Marcelin y Francine Dumoulin salieron de su casa, en Cantón del Valais, el 15 de agosto de 1942 a ordeñar sus vacas. Nunca más volvieron. El glaciar Tsanfleuron, en los Alpes suizos, los devoró, y por 75 años sus cuerpos quedaron en el hielo. La pareja congelada fue encontrada recientemente debido a que el calentamiento global derritió la nieve. La noticia dio la vuelta al mundo y despertó preocupación entre los ambientalistas que vienen alertando sobre este problema. Ahora, la policía de ese país estima que, por el cambio climático, cientos de cadáveres de alpinistas perdidos serán hallados en los próximos años.
Prueba de esto es el aumento vertiginoso de descubrimientos del último tiempo. En sólo un mes -según las autoridades alpinas- se rescataron cuatro cadáveres de montañistas desaparecidos hace décadas. El martes pasado encontraron los restos de un hombre que estuvo 30 años perdido. Fue hallado en el glaciar de Hohlaub. Se trata de un alemán, nacido en 1943, que había desaparecido mientras hacía trekking el 11 de agosto de 1987. Dos días después, los restos de otra persona, que se cree que murió en un accidente de Air India hace más de 50 años, también aparecieron en los Alpes franceses, más precisamente en las laderas del Mont Blanc, el más elevado de Europa.
En sólo un mes -según las autoridades alpinas- se rescataron cuatro cadáveres de montañistas desaparecidos hace décadas.
Los glaciares perdieron casi un kilómetro cúbico de hielo (unos 900 mil millones de litros de agua) en el último año. En 1850, cubrían 1.735 kilómetros cuadrados de tierra. Ahora abarcan solo la mitad. Según el diario Tagesanzeiger, en la última década se licuó más nieve que en todo el siglo pasado.
Lejos de Europa, en el Himalaya también ocurre lo mismo. A mediados del año pasado, por el derretimiento de los hielos, emergieron los cuerpos del estadounidense Alex Lowe y de su camarógrafo, David Bridge, 16 años después de su desaparición tras una avalancha. Lowe, de 40 años, leyenda del montañismo, y su camarógrafo, de 29, murieron durante su ascensión al Shisha Pangma, una cumbre de 8.027 metros.
Alex Lowe y David Bridge
La Argentina no está exenta de este proceso. En las montañas de Mendoza y la Patagonia abundan las historias de alpinistas desaparecidos entre hielos que se decían eternos hasta la llegada del cambio climático. No sería extraño que el retroceso glacial, confirmado por expertos y también denunciado, los hiciera aparecer.
Tres años atrás, la retirada de otro glaciar en Suiza devolvió los cuerpos de otros tres alpinistas perdidos desde los años 20 del siglo pasado. Fue en el glaciar Aletsch. Se trató de los tres hermanos Johann, Cletus y Fidelis Ebener, nacidos en 1895, 1897 y 1903, y desaparecidos en 1926.
Los tres hermanos perdidos en los años 20
“Los glaciares se están retirando, así que es lógico que encontremos más y más cuerpos. En los próximos años esperamos que se resuelvan muchos más casos de personas desaparecidas “, dijo Christian Zuber, vocero de la fuerza suiza.
Se cree que al menos 160 alpinistas siguen perdidos en el Mont Blanc. Y otros 40 en el glaciar Morteratsch. Por otro lado, Christian Jackowski, científico de la Universidad de Berna, aseguró que el descubrimiento de restos humanos es ahora más común porque, con el cambio climático, cada vez más alpinistas caminan zonas antes inaccesibles.
El grado de preservación de los cuerpos depende de las circunstancias de muerte. Algunos han sido momificados por el sol y los vientos. Se sabe, por ejemplo, que las laderas del Everest están sembradas de por lo menos 200 cadáveres momificados. Otros, en cambio, se han reducido a huesos. La mayoría de los cuerpos quedan atrapados en el hielo, en grietas o arroyos, después de un accidente o un suicidio.
Los dos pastores del cantón que aparecieron 75 años después
En Europa, una parte de los casos son tratados como crímenes de guerra. Se cree que entre los cuerpos congelados hay víctimas de escaramuzas militares. Si bien Suiza permaneció neutral durante las dos guerras mundiales, el Mont Blanc se convirtió, hacia el final de la segunda guerra, en frente de intensos combates entre el ejército alemán y combatientes franceses de la resistencia. Por esa razón, muchos de los grandes alpinistas de la primera mitad del siglo XX eran ex combatientes.
En la mayoría de los casos, los expertos forenses enfrentan una carrera contra el tiempo una vez que los cuerpos comienzan a descongelarse. Pasado un tiempo es más difícil extraer el ADN. Por eso, desde el año 2000, las autoridades suizas han tomado muestras de ADN de los familiares de las personas desaparecidas inmediatamente después de su desaparición para facilitar este proceso.
FUENTE: Clarin, 6 / 08 / 2017
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