La quema de combustibles fósiles es el principal impulsor de la crisis climática y representa más del 80 % de las emisiones mundiales de dióxido de carbono. Según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, los proyectos existentes de combustibles fósiles ya son más de lo que el clima puede soportar para limitar el calentamiento global a un aumento de 1,5 grados centígrados necesario para evitar un colapso climático global.
Sin embargo, los gobiernos siguen autorizando –y subsidiando– la construcción de infraestructuras de combustibles fósiles y no regulan adecuadamente las operaciones existentes. La industria de los combustibles fósiles desvía la presión pública y política sobre sus operaciones principales, más recientemente al afirmar que sus operaciones pueden llegar a ser “cero emisiones netas”.
Fuente: hrw.org
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