Cuando un huracán golpea tierra la destrucción de la propiedad, el medio ambiente y la pérdida de vidas humanas normalmente se limita a la zona costera. Esto se debe a que los huracanes son alimentados por la humedad del océano, y su intensidad decae rápidamente al ingresar a tierra. Pero un nuevo estudio concluye que, con el cambio climático, en los últimos 50 años los huracanes se debilitan más lento y la zona de daños se está extendiendo tierra adentro.
Al analizar los datos oficiales desde la década de 1960, se halló que cuando un huracán formado en el Caribe alcanzaba la costa perdía aproximadamente el 75% de su intensidad en solo 24 horas. En la actualidad, en cambio, después de un día sobre tierra firme, los huracanes de la zona del Caribe solo están perdiendo el 50% de su intensidad, según detalla este estudio llevado a cabo por los investigadores Lin Li y Pinaki Chakraborty, del Okinawa Institute of Science and Technology (OIST, Japón).
Los datos sugieren que la ralentización de la desintegración de los huracanes es directamente proporcional al aumento contemporáneo de la temperatura de la superficie del mar. Y esta no es la única consecuencia del cambio climático. Las conclusiones de este mismo estudio también indican que se está alterando la trayectoria habitual de los huracanes en el Caribe, y como consecuencia los fenómenos se mantienen activos durante más tiempo. “Los huracanes que se desarrollan sobre océanos más cálidos pueden absorber y almacenar más humedad, lo que los mantiene por más tiempo y les impide debilitarse tan rápido“, resume el coautor del estudio.
Si no frenamos el calentamiento global, los huracanes que toquen tierra seguirán debilitándose más lentamente. Su destrucción ya no se limitará a las zonas costeras, lo que provocará mayores niveles de daño económico y un mayor número de muertes, indica este coautor del estudio.
Para Lin Li y Pinaki Chakraborty, los hallazgos sugieren que a medida que el mundo continúe calentándose, el poder destructivo de los huracanes se extenderá progresivamente hacia el interior del continente. Y que esto puede resultar devastador, ya que el aumento del nivel de humedad almacenada por estos fenómenos también hace que sean “más húmedos”, como los huracanes recientes que desencadenaron inmensos volúmenes de lluvia en las comunidades costeras y del interior de Centroamérica.
Mejorar los modelos
Los datos que se presentan en este estudio indican que la humedad almacenada en los huracanes es el factor clave para los pronósticos de estos fenómenos, y destacan la importancia de que los modelos climáticos la tengan en cuenta al pronosticar el comportamiento y evolución de los huracanes.
”Los modelos actuales de desintegración de huracanes no consideran la humedad, solo ven a los huracanes que han tocado tierra como un vórtice seco que roza la tierra y se ralentiza por esta fricción. Nuestro trabajo muestra que estos modelos están incompletos, y que debe tenerse en cuenta la clara influencia del cambio climático en el aumento de la temperatura del agua y la humedad de los huracanes“, indica el profesor Li.
FUENTE: Meteored, 29-nov-2020
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