Recorrer Neuquen, es adentrase en tierras áridas, con escasa vegetación. No hay arboles, solo meseta. Es la parte más cobriza de la Patagonia. Es también atravesar kilómetros de pozos de petróleo y gas, donde las maquinas trabajan día y noche. A su alrededor hombres vestidos de blanco, como si salieran de una base espacial. Pero no siempre fue así.
En la Comunidad mapuche Maripe, Mabel Campos cuida los caballos y las ovejas, a su lado una niña con trenzas las atrapa con maestría. Rueda por el suelo, se ríe. Los niños también se han acostumbrado a jugar con los huesos de los animales muertos, que yacen a pocos metros en un cementerio. Se amontonan.
Desde que en el 2012 empezaron a llegar empresas petroleras como Chevron las cosas han cambiado. Ocuparon sus tierras, contaminaron las aguas. Ya no hay pasto. El ganado perece. La cosecha no crece.
“En el 2014 contabilizamos más de 100 pozos. Incluso ocupamos algunos. Ahora la mayoría se fueron, pero dejaron los tubos que extraen el gas. Además podrían volver y seguir explorando. No hubo compensación. Nos corresponden 10.000 hectáreas. Aquí vivían nuestros ancestros. Pero el gobierno nos confina a una reserva de 64, apenas para vivir y plantar alfalfa” afirma Mabel.
De hecho el pasado marzo el ministerio de Seguridad dispuso que 800 efectivos de Gendarmería Nacional sean trasladados a la Patagonia con el propósito de combatir el narcotráfico y el accionar de Resistencia Ancestral Mapuche –RAM-, los cuales han atacado varias instalaciones.
Vaca Muerta
Además el presidente Mauricio Macri ha aprobado que se instale una base militar desarrollada y financiada íntegramente por el US. Southern Command (Comando del Sur) a través de la Embajada de los Estados Unidos. La base se construirá muy cerca de Vaca Muerta (formación geológica de Shale, petróleo de esquistoo –compuesto principalmente por metano-). Esta zona de Neuquén, alberga importantísimos recursos de petróleo que alcanzan los 27 mil millones de barriles, lo que significa multiplicar por diez las actuales reservas de la Argentina.
El propio mandatario quien está impulsando el proyecto desde el 2012, considera que Vaca Muerta puede ser “la salvación” de Argentina en materia energética, además de volver a convertir el país es una potencia exportadora. Pero por ahora, solo se ha explotado el 2%. Las inversiones no acaban de llegar.
Además debido a la baja permeabilidad de las lutitas –donde se encuentra atrapado el gas-, la extracción de los hidrocarburos requiere la utilización de la fracturación hidráulica o fracking. Esta técnica parte de la perforación de un pozo vertical hasta alcanzar la formación que contiene gas o petróleo. Seguidamente, se realizan una serie de perforaciones horizontales. A través de estos pozos se fractura la roca con la inyección de una mezcla de agua, arena y más de 600 sustancias químicas a elevada presión que fuerza el flujo y salida de los hidrocarburos de los poros.
Este método prohibido en varios países, conlleva altos costos medioambientales. Como la disminución del uso del agua, la contaminación de acuíferos, problemas de salud y emisión de CO2, lo cual contribuye al calentamiento global.
Este mes se celebró una cumbre de energía del G20 en otra provincia de la Patagonia, Bariloche. Allí la organización Greenpeace presentó un informe denunciando que la apuesta de varios países de este grupo incluido, Argentina, a la producción de gas fósil pone en peligro los objetivos del Acuerdo de París que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”
En el caso particular de Argentina, explotar al máximo todas las reservas de gas no convencional del país, incluida Vaca Muerta, podría consumir hasta un 15% del presupuesto de carbono restante que permitiría mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados Celsius –pactados en los acuerdos de París-.
“Argentina tiene un enorme potencial eólico y uno de los mejores solares, especialmente aquí en el Sur y podemos generar energías limpias” nos aclara Ingo Boltz, coordinador de la campaña de Clima y Energía.
Sin embargo expertos e ingenieros en Petróleo consultados por LA RAZÓN, afirman que hoy por hoy, sería imposible abastecer a toda Argentina con energías renovables. Si bien en la Patagonia se dan las condiciones propias, en provincias como Buenos Aires sería inviable, aunque se podrían combinar ambas. Además no olvidemos, la energía renovable no tiene una duración larga, y tampoco es exportable.
Añelo, capital del famoso yacimiento Vaca Muerta, parece un pueblo fantasma y decadente. Basura, calles sin asfaltar, una comisaria abandonada... En la plaza un hombre talla con maestría esculturas de madera con una motosierra, un proyecto financiado por la estatal –YPF-. Cuando entraron las multinacionales prometieron a la Alcaldía que esta localidad, se convertiría en la Dubái de la Patagonia. Pero “el chorreo” de ganancias no es visible. El dinero no se queda en Añelo. Más bien es al revés, porque el trafico de drogas, la prostitución y el juego, han crecido hasta cuotas preocupantes. Hombres que viven solos y trabajan en los pozos durante largas jornadas, con dinero en el bolsillo, extenuados, dispuestos a “curar sus penas” en “el fondo de un vaso” o un casino.
A varios kilómetros se encuentra otro pueblo, Allen. Rubén Flórez de unos 60 años, riega lo poco que queda del cultivo de manzanas. Enormes tuberías atraviesan el rio. Su ojos son vidriosos, lleva un abrigo gris, bufanda a juego y una boina gaucha. Su casa es humilde. Comienza así su relato: “Una noche llegaron y se instalaron. Hubo varias explosiones no se veía nada, todo humo negro que aspiramos”
Cuando ocurría nos ofrecían irnos-a él y su mujer- por unas noches, a un hotel. Sin mayores explicaciones. Pronto la producción bajó y comenzamos a tener problemas para respirar. Fui al médico y me lo confirmó. Tengo cáncer de pulmón. Mi historial medico desapareció, solo quedaron las tapas. He puesto varias denuncias, intentaron coimearme –sobornarme-, pero yo quiero justicia” nos explica. Su testimonio se pierde en la estepa. El sol se pone.
Y el debate sobre la mesa: Vaca Muerta es un tesoro para el gobierno, una maldición para otros. Pero explorar el Yacimiento hasta sus profundidades podría resultar como abrir la “Caja de Pandora”. ¿Un riesgo demasiado alto?
FUENTE: La Razón, 29 / junio / 2018
Recorrer Neuquen, es adentrase en tierras áridas, con escasa vegetación. No hay arboles, solo meseta. Es la parte más cobriza de la Patagonia. Es también atravesar kilómetros de pozos de petróleo y gas, donde las maquinas trabajan día y noche. A su alrededor hombres vestidos de blanco, como si salieran de una base espacial. Pero no siempre fue así.
En la Comunidad mapuche Maripe, Mabel Campos cuida los caballos y las ovejas, a su lado una niña con trenzas las atrapa con maestría. Rueda por el suelo, se ríe. Los niños también se han acostumbrado a jugar con los huesos de los animales muertos, que yacen a pocos metros en un cementerio. Se amontonan.
Desde que en el 2012 empezaron a llegar empresas petroleras como Chevron las cosas han cambiado. Ocuparon sus tierras, contaminaron las aguas. Ya no hay pasto. El ganado perece. La cosecha no crece.
“En el 2014 contabilizamos más de 100 pozos. Incluso ocupamos algunos. Ahora la mayoría se fueron, pero dejaron los tubos que extraen el gas. Además podrían volver y seguir explorando. No hubo compensación. Nos corresponden 10.000 hectáreas. Aquí vivían nuestros ancestros. Pero el gobierno nos confina a una reserva de 64, apenas para vivir y plantar alfalfa” afirma Mabel.
De hecho el pasado marzo el ministerio de Seguridad dispuso que 800 efectivos de Gendarmería Nacional sean trasladados a la Patagonia con el propósito de combatir el narcotráfico y el accionar de Resistencia Ancestral Mapuche –RAM-, los cuales han atacado varias instalaciones.
Además el presidente Mauricio Macri ha aprobado que se instale una base militar desarrollada y financiada íntegramente por el US. Southern Command (Comando del Sur) a través de la Embajada de los Estados Unidos. La base se construirá muy cerca de Vaca Muerta (formación geológica de Shale, petróleo de esquistoo –compuesto principalmente por metano-). Esta zona de Neuquén, alberga importantísimos recursos de petróleo que alcanzan los 27 mil millones de barriles, lo que significa multiplicar por diez las actuales reservas de la Argentina.
El propio mandatario quien está impulsando el proyecto desde el 2012, considera que Vaca Muerta puede ser “la salvación” de Argentina en materia energética, además de volver a convertir el país es una potencia exportadora. Pero por ahora, solo se ha explotado el 2%. Las inversiones no acaban de llegar.
Además debido a la baja permeabilidad de las lutitas –donde se encuentra atrapado el gas-, la extracción de los hidrocarburos requiere la utilización de la fracturación hidráulica o fracking. Esta técnica parte de la perforación de un pozo vertical hasta alcanzar la formación que contiene gas o petróleo. Seguidamente, se realizan una serie de perforaciones horizontales. A través de estos pozos se fractura la roca con la inyección de una mezcla de agua, arena y más de 600 sustancias químicas a elevada presión que fuerza el flujo y salida de los hidrocarburos de los poros.
Este método prohibido en varios países, conlleva altos costos medioambientales. Como la disminución del uso del agua, la contaminación de acuíferos, problemas de salud y emisión de CO2, lo cual contribuye al calentamiento global.
Este mes se celebró una cumbre de energía del G20 en otra provincia de la Patagonia, Bariloche. Allí la organización Greenpeace presentó un informe denunciando que la apuesta de varios países de este grupo incluido, Argentina, a la producción de gas fósil pone en peligro los objetivos del Acuerdo de París que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”
En el caso particular de Argentina, explotar al máximo todas las reservas de gas no convencional del país, incluida Vaca Muerta, podría consumir hasta un 15% del presupuesto de carbono restante que permitiría mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados Celsius –pactados en los acuerdos de París-.
“Argentina tiene un enorme potencial eólico y uno de los mejores solares, especialmente aquí en el Sur y podemos generar energías limpias” nos aclara Ingo Boltz, coordinador de la campaña de Clima y Energía.
Sin embargo expertos e ingenieros en Petróleo consultados por LA RAZÓN, afirman que hoy por hoy, sería imposible abastecer a toda Argentina con energías renovables. Si bien en la Patagonia se dan las condiciones propias, en provincias como Buenos Aires sería inviable, aunque se podrían combinar ambas. Además no olvidemos, la energía renovable no tiene una duración larga, y tampoco es exportable.
Añelo, capital del famoso yacimiento Vaca Muerta, parece un pueblo fantasma y decadente. Basura, calles sin asfaltar, una comisaria abandonada... En la plaza un hombre talla con maestría esculturas de madera con una motosierra, un proyecto financiado por la estatal –YPF-. Cuando entraron las multinacionales prometieron a la Alcaldía que esta localidad, se convertiría en la Dubái de la Patagonia. Pero “el chorreo” de ganancias no es visible. El dinero no se queda en Añelo. Más bien es al revés, porque el trafico de drogas, la prostitución y el juego, han crecido hasta cuotas preocupantes. Hombres que viven solos y trabajan en los pozos durante largas jornadas, con dinero en el bolsillo, extenuados, dispuestos a “curar sus penas” en “el fondo de un vaso” o un casino.
A varios kilómetros se encuentra otro pueblo, Allen. Rubén Flórez de unos 60 años, riega lo poco que queda del cultivo de manzanas. Enormes tuberías atraviesan el rio. Su ojos son vidriosos, lleva un abrigo gris, bufanda a juego y una boina gaucha. Su casa es humilde. Comienza así su relato: “Una noche llegaron y se instalaron. Hubo varias explosiones no se veía nada, todo humo negro que aspiramos”
Cuando ocurría nos ofrecían irnos-a él y su mujer- por unas noches, a un hotel. Sin mayores explicaciones. Pronto la producción bajó y comenzamos a tener problemas para respirar. Fui al médico y me lo confirmó. Tengo cáncer de pulmón. Mi historial medico desapareció, solo quedaron las tapas. He puesto varias denuncias, intentaron coimearme –sobornarme-, pero yo quiero justicia” nos explica. Su testimonio se pierde en la estepa. El sol se pone.
Y el debate sobre la mesa: Vaca Muerta es un tesoro para el gobierno, una maldición para otros. Pero explorar el Yacimiento hasta sus profundidades podría resultar como abrir la “Caja de Pandora”. ¿Un riesgo demasiado alto?
FUENTE: La Razón, 29 / junio / 2018