Un grupo de 80 investigadoras y tecnólogas, cuatro de ellas en representación de España, viajarán a la Antártida dentro de un proyecto que pretende sumar a mujeres para que adopten roles de liderazgo en la ciencia y lucha contra el cambio climático.
Alicia Pérez, bióloga marina; Alexandra Dubini, experta en energías renovables en la Universidad de Córdoba; Ana Payo, oceanógrafa, y Uxua López, ingeniera de telecomunicaciones, son las cuatro representantes de España elegidas entre más de 300 candidatas para embarcarse en esta aventura a partir del 14 de febrero y durante tres semanas. Están convencidas de que el reto contra el cambio climático no puede prescindir más del talento y creatividad de las mujeres.
Este proyecto, que nació en Australia y que celebra ahora su segunda edición, se llama Homeward Bound y supone un programa de liderazgo y empoderamiento para mujeres de todo el mundo del ámbito científico y tecnológico con el cambio climático como telón de fondo. Es la primera vez que se ha montado un equipo español. La iniciativa se enmarca en un proyecto más amplio, a diez años, con el objetivo de crear una red mundial de mil mujeres líderes contra el cambio climático.
Tres de las integrantes del equipo español -apoyadas entre otros por Acciona- han presentado el programa antes de partir a la Antártida: se trata de una gran oportunidad para observar y contrastar los efectos del cambio climático en un lugar emblemático como la Antártida, visitando cinco estaciones científicas -de China, Rusia, Reino Unido, Argentina y EEUU-, explica Pérez.
Gran carga simbólica
La primera española en pisar la Antártida fue la oceanógrafa y bióloga Josefina Castellví, en los años 80, que dirigió la base española, pero este continente sigue siendo «tradicionalmente masculino», afirma Pérez, para quien este viaje puede suponer un granito de arena para cambiar ese imaginario colectivo y que las niñas, también los niños, vean que «las mujeres pueden llegar a cualquier parte».Se trata, dice, de crear referentes y romper el sesgo que existe desde el principio, por ejemplo, a la hora de que las niñas estudien carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, pero no solo, también las mujeres tienen que ocupar más puestos de responsabilidad para ayudar a poner fin a la brecha en ciencia.
Este viaje, por tanto, tiene «una gran carga simbólica», tanto en la parte de género como en la lucha contra el cambio climático porque cualquier cosa vinculada a este reto se nota primero en la Antártida, resume esta investigadora, portavoz del #Accionateam.
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