En 2018, las bebidas vegetales se han consolidado . (AlexPro9500 / Getty)
Aunque no lo queramos, el cambio de año conlleva cumplir con todos esos propósitos que hemos ido dejando de lado y que, de una vez por todas, tenemos que conseguir. Uno de los recurrentes en las listas de deseos es mejorar la alimentación como, por ejemplo, siguiendo dietas bajas en grasas para poner a punto nuestro cuerpo y “limpiarnos” de los excesos navideños.
La preocupación por una buena alimentación pasa por incluir un cambio en las formas de consumo y dar la bienvenida a los alimentos verdes, concienciarnos sobre el papel de los productores y los envases ecológicos y aprovechar al máximo de los alimentos para desperdiciar lo menos posible.
Las corrientes vegetarianas no son fruto de una moda social. En 2018, las bebidas vegetales se han consolidado y el consumo deproductos a base de ingredientes distintos a la soja ha experimentado el mayor repunte. De hecho, son las protagonistas indiscutibles de los desayunos en muchos hogares y, en los que todavía no lo son, se van colando poco a poco. La oferta no para de crecer: las hay de soja, avena, espelta, coco, almendra… Lo que, hasta ahora, conocíamos como “leche” ha pasado a ser un producto estrella de nuestra dieta.
Impacto ambiental de diferentes tipos de bebidas
Cada vez son más los consumidores que eligen estos productos gracias a la importancia que tiene la salud y, en parte, al aumento de alergias e intolerancias y el constante trabajo de las empresas de marketing que están detrás.
Sin embargo, más allá de conocer la producción de las leches tanto de origen animal como vegetal, y descubrir los beneficios que reporta a nuestro cuerpo su consumo, un equipo de investigación de la Universidad de Oxford ha demostrado que para producir un vaso de leche de origen animal (lo que correspondería a 200 ml) se generan casi tres veces más emisiones de gases de efecto invernadero que en la producción de las leches vegetales.
Concretamente, en su estudio, publicado en la revista Science , señalan que para producir un vaso de leche se necesitan alrededor de650 metros cuadrados de terreno, un tamaño vacaequivalente a dos pistas de tenis y, en comparación a otras leches, 10 veces más que en la producción de un vaso de leche de avena. Es decir, el impacto de las leches de origen animal es mayor que el de sus sustitutivos vegetales.
Por su parte, para la producción de leche de almendras se necesita más agua que en la producción de leche de soja o avena. Si nos basamos en los datos que muestra el estudio, para producir un solo vaso de esta leche, necesitas 74 litros de agua mientras que, en el caso de la leche de arroz, tan solo 54. Y, tanto para la producción de leche de almendra como de arroz, todavía se requiere menos agua que para un vaso de leche de vaca.
“La producción de alimento constituye el 25% de la generación de emisiones de gases de efecto invernadero”, alerta Joseph Poore, uno de los autores de la Universidad de Oxford, en el estudio. Su investigación ha demostrado que tanto las compañías de producción de carne como de lácteos emiten más gases con efecto invernadero, a pesar de que en nuestra alimentación solo conforman una quinta parte de las calorías consumidas.
En este sentido, y gracias a un estudio publicado por la oenegé Grain, en el año 2017, “hemos comprobado que las veinte principales compañías del mundo de carne y lácteos emitieron en 2016 más gases con efecto de invernadero que toda Alemania, el país con más emisiones de toda Europa”, destaca la Organización de Naciones Unidas de la Agricultura y la Alimentación (FAO), tal y como publico en su día La Vanguardia .
Importancia en el cambio de la dieta
El cambio climático es una realidad que afecta a todos los ámbitos de nuestra vida, entre ellos a la agricultura, pese a la impasividad de los consumidores. “La mayoría de los compradores subestiman las emisiones de gases de efecto invernadero que se ahorran al pasar de una leche animal a la leche de origen vegetal”, ha afirmado Adrian Camilleri, psicólogo de la Universidad de Sídney (Australia) en una entrevista para la BBC .
Pese a que todavía hay un largo camino por recorrer en la sustitución de los lácteos y la producción de bebidas vegetales, este estudio proporciona nuevas pruebas en la importancia de un cambio en la dieta. Estas bebidas han sido consideradas como las más equilibradas en términos de aporte nutricional entre distintas variantes (soja, arroz, coco, almendra), según un estudio publicado en Journal of Food Science and Technology . Pese a ello, su consumo va a la baja, tanto en España como en otros mercados europeos, según los datos de la empresa de investigación de mercado estadounidense, IRI.
FUENTE: La Vanguardia, 10 / enero / 2019
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