El Estudio Mundial sobre Homicidio de 2019, realizado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd), indica que la crisis climática y la lucha por los recursos naturales, que cada vez son más escasos, se convierten en detonantes que pueden aumentar los niveles de violencia.
De acuerdo con el informe, por cada grado centígrado que incremente la temperatura, los conflictos interpersonales podrían aumentar 2,4 por ciento. “Los cambios asociados con el calentamiento del planeta y otras formas de degradación medioambiental agravarán enormemente los conflictos en el futuro”, indica el análisis de la oficina de la ONU.
Los científicos sustentan su análisis en varios casos vigentes. Por ejemplo, analizan la situación de Afganistán, país en el que el 70% de los crímenes está relacionado con disputas sobre la propiedad de la tierra. También evalúan lo que sucede en África, continente en donde muchas personas se han unido a grupos armados con el objetivo de obtener ingresos para su supervivencia, pues actividades como la pesca y la explotación de las tierras cultivables se han reducido como consecuencia del impacto generado por el cambio climático.
El informe también reconoce que es una problemática que está muy relacionada con los altos niveles de desigualdad y corrupción y que los problemas interpersonales se asocian, principalmente, a la escasez de recursos como el agua y la tierra.
Siria es uno de los países que se pone como ejemplo de los problemas ocasionados por la falta de agua, recurso natural que juega un papel determinante en la guerra civil. Lo propio sucede en India, en donde la pérdida de cosechas ha provocado incrementos importantes en la violencia política.
El informe de la Oficina de las Naciones Unidas también destaca la relación entre violencia y ecología, pues recuerda que más de 150 activistas que se dedicaron a la defensa del medioambiente fueron asesinados en Asia y Latinoamérica entre 2011 y 2016.
Así las cosas, lo que se haga en los próximos años para mitigar los efectos del cambio climático que redunda en el calentamiento global, será clave también para reducir los niveles de violencia.
De manera general, el estudio relaciona la violencia y los homicidios con el nivel de educación, pues cuando los niveles educativos son pobres, las personas son más vulnerables a caer en malas prácticas de comportamiento en los núcleos en los que se desarrollan o conviven. Las regiones con menores recursos económicos son las más susceptibles a fortalecer e incrementar estas problemáticas.
FUENTE: Semana Sostenible, 26 /julio / 2019
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