Un nuevo estudio que reconstruye los efectos de los cambios climáticos pasados en 59 especies de tortugas norteamericanas considera que los hábitats de las tortugas se han movido un promedio de 72,4 kilómetros por cada grado de calentamiento o enfriamiento del clima.
Mientras que algunas especies fueron capaces de encontrar el clima adecuado, otras, muchas de ellas en peligro de extinción actualmente, se quedaron sólo en el hábitat mínimo.
Las especies de los bosques templados, praderas, desiertos y sistemas lacustres, principalmente en el este de Estados Unidos y la zona central, se vieron más afectadas por el cambio climático que las que se desarrollan a lo largo de la costa del Pacífico, en las tierras altas de montaña de Estados Unidos, occidentales y México y en los trópicos, según el estudio publicado en la revista ‘Plos One’.
El estudio integra datos de más de 300 informes publicados sobre la fisiología de la tortuga, la genética y los fósiles con nuevos modelos de respuesta de las especies a los ciclos del cambio climático en los últimos 320.000 años para sacar sus conclusiones. Durante este periodo de tiempo, la Tierra ha pasado a través de tres ciclos glaciales-interglaciares y una variación significativa en la temperatura.
“Mediante el estudio de cómo las tortugas respondieron a estos ciclos climáticos, podemos aprender sobre las diferencias regionales de los efectos del cambio climático, cómo el cambio climático afecta de manera diferente a cada especie y cómo el clima ha influido en la evolución”, apuntó la coautora principal, Michelle Lawing, becaria postdoctoral en el Instituto Nacional para la Síntesis Matemática y Biológica de Estados Unidos.
La investigación sugiere que el ritmo del cambio climático hoy en día es mucho más rápido que la capacidad de las tortugas para adaptarse y evolucionar naturalmente para tolerar los cambios. Las tortugas tendrán que seguir cambiando sus hábitats geográficos para mantenerse al día con el cambio climático, sin embargo, las nuevas propiedades de las tortugas se podrían estar agotando, según los investigadores.
“En el pasado, las tortugas han hecho frente al cambio climático mediante el cambio de sus hábitats geográficos a las zonas con climas más compatibles. Sin embargo, es más difícil para las tortugas modernas hacer eso con los canales de agua de hoy y los paisajes agrícolas y urbanos”, dijo el coautor David Polly, profesor de Ciencias Geológicas en la Universidad de Indiana, Estados Unidos.
Más de la mitad de la población mundial de aproximadamente 330 especies de tortugas y galápagos está en peligro de extinción debido al comercio ilegal y la pérdida de hábitat, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Las tortugas y los galápagos, que evolucionaron hace unos 220 millones de años, se encuentran en un riesgo de extinción muy superior a muchos otros vertebrados, igualadas únicamente por los primates, según la UICN. Muchas de las especies de tortugas más amenazadas se encuentran en Asia.
FUENTE: ecoticias.com, 18/ 11/ 2013
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