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jueves, 24 de noviembre de 2016

CAMBIO CLIMÁTICO Y DERECHOS HUMANOS




Islas Marshall, Aruba, Nauru, Micronesia, San Vicente y Granadinas, Vanuatu, Guam, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía… Para todos estos países la lucha contra el calentamiento global se ha convertido no ya en la principal cuestión de estado, sino en una cuestión de vida o muerte: es la lucha por su propia existencia. Porque su cultura, su lengua, sus tradiciones, sus paisajes, la memoria de sus antepasados; todo lo que son desaparecerá bajo las aguas del océano si el océano sigue inflamándose debido al aumento de las temperaturas provocado por el calentamiento global

Hace ahora un año, durante la pasada Cumbre de París, tuve ocasión de asistir a algunas de sus desesperadas llamadas de atención a la comunidad internacional para que reaccione. Como sucedió la semana pasada en Marrakech, fueron los países más vulnerables como Filipinas, Bangladesh o Indonesia los que reclamaron con más tesón un mayor compromiso en la lucha contra el cambio climático por parte de todos y un incremento rápido de las medidas para mitigar sus peores efectos.

Ayudas urgentes para hacer frente al constante y acelerado incremento del nivel del mar del que ellos pueden dar incontestable testimonio.

El Acuerdo de París, puesto en práctica

Estamos hablando de naciones como la República de Fiyi, un archipiélago del sur del Pacífico donde viven actualmente casi un millón de personas, y para el que traducir en acciones concretas el Acuerdo de París “es una cuestión de supervivencia”. De Barbados, Kiribati, Samoa o Trinidad y Tobago, cuyos representantes no se cansan de gritarle al mundo que sus países se están haciendo cada vez más pequeños y que si no actuamos de manera mucho más decidida e inmediata el océano acabará engulléndolos.
Las pequeñas islas del Pacífico son especialmente sensibles al cambio climático
Las pequeñas islas del Pacífico son especialmente sensibles al cambio climático (USFWS)
Y es que cuando hablamos de cambio climático estamos hablando, mucho antes que de cualquier otra cosa, de derechos humanos. Por eso es imprescindible afrontar este importante reto, el mayor al que se enfrenta la humanidad, no solo desde un punto de vista medioambiental sino ante todo moral.

El profesor de la Wake Forest University de Estados Unidos, John H. Knox, relator especial de las Naciones Unidas para los derechos humanos y el medio ambiente, ha publicado un excelente artículo al respecto en el Observatorio Social de “la Caixa”.

Valiosa herramienta de divulgación y debate

Este observatorio es una valiosa herramienta divulgativa para el debate de ideas sobre los principales problemas sociales que nos afectan a todos. Unos problemas cuya resolución, como en el caso del cambio climático, va a determinar nuestro futuro y el de las siguientes generaciones.

En su artículo, el profesor Knox identifica las principales amenazas del cambio climático en materia de derechos humanos, incluidos el derecho a la vida y a la salud, las obligaciones que debe asumir la comunidad internacional para hacerles frente y hasta qué punto el Acuerdo de París responde a esas obligaciones.

Como ha quedado demostrado en Marrakech, el Acuerdo de París ha supuesto un paso importante, es cierto, pero aún queda mucho por hacer. Los Estados deben aplicar ahora sus compromisos con la mayor rapidez atendiendo a un aspecto muy importante que merece una especial reflexión: “deben asegurarse -dice este investigador- de que sus medidas contra el cambio climático no ocasionen violaciones de derechos humanos”.

FUENTE: La Vanguardia, Natural, 23 / 11 /2016

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