Los ecosistemas forestales tienen la capacidad de disminuir el efecto invernadero mediante un proceso en el que los bosques capturan carbono de la atmósfera y ello contribuye a lamitigación del cambio climático.
De forma inversa, con la destrucción de un bosque se libera hacia la atmósfera el carbono que alguna vez fue almacenado, contribuyendo a agravar este problema.
Uno de los mecanismos internacionales que se está creando para mitigar el cambio climático dentro del sector forestal es la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal, que incluye la conservación, el manejo sostenible de los bosques y el aumento de las reservas de carbono, denominado REDD
Este mecanismo busca desacelerar, frenar y revertir la pérdida de cubierta forestal y de carbono con el fin de reducir emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
México forma parte de los países que se encuentran en la fase de preparación para REDD+.
“Los bosques constituyen uno de los ecosistemas más valiosos del planeta. Frente a la agudización del calentamiento global es momento de asumir un compromiso real en defensa de este ecosistema y de quien habita y vive en él”, señala a Vértigo Rane Cortez, directora de la Alianza México REDD+ durante el primer seminario para medios El enfoque para México del mecanismo REDD+ y el proceso de construcción de la estrategia nacional.
¿Qué es REDD+?
La iniciativa REDD+ surgió como una alternativa para lograr acuerdos climáticos globales tras la expiración del primer periodo del Protocolo de Kyoto en 2012. Consiste en la protección de recursos forestales, es decir, evitar deforestación y degradación, mejorar su gestión y utilizarlos para combatir el cambio climático a través de la reducción de emisiones contaminantes.
Uno de los requisitos que establece la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para que los países puedan ser parte del mecanismo internacional de REDD+ es contar con una Estrategia Nacional.
En este sentido México ha venido preparando la construcción de su Estrategia Nacional para REDD+ de manera progresiva y participativa desde 2010.
De hecho, actualmente nuestro país se encuentra en proceso de construcción de las estrategias estatales vinculadas a REDD+.
La estrategia deberá cumplir con todas las leyes mexicanas, desde la Constitución hasta la Ley Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, por lo que toda comunidad indígena deberá ser consultada sobre si acepta o no unirse a REDD+, pero además deberá obtener un beneficio, para lo cual todavía no hay reglas claras, pues aún se está definiendo la estrategia.
Jaime Severino Romo, gerente de Proyectos y Mercados Forestales de Carbono de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), indica al respecto que el modelo de manejo integral del territorio con enfoque de desarrollo rural sustentable que plantea el gobierno mexicano es un esquema que reconoce que los procesos de deforestación y degradación de los bosques tienen orígenes tanto internos como externos al sector forestal.
“En México la mayoría de los bosques están habitados y tienen dueño, por lo que cualquier acción no puede ser solo impuesta por el gobierno. Ante este fenómeno, es fundamental la implementación de programas comoREDD+”, asegura.
De acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en las zonas de agricultura y bosques del país se concentra 25% de la población, sobre todo indígena, y “los principales centros de conservación de la biodiversidad y casi 23% del agua captado a nivel nacional”, pero en esas zonas también se emitió en 2006 aproximadamente 10% del total de GEI.
Severino Romo señala que en otros países muchas de las acciones de REDD+ están encaminadas a garantizar derechos como la propiedad de la tierra; sin embargo, México ya tiene superados estos temas en gran medida: “En este caso lo que nos toca es dar opciones y proporcionar ya un borrador de la estrategia que se pondrá a consulta a partir de la próxima semana y terminará en septiembre”.
Lo que se busca con la consulta, añade, es “es contar con una estrategia nacional cultural, social y ambientalmente viable construida a través de un proceso voluntario, libre, abierto e incluyente, donde diversos actores —ejidatarios, autoridades, organizaciones civiles y la academia, entre otros— podrán participar”.
Hasta el momento, el programa piloto REDD+ se ha incorporado en cinco estados del país por su diversidad ambiental, sociocultural y su participación, todas ellas presentando casos de éxito y de buen manejo, pues con proyectos de desarrollo rural sustentable se ha aumentado la productividad y rentabilidad de cultivos y ganado, el valor de la tierra y la captura de carbono en suelos y árboles, han crecido las áreas de conservación y la calidad de vida del medio ambiente rural.
Presupuesto
El mecanismo internacional REDD+ ofrece oportunidades para que los países candidatos accedan a incentivos económicos que los apoyen a lograr estas metas.
En total son 47 las naciones que han recibido el apoyo de 3.8 millones de dólares para el proceso de preparación y asistencia técnica a través del Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF).
México, como ya tenía financiamiento de Noruega en este sentido, utiliza el monto para la preparación de la estrategia y ser de los primeros países en presentar un plan elaborado en la COP21.
Después de esto México deberá enfocarse en buscar los pagos por desempeño sin abandonar los presupuestos propios. Se trata del Fondo de Carbono del Banco Mundial, el primer ejemplo de pagos que pretende pilotear lo que se proponga en las estrategias nacionales. Para esta fase solo serán de cinco a siete los países elegidos y México está en la contienda junto con Guatemala, Costa Rica, Perú, Chile, Ghana, República del Congo, Nepal, Vietnam e Indonesia, que han presentado avances importantes en la materia.
Se trata de un fondo de 40 a 60 millones de dólares que se estaría recibiendo en dos o tres años, dependiendo de los resultados de cada país.
“México ha demostrado ser una nación que sobresale a nivel mundial en el proceso para llegar a un mecanismoREDD+, porque cuenta con instituciones sólidas en materia de cambio climático y ha forjado un diálogo multisectorial, ambos elementos esenciales para la implementación futura de acciones que ayuden a producir sustentablemente y conservar los bosques”, concluye Rane Cortez, directora de la Alianza México REDD+.
FUENTE: Vértigo Político, Martha Mejía , 24 / julio / 2015
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