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jueves, 26 de julio de 2012

El 85% de las áreas tropicales protegidas han perdido cobertura forestal en los últimos 30 años


Muchas de las áreas tropicales protegidas de todo el planeta están en riesgo de perder buena parte de su biodiversidad, según un estudio publicado en la revista Nature. 
La investigación, dirigida por William Laurance, profesor de la Universidad James Cook (Australia), alerta sobre las principales amenazas que atenazan a la riqueza biológica de los bosques tropicales y perfila estrategias de acción para mejorar su conservación a largo plazo.

En este trabajo han participado más de 200 científicos de todo el mundo, entre los que figura el experto Juan Carlos Guix, colaborador del departamento de Biología Animal y miembro del Grupo de Investigación de Biología y Ecología Evolutivas de los Tetrápodos de la Universidad de Barcelona (UB).

Durante los últimos años, la deforestación ha reducido la extensión de los bosques tropicales, que son unas auténticas ‘arcas’ de la biodiversidad y están cada vez más amenazados. “Cerca de la mitad de las reservas muestran dificultades para mantener la biodiversidad original –explica Laurance–. Algunas de estas zonas están en peligro de colapsarse y buena parte de las especies desaparecerán si no mejoramos la conservación de las áreas protegidas”.

Según Carolina Useche, del Instituto Humboldt (Colombia) y segunda autora del estudio, también es alarmante el grado de disminución de especies en las reservas más amenazadas. “Esto afecta a una amplia variedad de especies animales y vegetales: grandes depredadores, primates, peces, anfibios, etc.”, afirma la científica.


El conjunto es más que la suma de las partes

Muchas de las áreas protegidas de los bosques tropicales son relativamente pequeñas y están aisladas entre sí por cultivos, pastos o áreas recientemente deforestadas. El equipo de científicos ha analizado la variación durante los últimos 30 años de un amplio conjunto de bioindicadores y parámetros ecológicos en 60 áreas de América, África, Asia y Oceanía.

Según el estudio, que identifica los cambios ambientales que podrían poner en peligro a las reservas, las áreas más vulnerables son las más expuestas a los efectos de los colonos ilegales, la caza y la explotación comercial de la madera.

“No puedes preservar un área si no cuidas también su entorno –afirma Guix–. Todo indica que hay fuertes vínculos ecológicos entre los bosques tropicales y los hábitats situados a su alrededor: las interferencias medioambientales producidas en las áreas situadas en torno a las zonas protegidas pueden ser tan importantes como las detectadas en su interior”.

El experto afirma que en muchos casos, la simplificación excesiva de los ecosistemas situados alrededor de las áreas de bosques tropicales genera interferencias “nocivas” para los ecosistemas y para las especies que se intentan proteger. “La auténtica diversidad biológica se encuentra en el conjunto, no en la simple suma de las partes”, señala Guix.


Bosques que se comportan como espejos

Para el coautor del estudio Kadiri Serge Bobo, de la Universidad de Dschang (Camerún) no sólo es importante lo que pasa dentro de una reserva sino lo que pasa a su alrededor. “El 85 % de las reservas que hemos estudiado han perdido cobertura forestal durante los últimos 20 o 30 años, pero sólo el 2 % registró un aumento de bosque circundante”, afirma el científico.

El estudio también describe que muchas reservas de la naturaleza se comportan como espejos, es decir, son capaces de reflejar amenazas y cambios de los paisajes circundantes como por ejemplo deforestación, impacto de especies invasoras, etc.

Los científicos opinan que habrá que sumar esfuerzos para luchar contra las amenazas a los espacios naturales y se deberán crear más acciones de apoyo en las áreas protegidas en colaboración con las comunidades locales. 

“Para contrarrestar las interferencias negativas de la acción de las personas, la pérdida de hábitats y la extinción de especies habrá que tomar nuevas y urgentes medidas de gestión de la biodiversidad”, señala Guix.

Algunas de las estrategias propuestas son aumentar las superficies de los fragmentos forestales más pequeños, conectarlos con otros bosques que también estén aislados mediante la creación de corredores biológicos y reducir las interferencias ambientales que amenazan a las áreas protegidas.


Tres planetas y medio para igualar el nivel de vida mundial

Los problemas ecológicos no se pueden separar de la realidad social y económica de cada país. “Nos enfrentamos a un gran desequilibrio entre los países ricos y los más pobres – subraya Guix–. Respecto a los recursos naturales, nos harían falta cerca de tres planetas y medio para que la mayoría de los habitantes de los países en vías de desarrollo tuvieran un nivel de vida similar a los de los países más industrializados”.

“En los países más desarrollados estamos derrochando recursos”, asegura Guix. El experto pone como ejemplo cómo las explotaciones agrícolas y ganaderas están deforestando los bosques de Brasil, Indonesia y Malasia. 

“Lo que nos encontramos en la base de este gran desequilibrio medioambiental entre países ricos y pobres son los valores de la sociedad de consumo. Es imprescindible reflexionar y replantear estos valores para poder reducir el impacto sobre nuestro planeta”, concluye el experto.

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