El foro
Internacional sobre "el clima está cambiando" organizado por el
Minagri en el Teatro Rex en Buenos Aires el 30 de junio y 1° de julio, nos dejó
el mensaje de que cada uno de los sectores e individuos tienen muchos para
aportar en sus actividades diarias, para detener el crecimiento del
calentamiento global por la emanación de dióxido de carbono.
Estamos emitiendo aproximadamente el doble de dióxido de
carbono, que puede absorber la naturaleza a través de sus bosques y océanos.
El calentamiento global es la elevación de las temperaturas
debido a las emisiones de gases de efectos invernadero. Aumentos de lluvias en
centro y Norte del país, incremento de la duración y frecuencia de sequías en
el Centro y Norte de la Argentina, y de la duración y frecuencia de sequías en
el Oeste y el Sur, multiplicación de eventos climáticos extremos, más
enfermedades de los cultivos de granos.
Éstos son algunos de los efectos que ya se están haciendo sentir
en la Argentina y que podrían repetirse con intensidad creciente en los
próximos años o décadas.
Las grandes lluvias del mes de febrero y marzo confirma la
veracidad de dicho diagnóstico. En todas las provincias del centro norte y del
NEA y NOA, las grandes tormentas, tornados y lluvias torrenciales provocaron en
algunos lugares lluvias que han superado en un mes el promedio anual,
destruyendo poblaciones, rutas, puentes y grandes cultivos provocando
sustanciales pérdidas.
A este fenómeno actual debemos sumarle las sequías e
inundaciones ocurridas en el 2014 en el Centro del país, como la sequía desde
hace más de un año que viene soportando la Patagonia Norte y Sur, situación que
dejo predispuestos los diferentes lugares para que ocurrieran los grandes de
incendios este verano.
Por lo tanto los desafíos de sector agropecuario son muchos para poder mejorar el aporte que vienen haciendo los productores en los últimos 20
años, como fue la siembra directa, menor uso y mejores agroquímicos, menor uso
de agua y la utilización de mejores semillas genéticamente modificadas para su
mejor adaptación en cada región.
Está pendiente, cuando cambien las políticas del gobierno,
mejorar las rotaciones de los cultivo reemplazando muchas áreas de soja con
siembra de maíz y trigo para aumentar el aporte del sector a la sostenibilidad
de los suelos y a una mejor producción por hectárea, como recomendó el Foro
sobre el calentamiento global.
Ante este hecho indiscutible de la realidad que está viviendo el
agro por el calentamiento global, se necesita urgentemente concretar la
institucionalidad de mesas de diálogo para un trabajo público-privado, para
mejorar lo que se está haciendo y la instrumentación de las políticas de estado
faltantes, para ayudar a aumentar y mejorar las producciones, sin agravar el
calentamiento global.
Entre las mesas puedo mencionar para discutir el desarrollo de
toda la biotecnología, el mejor uso y aumento del agua para el riego en general
en el país y cómo mejorar los seguros agrícolas para atenuar los riesgos que
sufre el agro por los eventos climáticos, tanto sean previsibles como no.
Sobre este último punto, una política que proteja al productor y
el agroindustria, debería diseñarse a través de dos instrumentos principales
que ya se usan en todo el mundo. No necesitamos inventar el agujero al mate.
1. Política para incentivar un mayor uso de los seguros
agropecuarios por medio del subsidio a la primas, para aumentar la cubertura de
las áreas sembrada al bajar el costo del seguro. De esa forma se ampliaría la
cobertura de una mayor zona extra pampeanas y a una mayor cantidad de
productores más chicos. Cuanto mayor sea lo zona cubierta con seguro privado se
achica la responsabilidad del Estado.
2. Política para crear un Fondo Nacional Permanente para atender
todos los daños de los bienes que no son asegurables. A dicho fondo tendrían
acceso exclusivamente los productores que tengan asegurados todos sus bienes
"asegurables".
La idea
es premiar a quienes tienen vocación aseguradora, para ir generalizando un
sistema solidario administrado en conjunto por los protagonistas
público-privado del sistema.
Los países con producciones agrícolas importantes - desarrollados y no desarrollados- aplican este tipo de políticas activas.
En
EE.UU ya tienen coberturas que asegurar los ingresos proyectados del productor.
La nueva ley agrícola sancionada recientemente eliminó todos otros incentivos
al sector agropecuario y dispuso exclusivamente mayores subsidios a la prima de
los diferentes seguros que tienen por estados, zonas productivas y por
productores.
Mientras
que en España se viene aplicando estas políticas desde el años 1978 por el
Pacto de la Moncloa y después de haber recorrido tantos años tienen un sistema
consolidado, que cubre con subsidio en promedio el 50% de la prima al productor
independiente y el 80% para los grupos de productores chicos. En China también
han implementado políticas activas con la prima del seguro haciéndose cargo de
un porcentaje cada partes. Un 33% lo paga el estado nacional, otro 33% las
provincias y el 33% restante el productor. Según la información el productor
tiene un subsidio del 66%. Por su parte Brasil todos los años va asignando un
mayor presupuesto para el subsidio de prima que va del 40% al 60% según los
productores.
La
idea central de esta iniciativa que vengo difundiendo hace mucho tiempo y que
no practicamos, es que los productores tengan una cobertura integral por
diferentes riesgos agropecuarios como tienen los países que planifican y
diagraman pensando en el largo plazo.
FUENTE: terra, 11/ julio / 2015
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