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lunes, 11 de marzo de 2019

EL MUNDO SE AHOGA BAJO EL CAMBIO CLIMÁTICO




El cambio climático amenaza con ahogar al planeta, pero no solo bajo un calor asfixiante. El deshielo de la Antártida y Groenlandia podría provocar que el nivel del mar aumente hasta 65 centímetros a finales de siglo, lo que supone una amenaza muy grave para las zonas costeras, especialmente para las ciudades que se asientan en ellas.

Uno de los mayores estudios científicos al respecto, que se publicó en 2018 y se basó en 25 años de datos satelitales, reveló que la subida media del nivel del mar entre 1993 y 2017 fue de tres milímetros al año (7,5 centímetros en 25 años), y que esa tasa podría aumentar a diez milímetros anuales o incluso más en 2100.
Las estimaciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, en sus siglas en inglés), el grupo de expertos en la materia creado por la ONU, son aún más pesimistas. Calculan que el nivel del mar podría crecer hasta 98 centímetros para 2100 si se continúa con los niveles actuales de emisión de gases de efecto invernadero.

Deshielo y expansión térmica de los océanos

Este incremento del nivel de los océanos tiene una explicación doble. Por un lado, las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera de la Tierra no solo elevan la temperatura del aire, sino también la del agua. Y el agua más caliente se expande. Es lo que se conoce como "expansión térmica" de los océanos.

En segundo lugar, el aumento de la temperatura provoca la fusión del hielo que hay sobre la tierra (el presente en la Antártida y Groenlandia, principalmente), que fluye hacia el océano y también eleva el nivel marino en todo el mundo.

Es especialmente preocupante la situación en el extremo norte del planeta. La temperatura en el Ártico aumenta más del doble de rápido que en cualquier otra región. Porque el calentamiento global afecta a todos los rincones del mundo, aunque en cada uno de ellos lo hace de forma diferente.

España, especialmente vulnerable

España es uno de los países de Europa más expuesto a los efectos del cambio climático. "Es un país especialmente vulnerable por la situación geográfica y la latitud en la que se encuentra", explica a RTVE.es Tatiana Nuño, responsable de Cambio Climático de la organización Greenpeace. "Hemos visto cómo hemos perdido el 90% de los glaciares de los Pirineos. El 20% de la península es ya un desierto, y el 75% está en riesgo de convertirse en desierto a finales de siglo", detalla.

"Tenemos también pérdidas en la agricultura, en las que también es determinante el hecho de que se emplea una agricultura y una ganadería intensiva e industrial, lo que contribuye a aumentar las emisiones y agravar los efectos del cambio climático", prosigue.

Lejos de ser una realidad a largo plazo, los impactos del cambio climático son ya visibles. "Las temperaturas globales han aumentado un grado centígrado y, en concreto, en España han aumentado un grado y medio", continúa explicando Tatiana Nuño, "¿Cómo lo estamos viendo reflejado? En eventos meteorológicos cada vez más extremos, olas de calor más frecuentes, que duran más y que llegan antes; aumento del nivel del mar, pérdida de hielo, mayor desertificación, déficit hídrico, pérdida de biodiversidad…".

Retroceso de las playas

Una de las principales consecuencias del aumento del nivel de los océanos será la pérdida de arenales y el retroceso de las playas, un problema que en España se apreciaría especialmente en el Cantábrico. Las zonas bajas costeras también se verían muy perjudicadas, como los deltas del Ebro y del Llobregat, la Manga del Mar Menor o la costa de Doñana, entre otros.

Los principales núcleos de población diseminados a lo largo del litoral no escaparían a estos efectos catastróficos. "Hay importantes ciudades costeras que también se pueden ver afectadas por el incremento del nivel del mar y el aumento de los temporales. Por ejemplo, hablamos de La Coruña, Gijón, San Sebastián, Barcelona, Valencia, Málaga…", enumera la representante de Greenpeace.

El aumento del nivel de los océanos supondría una pérdida incalculable de miles de hectáreas que cumplen una función muy importante no solo para la biodiversidad, sino también para proteger a las áreas que quedan detrás de esas zonas bajas potencialmente inundables. "El cambio climático viene acompañado de temporales más frecuentes e intensos, y si encima tenemos el nivel del mar que ha subido, se van a ver afectadas localidades que han perdido esa franja costera, además de zonas bajas como deltas, o marismas o humedales", explica Tatiana Nuño.

Aumento de la erosión

"Los temporales van a aumentar la erosión en elementos naturales de protección como pueden ser acantilados, y van a afectar directamente a infraestructuras que se han construido muy cerca de la franja costera o directamente en ella, y que muchas veces no han respetado la Ley de Costas o la franja de protección costera".

En este sentido, son especialmente representativas las imágenes relativamente recientes de un edificio construido junto al mar en la isla de Tenerife, cuyos balcones inferiores son literalmente arrancados de cuajo por la violencia del Atlántico. Greenpeace las ha incluido en su última campaña para concienciar de cómo está afectando ya a España el calentamiento global.


La mala noticia es todo lo anterior. La buena, que aún hay tiempo para revertir esta situación, para lo que resulta inevitable descarbonizar la economía, algo que pondría freno al aumento de las temperaturas. Los expertos en cambio climático de la ONU estiman que la emisión de gases de efecto invernadero se debe limitar a la mitad antes 2030, y llevarlas a cero en el año 2050.

"Tenemos que abandonar los combustibles fósiles y acelerar la transición hacia un modelo 100% renovable", sintetiza la responsable de Cambio Climático de Greenpeace.
FUENTE: rtve m 6 / 03 / 2019

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