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lunes, 1 de abril de 2013

EL CAMBIO CLIMÁTICO TAMBIÉN MODIFICA LA PRODUCCIÓN DE VINOS.



El aumento de temperatura, proyectado entre uno y dos grados hacia 2050, afectará especialmente a ciertas cepas como el blanco y el merlot. Las tierras aptas para cultivar vitis vinifera en el presente se desplazarán a otras regiones más frías.

Es 2050 y los amantes del vino buscan las cepas más exclusivas que se producen en Alemania y países nórdicos como Dinamarca o en el sur de Chile, en la zona de Valdivia. La temperatura global ha aumentado en un promedio de entre uno y dos grados sin que los países se pudiesen poner de acuerdo para detener las emisiones que gatillaron el proceso: la Tierra es hoy un lugar muy distinto al que conocieron los abuelos al comenzar el milenio. Las tormentas son más intensas, las sequías más severas y la biodiversidad alrededor del mundo presenta notorios cambios. ¿Ciencia ficción?

No según las proyecciones de los especialistas en cambio climático que advierten que una de las principales modificaciones serán observadas en la agricultura. Y una de los más emblemáticas será, sin duda, el de la producción de vino. Según los escenarios de calentamiento proyectados, en Chile por ejemplo se prevé que las zonas aptas para la producción se desplazarán hacia las áreas más cerca del océano y hacia la zona sur del país. ¿Se imagina comprando un vino que fue producido en Valdivia?
Olga Barbosa y su grupo de científicos del Programa Vino, Cambio Climático y Biodiversidad, del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), llevan cinco años estudiando este fenómeno en el país. No sólo han descubierto que la vegetación nativa que rodea los viñedos en muchas partes de Chile es fundamental para el desarrollo de las variedades de vino que han hecho al país un líder a nivel mundial, sino que están elaborando un mapa con las posibles transformaciones que enfrentará la producción de vino chileno debido al cambio climático: desplazamientos de viñedos cepas como el blanco, el pinoir o el merlot que deberán buscar nuevas zonas para su cultivo y la posibilidad de elaborar vino más al sur, serán algunas de estas modificaciones.
Récords de temperatura
Un informe de la Organización Meteorológica Mundial (WMO) rebeló que el período comprendido entre 2001 y 2011 fue el más cálido desde que se empezaron a llevar registros de las mediciones en estaciones meteorológicas en 1850. El año pasado, los registros en diversas partes del mundo informan de temperaturas récords, pese a la influencia del fenómeno de La Niña, que tiende a enfriar la temperatura global.
Un informe de la Universidad de Stanford, que analizó el cambio climático proyectado para los próximos 30 años en cuatro regiones productoras de vino en Estados Unidos, señala que las tierras con condiciones para cultivar variedades de uva que den origen a vinos de calidad se reducirán en 50% en el norte de California y que las mejores áreas para cultivar podrían desplazarse hacia áreas más frías en los estados de Washington y Oregon. Estos cambios se producirían con un aumento de sólo un grado de temperatura, en un escenario en el cual los gases de efecto invernadero hacia 2040 se elevarán en 23%.
Un estudio previo dado a conocer en 2006 ya alertaba del fenómeno en ese país: 81% de las tierras actualmente usadas en EE.UU. para producir vino de calidad podrían perder esta condición hacia 2100. Tasmania, partes de Nueva Zelanda, zonas de Canadá, Alemania, Inglaterra y el sur de Chile se contarían entre las zonas con mayor posibilidad de producir vinos de calidad. Los científicos explican que los ecosistemas mediterráneos donde se produce el vino son vulnerables ante cualquier cambio: representan apenas el 2% de la superficie del planeta y concentran el 20% de las plantas que existen en el mundo, entre ellas la vitis vinifera.
El vino en Chile
En Chile, el área de producción de vino actualmente se extiende desde la IV Región hasta el Biobío. Esto equivale al 16% de la superficie del país, donde se concentra el 52% de todas las plantas vasculares que existen en Chile: de ellas, el 50% son endémicas, vale decir, más de 2.630 plantas que sólo existen en el país. Olga Barbosa explica que la industria vitivinífera es sensible, ya que hay variedades que son muy susceptibles a los cambios de temperatura. Las variedades blancas, por ejemplo, requieren una temperatura de entre 13 y 15 grados para ser producidas. “El cabernet sauvignon tiene un rango de tolerancia que le permite crecer en zonas más amplias, pero el merlot y el malbec son más sensibles a la temperatura”, explica Barbosa.
Desde hace cinco años que el grupo de investigación que dirige esta experta está instalando estaciones meteorológicas en las viñas, para medir cómo afectan los cambios de temperatura: ya están presentes en 145 viñas de Chile. “La cosecha se está adelantando hasta en tres semanas, tal y como está ocurriendo en zonas de cultivo de Francia y California”, dice Barbosa. Las proyecciones indican que en Chile existen zonas que se van a perder, pero que se ganarán otras. “Habrá desplazamiento de los cultivos hacia la costa y hacia el sur del país”, concluye.
FUENTE:  Tendencias, por Ricardo Acevedo, 30/ 03/ 2013




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