En el día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, una jornada que se centra en “lograr la seguridad alimentaria para todos a través de sistemas sostenibles” y con la que se pretende fomentar la toma conciencia en torno a una problemática con serias afecciones ambientales, económicas y sociales.
Es por ello que se llama la atención sobre la necesidad de propiciar un cambio en el uso de la tierra, apostando por una agricultura sostenible y que se adapte al cambio climático, así como posibilitar un mayor acceso a los avances tecnológicos y a la titularidad de las tierras de los pequeños agricultores que respetan el medio ambiente y dan respuesta a las necesidades alimentarias de millones de hogares.
También se demanda un mayor equilibrio entre las finalidades ecologistas y el consumo de alimentos, así como un aumento de las inversiones encaminadas a promover sistemas de producción más racionales y equilibrados, dando mayor visibilidad a las consecuencias que la desertificación tiene sobre la paz, la seguridad y la estabilidad, y obligando a las personas pobres que viven en zonas de tierras secas a migrar a otras en busca de una vida mejor.
Italia es el país anfitrión de esta conmemoración, que se celebra en la Expo Milano 2015 bajo el lema “Alimentar el planeta, energía para la vida”, un evento organizado por el Mecanismo Global de la Convención de las Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (CNULD).
LAS CIFRAS
•El 99,7 por ciento de los alimentos proceden directamente del suelo y la degradación del mismo afecta a 1.500 millones de personas.
•Se ha calculado que la pérdida de tierra cultivable es 30 ó 35 veces superior a la tasa histórica.
•Cada año se pierden 12 millones de hectáreas de tierra debido a la sequía y la desertificación.
•El 74 por ciento de los pobres están directamente afectados por la degradación del suelo a nivel mundial.
•Según el informe sobre el Estado de la Inseguridad Alimentaria correspondiente al año 2014, alrededor de 805 millones de personas en el mundo no tuvieron acceso a los nutrientes necesarios entre 2012 y 2014; una cifra que equivale a uno de cada ocho habitantes del planeta.
•Resulta evidente que la escasez de comida y el hambre es más prevalente en países en vías de desarrollo que cuentan tierras áridas que no retienen el agua y que son más vulnerables a la destrucción causada por el hombre o por la naturaleza. Es el caso del África Subsahariana que, a pesar de los progresos, sigue registrando las cifras más elevadas de malnutrición.
FUENTE: Ecoticias, 18 / junio / 2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario