La COP23 concluyó a altas horas de la madrugada el sábado 18 de noviembre con la aprobación de un documento en el que los países se comprometen a evaluar sus emisiones de CO2 en el año 2018. En estas dos semanas en la Cumbre del Clima de Bonn (COP23), los negociadores de los 195 países miembro pudieron avanzar en el reglamento del Acuerdo de París que detalla la implementación del mismo.
El primer ministro de Fiji, Frank Bainimarama, presidente de la COP23, consideró que el texto aprobado en la cumbre es “un paso adelante para avanzar en la puesta en marcha del pacto alcanzado en 2015, si bien hay que ir más rápido en su implementación”.
Las conversaciones siguieron hasta altas horas de la madrugada en Bonn, después de momentos de parálisis en los que varios países trataron de modificar algunos de los puntos del Acuerdo de París.
Según explicó a EFE el comisario europeo de Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete, los estados que objetaron fueron los llamados “Países en Desarrollo con la misma Visión”, entre los que están China, India, Arabia Saudita e Irán. Lo que estos países querían era desvirtuar el denominado Diálogo Facilitativo o de Talanoa, por el que los países asumen la obligación de revisar la ambición de sus compromisos climáticos nacionales en 2018. El objetivo de este diálogo es comprobar que los compromisos acordados por cada país en el Acuerdo de París están en consonancia con la meta de mantener el aumento de temperaturas del planeta por debajo de los 2 grados.
Los diferentes grupos de trabajo avanzaron en textos borradores que, como es costumbre en las negociaciones crecieron significativamente en tamaño para ser después tratados y recortados el año que viene.Las negociaciones de Transparencia son las que mejor avanzaron, con un texto relativamente corto que será trabajado nuevamente en la primera reunión de 2018, informó la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN).
Con más complicaciones, las negociaciones de Mercados y de Mitigación, que tuvieron discusiones difíciles sobre la comunicación de los compromisos y sus características y en consecuencia generando problemas en el tratamiento de los mercados de carbono.
“Los avances en los textos de negociación son alentadores, pero será un desafío poder simplificar los textos en 2018 con las divergencias en las posiciones sobre la diferenciación de las exigencias para los países” dijo Enrique Maurtua Konstantinidis, director de Cambio Climático de FARN.
En la primera semana las negociaciones empezaron con el anuncio de Siria en el que reafirmaba que firmará y ratificará el acuerdo, dejando en un futuro solamente a Estados Unidos como único miembro de la convención fuera del mismo. La presencia de los movimientos y gobiernos subnacionales estadounidenses fue muy marcada, contando con la presencia de más de 100 líderes de ciudades, estados e industria con el mensaje claro “We Are Still In”.
Las negociaciones consiguieron cerrar el capítulo de Agricultura que viene conversando sobre cuestiones técnicas desde hace 6 años y que ahora pasará a conversaciones conjuntas técnicas y de implementación donde se revisarán medidas para trabajar la adaptación, el carbono en suelo, la ganadería y la seguridad alimentaria entre otros.
La adopción del Plan de Acción de Género, con áreas prioritarias como el fortalecimiento de capacidades, apoyo para la implementación y la revisión de la información disponible en 2019 también mostraron una señal positiva.
Financiamiento, sigue sin resolverse
Pero como todos los años, el financiamiento es el problema que más complica las negociaciones, la falta de voluntad de los países desarrollados para dar información financiera por adelantado y la incertidumbre sobre el futuro del fondo de adaptación que da acceso directo a los países en desarrollo.Por último, el Diálogo de Talanoa, el espacio que habrá en Katowice, Polonia, durante la COP24 de 2018, fue diseñado en esta COP considerando el aumento de ambición y apoyo con miras a 2020.
Las ONG se expresaron respecto a las conclusiones de la COP23. El Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF) reconoció en un comunicado el progreso alcanzado en “sentar las bases para aumentar la ambición en la lucha contra el cambio climático hasta 2020 y más allá”, pero avanzó que la próxima cumbre será clave para consolidar esos avances.
La cita de Bonn sirvió para acordar “cuestiones críticas” como las acciones de los países desarrollados hasta 2020, así como la inclusión de las cuestiones de género y las comunidades indígenas en la lucha contra el calentamiento global.
No obstante, sostienen que “queda mucho para asegurar que se aprovecha la pequeña ventana de oportunidad” para lograr que las temperaturas no aumenten más de dos grados frente a los valores preindustriales.Por su parte, Greenpeace reconoció también “la ambición reforzada y la inclusión de la acción previa a 2020”, en palabras del responsable de su delegación política en la COP23, Jens Mattias Clausen.
Por su parte, Oxfam consideró que en la COP23 se han conseguido “muy pocos progresos” y que la “mayor decepción” fue el retraso de la negociación sobre el “apoyo financiero” a las economías en vías de desarrollo en concepto de daños y pérdidas.
FUENTE: Misiones Online , 20 / 11 / 2017
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