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lunes, 2 de enero de 2017

URUGUAY NO ESTARÍA PREPARADA PARA ENFRENTAR LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO




"El país está preparado" para los eventos climáticos adversos, aseguró el 24 de diciembre el presidente de la República, Tabaré Vázquez, mientras visitaba la Ciudad de San Carlos (Maldonado), que el día anterior había sido golpeada por una tormenta que provocó graves destrozos.
Pero existen enormes dudas acerca de la veracidad de esa afirmación. Y la falta de certezas sobre el asunto se torna más preocupante si se recuerda que durante el 2016 en Uruguay hubo tornados, turbonadas, sismos, corrientes descendentes e inundaciones. Fue un año marcado por fenómenos adversos en el terreno climático que dejaron en evidencia las carencias que existen en la prevención de estos episodios y el desconocimiento de la población acerca de cómo responder frente a ellos.
De hecho, los especialistas advierten sobre falencias en las estructuras de las viviendas -que no están adaptadas para evitar un fenómeno de vientos fuertes-puesto que los uruguayos están acostumbrados a construir de techos livianos que se vuelan fácilmente. Incluso, vaticinan, las cosas podrían ponerse peor.
"Si hoy tuviéramos algo parecido al sismo ocurrido en Uruguay en 1888, nos podría pasar algo parecido a lo que le ocurrió a Haití (en 2010). Tendríamos un enorme impacto en edificios altos, quizás con la gente adentro, y podría ser una crisis muy grande para un país que no está preparado para eso", dijo a El Observador el ingeniero Enrique Latorres, integrante del Observatorio Geofísico de la Facultad de Ciencias. Aquel año de finales del siglo XIX un sismo de 5,5 puntos en la escala Richter golpeó todo el territorio uruguayo pero tuvo poco impacto ya que, por entonces, las casas eran bajas y tenían paredes gruesas de ladrillos y techos de tejas, explicó.
El sismo ocurrido en Haití hace 7 años fue de 7.3 puntos en la escala Richter y murieron más de 200 mil personas.
"Que va a ocurrir un fenómeno similar (al de 1888) no hay duda, lo que no sabemos es si será en un rato o en 500 años. Tenemos temor por algunas estructuras, como los edificios más modernos, que no están preparados para algo que podría ocurrir", insistió Latorres.
En Uruguay ocurren alrededor de 20 sismos por año, comparable a lo que sucede en un solo día en Chile, uno de los países con mayor actividad sísmica de la región.
Los expertos consultados coinciden en que los eventos adversos son difíciles de pronosticar con mucho tiempo de antelación. Sin embargo, frente al escenario de cambio climático al que se enfrenta el mundo, coinciden en que aumentará la intensidad de los fenómenos y que alguno de ellos va a repetirse el año próximo.
 
Más fenómenos severos
 
El Instituto Nacional de Meteorología está actualizando un informe con las perspectivas climáticas para los primeros tres meses de 2017 y, según adelantó a El Observador el experto en climatología, Mario Bidegain, prevén temperaturas por encima de lo normal y precipitaciones "en el entorno" de lo normal.
El 2016 fue declarado el año más cálido desde que se tiene registro. En todo el mundo las temperaturas están en ascenso y se baten récords cada año. Eso provoca mayor humedad en la atmósfera, lo que genera lluvias más intensas y por tanto inundaciones. Normalmente se precipitan 5 milímetros de agua por hora, pero en un escenario climático distinto se puede incrementar incluso a 10 milímetros en promedio, explicó Bidegain. "Es un cóctel en el que estás mezclando aumento de la temperatura y de la humedad atmosférica, y eso te da como resultado mayor intensidad de precipitaciones y ráfagas de viento", dijo.
En tanto, el climatólogo Mario Caffera, indicó a El Observador que un planeta más caliente provoca mayor circulación del aire y del agua de los océanos, lo que origina la formación de nubes que pueden convertirse en nubes de tormenta. "Si hay mayor cantidad y más fuertes tormentas, seguro vamos a tener mayor número de fenómenos severos", sostuvo.
Muchas veces, los fenómenos climáticos extremos ocurren pero pasan desapercibidos porque suceden en el campo, alejados de las poblaciones. Además, años atrás la tecnología no facilitaba la propagación de las imágenes de los eventos atmosféricos. "Recién ahora este último gobierno se está poniendo las pilas", aseguró Latorres. Tras los sismos, las turbonadas, las corrientes descendentes y las inundaciones ocurridas en un mismo año, el gobierno identificó un claro desconocimiento por parte de las personas acercade cómo reaccionar ante las emergencias. Por esa razón, trabajan en la elaboración de una aplicación para teléfonos móviles para que este tipo de desastres naturales sean comunicados en tiempo real a la población. "A veces las alertas están dadas, pero no llega el mensaje al destinatario", indicó Bidegain.
Sin embargo, para que las alertas puedan realizarse lo más temprano posible, debe existir primero el monitoreo de los fenómenos para poder pronosticarlos.
Es así que el gobierno pretende tener instalada para el año que viene una red sismológica en 20 puntos del país para detectar terremotos. "Vamos a ser de los países con una de las redes con mayor densidad de América Latina", sostuvo Bidegain. Eso les permitirá armar un "diccionario" de este tipo de eventos para identificar fallas terrestres activas.
En marzo de este año se detectó un sismo en el Cerro de Montevideo y hubo otros en la provincia de Buenos Aires. Desde el Observatorio Geofísico los expertos los atribuyen estas actividades a una fractura terrestre que empieza en el río Santa Lucía, pasa por el norte de Montevideo y se extiende hasta la Laguna Merín. "Se nota que retomó alguna actividad", indicó Latorres. Con la instalación de esa red sísmica buscan poder identificar otras fallas como esa.
 
También trabajan en un sistema de alerta temprana de inundaciones, instalado en Durazno desde 2014 que permite detectar inundaciones con hasta 72 horas de antelación.
 
FUENTE: El Observador , 1/01/2017

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