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lunes, 20 de enero de 2020

SEGÚN KONSTANTINIDIS EL CAMBIO CLIMÁTICO YA DEJA SUS HUELLAS EN ARGENTINA



“Las emisiones per cápita nuestras son más altas
 que las de varios países europeos”, dice Konstantinidis
 Foto: Andres D'Elia


Incendios intensos que se extienden cada vez más y difíciles de dominar,
olas de calor en el verano, sequías, aumento de la temperatura de ríos y
mares que provoca la lenta extinción de algunas especies de algas y arrecifes,
disminución de glaciares, subida del nivel del mar y pérdida de playas,
fenómenos meteorológicos extremos. Estas son sólo algunas de las
consecuencias que provoca el cambio climático que ya están ocurriendo
en nuestro país y en todo el planeta.
En ese sentido, se acaba de conocer el Informe Brown to Green 2019, que es la revisión más completa sobre la acción climática del G20 y los datos son alarmantes: en nuestro país las emisiones de transporte per cápita se incrementaron un 3 % en los últimos cinco años y el total de emisiones de gases de efecto invernadero creció un 52 % desde 1990 y seguirá subiendo. En coincidencia, se celebró en diciembre la COP25 en Madrid y contó con más de 200 representantes de países, empresas y organizaciones de la sociedad civil. Allí estuvo el argentino Enrique Maurtua Konstantinidis, asesor senior de política climática de la FARN (Fundación Ambiente y Recursos Naturales), a quien entrevistamos. “Esta edición fue la más larga de la historia -explica. Se desarrolló en un marco desfavorable donde la presidencia chilena cometió varios errores que llevaron a una vulnerabilidad que fue aprovechada por los países más grandes para retrasar o bloquear las negociaciones. El financiamiento climático a los países en vías de desarrollo sigue siendo un tema central cuyo compromiso se tomó en el acuerdo de París y quedó sin resolución en las negociaciones”.
-Según el reciente reporte de Brown to Green, nuestro país aumentó la emisión de gases de efecto invernadero y se prevé un incremento aún mayor. ¿Cuál es la gravedad que se vive acá respecto a la ya difícil situación del planeta?
Las emisiones de todos los países del mundo colectivamente sumadas van en aumento. Argentina es posiblemente el más pequeño de los países del G20 y su volumen total de emisiones puede no parecer alto. Sin embargo, las emisiones per cápita nuestras son más altas que las de varios países europeos. Argentina ya está sintiendo los impactos del cambio climático. Las sequías, inundaciones y olas de calor se han vuelto moneda corriente en los últimos años. Y muchos de estos fenómenos ya han sido asociados por la ciencia al cambio climático global.
-En el informe mencionado se habla de Vaca Muerta de manera negativa. ¿Es realmente una esperanza para la economía pero un problema para el calentamiento global?
En materia de emisiones, invertir en hidrocarburos es alentar la mismísima causa del cambio climático. Es como querer apagar el fuego con combustible (valga la redundancia). Si el mundo efectivamente se mueve hacia la descarbonización de las economías, las inversiones en hidrocarburos de hoy, empezarán a perder valor en el mediano plazo, los mercados demandarán menos y los activos que se están generando hoy, quedarían varados. Vaca Muerta es considerada por varios estudios como una de las bombas de carbono que están vigentes.
-¿Si la población tomara conciencia sobre los daños futuros de Vaca Muerta, se podría movilizar como ocurrió en Mendoza con la profundización de la minería?
Sería esperable que ocurra. Pero lamentablemente se ve que no es tan sensible el tema. Se ignora la temática porque no hay un oso panda en peligro de extinción al lado, no es visible. Y el sueño de Vaca Muerta no va ocurrir, hay mucha idealización en torno a sus beneficios económico.
-En Argentina un tercio de las emisiones son por el uso del suelo (prácticas agrícolas, por ejemplo), casi otro tercio emanan de las edificaciones (uso de gas, electricidad) y el resto del transporte y las industrias. ¿Qué compromiso debiera tomar con urgencia el Estado?
En la generación energética, ir aumentando con mayor fuerza la cantidad de energías renovables para el desarrollo de esa industria y no incentivar la generación de hidrocarburos. Desde el punto de vista del transporte, es fundamental hacer cambios significativos y muy estudiados en la manera en que se trasportan los bienes y las personas para reducir consumo de combustibles y emisiones. En cuanto al uso de la tierra: nuestro país tiene grandes extensiones de bosques y se posiciona entre los que más deforestan.
-¿De qué forma las personas puede contribuir a mejorar esta crítica situación más allá de los gobiernos?
}Si bien es necesario cambiar políticas públicas y trabajar desde las fuentes de las emisiones, todas las personas pueden contribuir a la reducción de emisiones y a la transición necesaria. Desde el punto de vista energético, las personas pueden reducir las fuentes de energía (calefacción, refrigeración), que en nuestro país son principalmente fósiles. Usar electrodomésticos eficientes, menos consumo de agua caliente, o incluso invertir en tecnologías accesibles como los termotanques solares, pueden ser maneras de ahorrar energía, con la consecuente reducción de costos y emisiones. En transporte pasar del automóvil individual al colectivo o la bicicleta. En cuanto a la alimentación está claro que la elección de lo que se come influye no solo en la salud sino también en las emisiones. Una dieta variada y con productos obtenidos de prácticas sustentables, con más vegetales genera menos emisiones que una basada en productos “industrializados” y con altos niveles de carne vacuna.

Señas particulares

Enrique Maurtua Konstantinidis es asesor senior de política climática de la FARN (Fundación Ambiente y Recursos Naturales). Hace quince años que asiste a las cumbres internacionales de cambio climático y desde hace diez de manera ininterrumpida a todas las que se hicieron, como la última en la ciudad de Madrid, en diciembre pasado. Fue coordinador de Climate Action Network Latin America (CANLA) y responsable del Departamento de Cambio Climático de la Fundación Biósfera. Da clases y talleres sobre la temática en diferentes universidades y trabajó en proyectos sociales de energía renovable y educación ambiental.
FUENTE: Clarín,  19-enero-2020

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