En reiteradas ocasiones, Donald Trump, elegido presidente de
los Estados Unidos, ha explicado que no cree que el cambio
climático sea real. Foto: AFP.
La victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos amenaza con sumir en la incertidumbre las políticas internacionales contra el cambio climático, empezando por el recién entrado en vigor Acuerdo de París.
Alcanzado tras años de complejas negociaciones, el impacto real de esa gran estrategia para contener el calentamiento del planeta puede quedar ahora en manos de un político que ha repetido en numerosas ocasiones que ni siquiera cree que el cambio climático sea real.
Estados Unidos, de la mano de Barack Obama, fue este año uno de los primeros países en ratificar el Acuerdo de París y, en colaboración con China, dio un impulso vital para lograr su rápida entrada en vigor..
Enfrente, Trump ha prometido abandonar o, como mínimo, renegociar el Acuerdo, una postura que cuenta además con el respaldo de gran parte del Partido Republicano, que tendrá la mayoría en el Senado y que ya fue muy crítico con la decisión de Obama de no someter el texto a la cámara.
Para salir del Acuerdo, EE.UU. tendría que utilizar un mecanismo de denuncia bajo el que está establecido un plazo de tres años para que la retirada pueda hacerse efectiva.
Sin embargo, Trump no necesitaría ni tan siquiera ir tan lejos para dejar muy malherida la estrategia, pues buena parte de las medidas concretas para su aplicación están aún pendientes de ser pactadas.
Así, un giro en la postura de EE.UU. -que con China es el país más contaminador del mundo- podría dar fácilmente al traste con algunos de los aspectos más ambiciosos acordados el pasado año por los jefes de Estado y de Gobierno en París.
Naciones Unidas se apresuró hoy (9 de noviembre de 2016) a confiar en que el nuevo inquilino de la Casa Blanca colabore con la comunidad internacional para seguir adelante en la lucha contra el cambio climático.
"Espero poder trabajar con esta Administración para llevar adelante la agenda de la acción climática en beneficio de la población del globo", dijo en un breve comunicado la máxima responsable de la ONU en este ámbito, Patricia Espinosa.
El secretario general de la organización, Ban Ki-moon, que ve en el Acuerdo de París uno de sus principales legados, no quiso abordar directamente el asunto, pero sí mencionó el cambio climático como uno de los ámbitos en los que espera cooperación por parte del nuevo Gobierno estadounidense.
Desde París, la ministra francesa de Ecología, Ségolne Royal, defendió que Trump no podrá impedir la aplicación del pacto climático, que ya han ratificado más de un centenar de países.
Aunque su escepticismo sobre las políticas de clima es explícito, las palabras de Trump sobre este asunto no siempre han mantenido una línea clara.
El magnate neoyorquino, como ha hecho en muchas otras áreas, ha lanzado en los últimos años mensajes de los que luego se ha desdicho o que ha variado de forma importante.
Tras referirse al cambio climático como un "bulo" propagado por China para perjudicar a EE.UU. -una idea que sigue leyéndose en un mensaje que publicó en Twitter en 2012-, durante el primer debate presidencial Trump negó haber hablado nunca en ese sentido.
Recientemente, su campaña ofreció una nueva postura, según la cual el presidente electo cree que el calentamiento global es una realidad, pero que no es consecuencia del hombre, una teoría que mantienen muchos republicanos.
Organizaciones no gubernamentales expresaron hoy su preocupación tras los resultados electorales y llamaron al mundo a unirse en defensa del planeta.
Estados Unidos, de la mano de Barack Obama, fue este año uno de los primeros países en ratificar el Acuerdo de París y, en colaboración con China, dio un impulso vital para lograr su rápida entrada en vigor..
Enfrente, Trump ha prometido abandonar o, como mínimo, renegociar el Acuerdo, una postura que cuenta además con el respaldo de gran parte del Partido Republicano, que tendrá la mayoría en el Senado y que ya fue muy crítico con la decisión de Obama de no someter el texto a la cámara.
Para salir del Acuerdo, EE.UU. tendría que utilizar un mecanismo de denuncia bajo el que está establecido un plazo de tres años para que la retirada pueda hacerse efectiva.
Sin embargo, Trump no necesitaría ni tan siquiera ir tan lejos para dejar muy malherida la estrategia, pues buena parte de las medidas concretas para su aplicación están aún pendientes de ser pactadas.
Así, un giro en la postura de EE.UU. -que con China es el país más contaminador del mundo- podría dar fácilmente al traste con algunos de los aspectos más ambiciosos acordados el pasado año por los jefes de Estado y de Gobierno en París.
Naciones Unidas se apresuró hoy (9 de noviembre de 2016) a confiar en que el nuevo inquilino de la Casa Blanca colabore con la comunidad internacional para seguir adelante en la lucha contra el cambio climático.
"Espero poder trabajar con esta Administración para llevar adelante la agenda de la acción climática en beneficio de la población del globo", dijo en un breve comunicado la máxima responsable de la ONU en este ámbito, Patricia Espinosa.
El secretario general de la organización, Ban Ki-moon, que ve en el Acuerdo de París uno de sus principales legados, no quiso abordar directamente el asunto, pero sí mencionó el cambio climático como uno de los ámbitos en los que espera cooperación por parte del nuevo Gobierno estadounidense.
Desde París, la ministra francesa de Ecología, Ségolne Royal, defendió que Trump no podrá impedir la aplicación del pacto climático, que ya han ratificado más de un centenar de países.
Aunque su escepticismo sobre las políticas de clima es explícito, las palabras de Trump sobre este asunto no siempre han mantenido una línea clara.
El magnate neoyorquino, como ha hecho en muchas otras áreas, ha lanzado en los últimos años mensajes de los que luego se ha desdicho o que ha variado de forma importante.
Tras referirse al cambio climático como un "bulo" propagado por China para perjudicar a EE.UU. -una idea que sigue leyéndose en un mensaje que publicó en Twitter en 2012-, durante el primer debate presidencial Trump negó haber hablado nunca en ese sentido.
Recientemente, su campaña ofreció una nueva postura, según la cual el presidente electo cree que el calentamiento global es una realidad, pero que no es consecuencia del hombre, una teoría que mantienen muchos republicanos.
Organizaciones no gubernamentales expresaron hoy su preocupación tras los resultados electorales y llamaron al mundo a unirse en defensa del planeta.
"Usemos este momento para reforzar la lucha por el clima", dijo en un comunicado la directora ejecutiva de Greenpeace en EE.UU., Annie Leonard.
FUENTE: El Comercio, Agencia EFE, 9 / 11 / 2016
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