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lunes, 7 de agosto de 2017

ADMINISTRACIÓN TRUMP QUIERE RENEGOCIAR SU PARTICIPACIÓN EN EL ACUERDO CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO





Donald Trump, el pasado mes de junio tras comunicar la salida de EE.UU. del acuerdo


La Administración Trump consumó ayer formalmente la intención anunciada por el presidente el pasado junio de que Estados Unidos abandonaría el Acuerdo de París sobre el cambio climático. Con una notificación a Naciones Unidas, que ampara el pacto suscrito por dos centenares de países y al que sólo habían renunciado expresamente Nicaragua y Siria, el Departamento de Estado norteamericano validó el rechazo de Trump a un acuerdo que, a su juicio, deja en «permanente desventaja» a su país.

Según el presidente estadounidense, la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera que impone este compromiso, firmado e impulsado por su antecesor, Barack Obama, que se resume en una disminución de entre el 26% y el 28% entre 2005 y 2025, constituye un freno a su apuesta por un mayor crecimiento económico, basada entre en la reactivación del carbón, entre otras materias primas.
Sin embargo, la notificación a la ONU no disipa todas las dudas sobre cómo se materializará en el futuro. Condicionada por su efecto real, que traslada la salida efectiva de Estados Unidos del Acuerdo de París hasta el 4 de noviembre de 2020, a las puertas de la próxima elección presidencial, la Administración Trump añadió ayer que seguirá «presente en las discusiones y reuniones» sobre el pacto climático. Entre ellas, la que está prevista en la ciudad alemana de Bonn, el próximo mes de noviembre. Pese a la determinación del presidente norteamericano, su homólogo francés, Emmanuel Macron, con quien Trump mantiene una excelente relación, se ha mostrado convencido de que logrará «convencerle» de que su país se mantenga en uno de los acuerdos políticos más amplios y de mayor calado alcanzados por la comunidad internacional.

Respetar los plazos legales

En la práctica, el Acuerdo de París, alcanzado en diciembre de 2015, abierto para su firma en abril de 2016 y que entró en vigor en noviembre de ese mismo año, prevé que la solicitud real de salida de un país miembro no pueda producirse hasta tres años después. A lo que hay que sumar uno más para que, en su caso, la marcha pudiera hacerse efectiva.
La intención de Trump de que Estados Unidos abandone el pacto climático, matizada en el último momento con una petición de »renegociación« que fue rechazada unánimemente por los principales países, responde al discurso proteccionista de su campaña electoral.
El núcleo duro de los fieles que dieron la victoria a Trump, el del trabajador blanco de los estados industriales del norte que cambió el voto demócrata por el republicano, ha vuelto a recibir con agrado su apelación a «la defensa de los trabajadores» y al «América primero», reclamos en los que basa su decisión de abandonar otro de los acuerdos multinacionales en los que había ingresado Estados Unidos.
A pesar del no del resto de países, Trump insiste en renegociar el acuerdo, como muestra esta frase del comunicado difundido ayer por el Departamento de Estado: «El presidente está dispuesto a implicarse en el Acuerdo de París si Estados Unidos puede identificar en términos más favorables para el país, sus negocios, sus trabajadores, su pueblo y sus contribuyentes».
Una de las dudas que plantea la política de Trump este mandato es la aparente contradicción entre la vuelta al «uso de combustibles fósiles», para impulsar la economía, y el compromiso de «seguir reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero». Según el Departamento de Estado, «los avances tecnológicos y de innovación, y las fuentes de energía renovables» permitirán que Estados Unidos alcance su objetivo.
FUENTE: ABC Sociedad , 5 / 08 / 2017

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