Según la FAO, el Perú es el tercer país de América del Sur con la mayor proporción de personas en condición de subalimentación, detrás de Venezuela y Paraguay. Así, 8.7% de peruanos, que en su mayoría viven en zonas rurales y se dedican a actividades agrícolas, no satisfacen el requerimiento calórico diario. ¿A qué se debe esto?
En nuestro país, la agricultura familiar significa el 97% de las unidades agropecuarias, donde laboran más de 3 millones de peruanos (Minagri). El problema radica en la baja productividad, sobre todo en familias en condición de subsistencia, ya que estas destinan casi 44% de su producción al autoconsumo (Cenagro).
Uno de los factores que explica la baja productividad es el efecto del cambio climático, ya que en el Perú la temperatura está aumentando, las precipitaciones cambian y las heladas son impredecibles; lo que afecta la agricultura. Ante esto, es importante empezar a utilizar cultivos resistentes a las nuevas condiciones climatológicas, por lo que los OGM podrían ser la solución.
A nivel internacional ya hay iniciativas en ese sentido. Por ejemplo, desde 2016, más de 137 premios Nobel han firmado una carta apoyando los transgénicos por considerarlos seguros e inocuos. Lamentablemente, aquí estamos a años de algo así.
Basta con ver el fallo de Indecopi ante Molitalia y Mondelez por no consignar la existencia de OGM en las etiquetas de sus productos, pese a que las cantidades eran mínimas y este punto no está reglamentado. Ni pensar en un programa social que distribuya a agricultores semillas modificadas que resistan a climas extremos.
Esperemos que el Gobierno se guíe de la evidencia y no de supersticiones, para que millones de agricultores puedan acceder a mejores cultivos.
FUENTE: Perú 21, 27 / marzo / 2019
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