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jueves, 27 de junio de 2019

LA CIVILIZACIÓN HUMANA NO ESTÁ PREPARADA PARA SOBREVIVIR AL CAMBIO CLIMÁTICO



Hombre en la Antartica mirando al hielo


Hablamos con David Spratt sobre la situación real del cambio climático y por qué nosotros no estamos preparados para que llegue a sus consecuencias más graves.

¿Qué es lo peor que podría pasar? ¿Estamos preparados para ello?, estas son algunas de las preguntas fundamentales sobre el cambio climáticoque está intentando responder David Spratt, director de investigación del Breakthrough National Centre for Climate Restoration en Australia.
Spratt e Ian Dunlop, un exejecutivo de combustibles fósiles, trataron de reconstruir tanto las implicaciones ecológicas como las sociales del cambio climático. Y en grandes rasgos, no se diferencia mucho del informe del año pasado del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU, que concluía con que tenemos pocos más de una década para prevenir los peores resultados climáticos absolutos. Ese informé se centró en los ya inevitables dos grados de calentamiento, una temperatura con la que 411 millones de personas que viven en las ciudades se tendrán que enfrentar a la escasez de agua, con la que las cosechas empiezan a fallar y con la que todos los corales mueren. Pero ellos querían saber qué sería lo peor que podría ocurrir.
“El informe de la IPCC tendía a centrarse en los resultados medios, para los que existe un 50% de probabilidades de que ocurran. Por lo que nosotros creíamos que era importante preguntar cuáles son los impactos más elevados. Porque en la gestión de riesgos, el coste de los daños asociados a los impactos más elevados es tan grande que se debe evitar”, dice Spratt.
Y, en efecto, los costes son muy elevados. El informe que han realizado Spratt y Dunlop se pone en el peor de los casos, donde el cambio climático “es un camino hacia el final de la civilización humana y de la sociedad moderna tal y como la conocemos”. Spratt argumenta que debemos entender realmente cuánto de importante es lo que está en juego es muy necesario si vamos a tomarnos en serio el asunto y tratar de evitar las peores consecuencias.
GQ: ¿Puedes explicar por qué este informe es único?
David Spratt: Vamos a tomar como ejemplo el acuerdo de París en 2015, donde varios países se comprometieron a reducir sus emisiones. De hecho, el seguimiento que están haciendo es algo peor que sus compromisos, pero aquellos que ya se han llevado a cabo serán consistentes con un calentamiento global de tres grados. Pero con los impactos a largo plazo, el camino que está siguiendo París tendrá un impacto de cuatro o más grados en el calentamiento.
Por ello nuestro documento de política, que se basaba únicamente en la literatura científica revisada por colegas, tenía como objetivo trazar una instantánea de cómo sería el mundo si ocurriera un calentamiento de tres grados y un aumento del nivel del mar de medio metro de altura, y luego extraer algunas conclusiones de ello. Y, a tres grados de calentamiento, se observa la pérdida de tierras a causa de la desertificación y la disminución del rendimiento de los cultivos debido al calor, la disminución del contenido nutricional de los alimentos y la escasez crónica de agua. Esas condiciones físicas tienen consecuencias sociales.
GQ: ¿Y cuáles son algunas de esas consecuencias?
D.S.: Realmente nos basamos en ‘Age of Consequences’, un informe publicado en Estados Unidos en el año 2007, que fue elaborado por un grupo de analistas de seguridad nacional de Washington, junto con un exdirector de la CIA, por lo que era un punto de vista muy de Washington.
Allá por 2007 preguntaron qué pasaría si el mundo se calentase tres grados, y nosotros simplemente reeditamos ese escenario. Decían que habría lo que ellos llamaban eventos sociales masivos y no lineales, es decir, un colapso social. Decían que las naciones de todo el mundo iban a sentirse sobrepasadas por la magnitud del desafío, y que la cohesión interna de las naciones (incluyendo a Estados Unidos) estará bajo una gran presión, en sus propias palabras, como resultado del dramático aumento de la migración y de los cambios en los patrones agrícolas y en la disponibilidad de agua. Por lo que la seguridad nacional de Estados Unidos y la CIA aseguran que la cohesión social en Estados Unidos se va a romper.
Las consecuencias sociales van desde el aumento del fervor religioso hasta el caos absoluto, y el cambio climático provocará una variación permanente en la relación de los seres humanos con la naturaleza.
GQ: Entonces, la idea es que habrá más guerras debido a la migración masiva y a la escasez de alimentos.
D.S.: Mira Siria, por ejemplo. Una guerra que ha durado 11 años y ha desplazado a 11 millones de personas, tanto interna como externamente. Algunas de las causas de esa guerra están relacionadas con el clima: una enorme sequía y desertificación en Siria, que desplazó a más de un millón de personas, y la llegada de la primavera árabe, que se desencadenó, sobre todo, por un rápido aumento de los precios de los cereales como consecuencia de los fenómenos climáticos en Rusia y China al mismo tiempo. Y esa guerra ha tenido consecuencias devastadoras.
GQ: Pero nadie que estudia el cambio climático o la seguridad nacional vio la guerra de Siria como un resultado de esos eventos climáticos.
D.S.: Y ahí está el tema. De lo que estamos hablando es que podemos pensar ahora en las consecuencias de un calentamiento de tres grados, y no esperar hasta que digamos “madre mía, vivimos en un mundo tan caótico y roto, que ningún sistema político, social o militar puede con ello”. Si llegamos al escenario que nosotros planteamos, será demasiado tarde.
GQ: Lo que describes suena muy apocalíptico, algo muy parecido a Mad Max.
D.S.: Déjame decirte esto: el Secretario General de la ONU, António Guterres, concedió una entrevista el 7 de junio. Y en ella dijo, básicamente, que nos estamos quedando sin tiempo, y eso que en política siempre hay una gran tendencia a mantener el status quo, que en este caso es esencialmente ir a tres grados más de calentamiento. Y luego dijo: “El problema es que el status quo es un suicidio”. Y con razón, es que lo es. Y recuerdo que esto lo ha dicho el Secretario General de la ONU.
GQ: Entonces, ¿cuál es la desconexión? La situación es claramente grave, pero no se está tomando ningún tipo de acción. Incluso los países que se han mantenido a bordo del acuerdo de París no están cumpliendo sus objetivos.
D.S.: Creo que se tiene que volver a la élite de la política y los negocios, que son los que tienen la oportunidad de liderar en estos temas, porque esas son las voces que se reflejan predominantemente en los medios de comunicación. Así es como funciona. Y han optado por hacer la vista gorda ante esto, han optado por no ejercer el liderazgo en este sentido.
GQ: ¿Existe algo que pueda hacer la gente, aunque no sean oficiales de seguridad nacional de alto rango?
D.S.: Este es un problema político y social. Me entusiasma la gente como Greta Thunberg y los estudiantes en huelga que son los que realmente están cambiando la historia en público. Con esto quiero decir que Greta ha sido un rayo para los políticos. No sé si harán algo más que darle unas palmaditas en la espalda. Creo que está diciendo una verdad brutal y necesaria. También nos podemos fijar en grupos como Extinction Rebellion (Reino Unido), que realmente ayudaron a cambiar la historia. Creo que la comunidad está organizada y dando lo mejor de sí misma, pero son sus líderes los que están fallando.
FUENTE: GQ , 24 / junio / 2019

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