La producción eléctrica con carbón se hunde en la UE. El año pasado este modo de generación bajó un 24% respecto al año anterior. Los altos precios de los derechos de emisión de CO2 que pagan las térmicas y el despliegue de las fuentes renovables son las principales causas.
El resultado fue que la eólica y la solar, por primera vez, superaron al carbón en la producción eléctrica en la UE, lo que demostraría la transición energética en marcha. Los datos corresponden a un estudio llevado a cabo por Agora Energiewende y el centro de estudios británico Sandbag.
“Europa manifiesta una velocidad única en la sustitución de la electricidad obtenida del carbón por energía solar y eólica. Esto ha provocado que, el año pasado, las emisiones de CO2 del sector eléctrico hayan bajado con una rapidez nunca vista”, destaca Dave Jones, analista del sector europeo de la electricidad en Sandbag,
Los altos precios de los derechos de emisión de CO2 que pagan las térmicas y el despliegue de las fuentes renovables son las principales causas
Las emisiones de gases de efecto invernadero de las centrales eléctricas de la Unión Europea se redujeron como nunca desde 1990.
Concretaron bajaron 120 millones de toneladas de CO2 en comparación con las del 2018, lo que corresponde a un descenso del 12%.
Menor uso del carbón
El motivo fundamental es una bajada en la producción de electricidad en centrales eléctricas de hulla y lignito. Esa generación se redujo casi un cuarto en toda la UE y alcanzó un mínimo histórico.
El descenso de la transformación del carbón en electricidad se ha podido observar en todos los países de la UE en los que había centrales eléctricas de carbón en funcionamiento.
No obstante, en el conjunto formado por Alemania, España, Países Bajos, Reino Unido e Italia se produjo el 80% de la reducción de la transformación de hulla en electricidad.
La producción de electricidad en centrales eléctricas de hulla bajó un 32% en toda Europa, mientras que la transformación del lignito en electricidad lo hizo un 16%.
En el caso del lignito, casi dos tercios de la bajada pueden atribuirse solamente a Alemania y Polonia.
Precios de los derechos de emisión
La UE va prescindiendo del carbón principalmente por los elevados precios de los derechos de emisión de CO2 en el 2019, que subieron hasta unos 25 euros la tonelada de CO2 no emitida.
La electricidad obtenida a partir de carbón, que emite mucho CO2, es más cara que la electricidad obtenida a partir de gas natural, la energía nuclear o las fuentes renovables.
En 2019, la proporción de energías renovables en la producción de electricidad creció hasta un 34,6% en toda la UE: 1,8 puntos más
La electricidad obtenida ha sido sustituida a partes iguales con electricidad procedente de las centrales eléctricas de gas y con electricidad obtenida con fuentes renovables.
En 2019, la proporción de energías renovables en la producción de electricidad creció hasta un 34,6% en toda la UE, con lo que se situó 1,8 puntos porcentuales por encima de la proporción de 2018.
Con ello, los aerogeneradores y las instalaciones eléctricas solares suministraron por primera vez más electricidad que las centrales eléctricas de carbón.
La producción de electricidad de aerogeneradores e instalaciones solares creció en 64 teravatios hora; y, con un total de 569 teravatios hora, superó por primera vez las cantidades de electricidad obtenida del carbón en 100 teravatios hora.
Más renovables
Gracias a que fue un buen año de viento, los aerogeneradores suministraron un 14% más de electricidad que el año precedente.
La producción de energía eléctrica solar aumentó un 7%.
Por consiguiente, aumentó la proporción de energía eléctrica solar y eólica en el mix energético en todos los Estados miembros de la UE a excepción de la República Checa.
Las centrales nucleares registraron un ligero descenso del 1%. Las centrales eléctricas de gas fueron las únicas productoras de electricidad convencionales en las que la producción de electricidad subió, y lo hizo un 12%.
La producción de energía hidroeléctrica, en cambio, experimentó una bajada de un 6% debido a la sequía persistente. Especialmente en julio, la sequía ocasionó problemas incluso a las centrales nucleares que se refrigeran con agua de río.
Para el 2030, un tercio de la energía total de la UE debería proceder de las energías renovables
La energía eólica alcanzó una potencia instalada de 16,8 gigavatios (su capacidad subió en 5,1 gigavatios) con respecto a 2018. Y en el caso de la energía fotovoltaica, se duplicó su capacidad (al pasar de 8,2 gigavatios del año 2018 a los 16,7 gigavatios del año pasado). “Pese a esta evolución tan positiva, la capacidad añadida debe acelerarse aún más”, cuenta Matthias Buck, director de política energética europea en Agora Energiewende. Y es que hasta 2030, casi un tercio de la energía total de la UE debería proceder de las energías renovables (32,5%)
Valoración
Los altos precios de los derechos de emisión que pagan las térmicas han conducido a un menor uso del carbón y el resultado es que se están viendo desplazadas del mercado “las fuentes de energía dañinas para el clima”, explica Buck. Este experto destaca que en cualquier caso, para garantizar una protección permanentemente del sistema climática “es importante que el precio del CO2 mantenga como mínimo el nivel actual”.
Valoración de los expertos
Es importante que el precio del CO2 mantenga como mínimo el nivel actual
A través del comercio de certificados (derechos o cupos de CO2), la UE establece la cantidad de emisiones de gases que puede expulsar el sistema energético e industrial, así como en el tráfico aéreo europeo interno.
“Con el fin de que el comercio de las emisiones siga contribuyendo a la protección del clima y envíe señales de inversión para las energías renovables, la UE debería reducir de manera más rápida de lo previsto hasta ahora la cantidad de certificados expedidos anualmente. Esto debería convertirse en un elemento clave del debate acerca del aumento de los objetivos europeos en materia de protección del clima para 2030”, dice Buck.
Precios más baratos
Las renovables están abaratando los precios de la electricidad, según el informe.
Los países que han introducido una capacidad adicional más ambiciosa en cuanto a aerogeneradores e instalaciones solares registraron el mayor descenso de los precios de mercado de la electricidad, sobre todo en el Reino Unido, Irlanda y España.
“En la evolución de los precios de mercado de la electricidad vemos que los países que expanden sus energías renovables no dependen de las importaciones, de los precios de las materias primas fósiles ni, naturalmente, del precio del CO2”, dice Buck.
La tendencia en la producción de electricidad obtenida con el carbón se mantendrá a la baja
Para 2020, Agora Energiewende y Sandbag consideran que es posible que la evolución siga siendo positiva. “La electricidad obtenida del carbón mantendrá su tendencia a la baja.
Un total de 21 estados miembros de la UE y el Reino Unido han aprobado planes de abandono progresivo del carbón o bien la ausencia de centrales eléctricas de carbón en el mix energético doméstico; en otros dos países el abandono del carbón está en pleno debate”, añade Buck.
El año 2019 se ha caracterizado por las reivindicaciones sociales por unos avances más rápidos en materia de protección del clima; este año, Europa aumentará sus objetivos para la protección del clima para 2030”, cuenta Buck.
“Al mismo tiempo, los precios de las energías renovables siguen bajando y, si se establece un marco correcto, el precio del CO2 se seguirá manteniendo en un nivel sustancial. Así pues, la era posfósil está llegando y los Estados miembros de la UE deben adaptarse ahora.”
Polonia, República Checa, Rumanía y Bulgaria aún no tienen planes para abandonar el lignito
Europa tiene la importante tarea de dar ejemplo sobre cómo puede abandonarse el carbón rápidamente y por completo. Pero “para que en Europa se abandone por completo el carbón, aún faltan los planes de abandono progresivo de los países del lignito, que son Polonia, República Checa, Rumanía y Bulgaria”. “Las centrales eléctricas de lignito, mientras tanto, han pasado de ser un activo a una carga ante la bajada del precio de la electricidad y la subida del precio del CO2 de 2019 hayan acabado con su rentabilidad”, cuenta Dave Jones, de Sandbag.
FUENTE: La Vanguardia, 05-02-2020
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