precipitaciones.
Hay que subrayar que el cambio climático con sus efectos del Niño y la Niña se produce por la acción contaminante del hombre y por causas naturales a lo largo de siglos permitiendo a las especies animales y vegetales adaptarse gradualmente a las nuevas condiciones climatológicas.
Nunca antes habíamos visto tantas lluvias persistentes e intermitentes por tanto tiempo como las que hemos tenido en este mes de noviembre.
Y las predicciones de los expertos son de alerta; pues según ellos las lluvias continuarán en formas de vaguadas, frentes fríos, tormentas y depresiones entre otras, con pausas de horas y con salidas del sol como hemos visto.
En otras palabras, estamos bajo el reinado de la Niña y sus devastadores efectos de copiosas lluvias con los desbordamientos de ríos y cañadas, tragedias humanas, enormes daños a los sembradíos de alimentos y paralizando las actividades socioeconómicas.
Dada la trágica situación que genera el período de la Niña, tenemos que mantenernos en alerta e ir intentando adaptarnos a las nuevas condiciones climáticas.
Sin dudas que estamos a la puerta de realidades extremas: cuando no nos ataca y nos diezma la sequía, nos ahogan, nos aniquilan las inundaciones.
Es dramática la agonía e incertidumbre en que las lluvias han sometido la parte norte del país. Pérdidas de vidas humanas y en la producción de alimentos han dejado un panorama triste y desolado.
Si los extensos períodos de sequías seguidos de torrenciales y persistentes lluvias son el nuevo recetario climático, solo nos queda adaptarnos.
Entonces es tarea urgente de autoridades y ciudadanía planificar respuestas contundentes ante los nuevos desafíos que traen estos fenómenos naturales.
FUENTE: El Jaya , 30 / 11 / 2016
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