El abaratamiento y mayor calidad de las cámaras digitales que podemos encontrar en cualquier tienda están permitiendo que se les de nuevos usos.
Uno de los más novedosos es éste que las utiliza como instrumentos científicos para estudiar cómo están respondiendo los bosques al cambio climático.
Un estudio realizado por Toshie Mizunuma de la Universidad de Edimburgo ha monitorizado con cámaras digitales la propagación de enfermedades en los árboles realizando 38.000 fotografías con cámaras baratas.
Los árboles fijan el dióxido de carbono de la atmósfera y lo almacenan en forma de biomasa. Los bosquesdesempeñan un papel fundamental en ciclo del dióxido de carbono. Son un elemento fundamental en el estudio elcambio climático.
Los bosques también se ven afectados por el cambio climático. Brotan antes en primavera por el incremento de temperaturas; y los biólogos y climatólogos necesitan entender cómo afectan estas variaciones a la cantidad de carbono que pueden capturar.
El estudio de cómo y cuánto dióxido de carbono absorben los bosques del planeta es muy complejo y costoso. Actualmente existe una red mundial FLUXNET que monitoriza el intercambio de dióxido de carbono entre la atmósfera y los bosques mediante el uso de 500 torres de observación dotadas de complicado instrumental científico.
Esta nueva técnica permitirá observar los cambios estacionales viendo el color de los bosques con las fotografías digitales para calcular la cantidad de dióxido de carbono que pueden absorber los árboles de hoja caduca.
La predicción de la capacidad de absorción es un tema difícil al depender del clima y de alteraciones debidas a plagas y enfermedades. Esta forma barata y más sencilla de recopilar datos permitirá tener datos más precisos y realizar estimaciones más fiables a largo plazo.
Para su estudio se han utilizado dos sistemas de cámaras digitales instaladas en 2009 en un bosque de robles plantados en 1930 en Hampshire (Reino Unido). Las cámaras se situaron en ángulos diferentes: una cámara web con una perspectiva casi horizontal y un cámara digital normal con ojo de pez enfocada al dosel del bosque y situada en las inmediaciones de una torre del proyecto FLUXNET.
Las cámaras han tomado fotos cada 30 minutos durante el día durante dos años, un total de 38.000 fotografías.
De todas estas fotografías se han analizado las cuatro tomadas alrededor del mediodía.
Después los científicos han analizado el color de la cubierta forestal (descomponiéndolo en colores básicos) y lo han comparado con las mediciones obtenidas con el instrumental del proyecto FLUXNET.
El cambio en los colores captados por las dos cámaras y después de procesarlos mostraron el ciclo biológico del bosque.
Se estimó la absorción de carbono con tres modelos matemáticos bastante sencillos, todos con información sobre el nivel de radiación recibida. Cuando se utilizó en uno de los modelos un parámetro del color de las fotos los resultados se aproximaron mucho a los obtenidos con las mediciones de captura de carbono de la torre.
Esta investigación confirma que las cámaras digitales podrían ser muy útiles para el seguimiento del cambio climático en los bosques, utilizando el cambio de color como un indicador útil de la capacidad de fotosíntesis.
Los mismos resultados pero con costes mucho más bajos y apenas sin trabajo.
FUENTE: www.allpe.com , 22/ 12/ 2012
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