La mitigación del
cambio climático tiene una relación directa con la supervivencia de la humanidad
y plantea un desafío urgente que la comunidad internacional debe afrontar de manera conjunta. En
consecuencia, y pese al estatus especial que posee Taiwán en la política
internacional y a su exclusión de la UNFCCC (Convención Marco de ONU para el
Cambio Climático), el Gobierno aún se esfuerza por unirse al movimiento global
para reducir las emisiones de carbono.
Estos esfuerzos giran
en torno a la implementación de diversas políticas y a incentivar al pueblo para
que adopte acciones concretas.
Por ejemplo, en respuesta al Acuerdo de
Copenhague, en 2010 Taiwán se comprometió voluntariamente con la secretaría de
la UNFCCC y con la comunidad internacional a ser capaz de reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero (GHG) por lo menos en un 30% por debajo de los
niveles esperados para 2020.
Además, se comprometió
también a implementar las Acciones de Mitigación Apropiadas a nivel nacional y a asumir su parte de responsabilidad. Ello
no es solo conforme con los principios fundamentales de la UNFCCC, sino que
además supone una clara declaración de la posición de Taiwán y de su
determinación por reducir las emisiones de GHG.
Se podrían considerar
dos enfoques principales a la hora de mitigar el cambio climático: la reducción
de carbono y la adaptación al clima. El Comité para la Promoción de la
Conservación de la Energía y la Reducción de Carbono, establecido por el Yuan
Ejecutivo de Taiwán a finales de 2009 ha elaborado un plan maestro para cumplir
con su mandato.
El plan llama a acciones concretas en áreas como la energía, la industria, el trasporte, la arquitectura y el estilo de vida.
En 2012, el Yuan Ejecutivo también
aprobó las directrices nacionales para la adaptación al cambio climático, que
cubrían ocho ámbitos principales: desastres, infraestructura esencial, recursos
acuáticos, uso del terreno, áreas de costas, suministro de energía y sector
energético, agricultura y biodiversidad, y salud.
Las directrices exigen el
estudio del impacto y los desafíos planteados por el cambio climático, la
adopción de estrategias propuestas por las agencias gubernamentales pertinentes
y el establecimiento de mecanismos de implementación y
evaluación.
Taiwán está
continuamente promoviendo la aprobación de una Ley de Reducción de Gases de
Efecto Invernadero. Está ley, conjuntamente con la Ley del Impuesto Energético
que se encuentra actualmente en estudio, el Acta de Gestión de la Energía, que
ya ha sido implementada, y el Estatuto para el Desarrollo de la Energía
Renovable constituyen el marco legal para la reducción de GHG en
Taiwán.
Mientras tanto, para
estar al corriente de las tendencias de desarrollo internacional, la EPA
(Administración para la Protección Medioambiental) ha establecido también las
bases para un sistema de Medición, Información y Verificación para acciones y
compromisos de mitigación de GHG. En mayo de 2012 se anunció que, de acuerdo
con la Ley de Prevención de la Polución del Aire, seis GHG, incluyendo el
dióxido de carbono, habían sido clasificados como contaminantes del aire, y que
la institucionalización de los informes sobre las emisiones de GHG era una
política prioritaria.
En su discurso de toma
de posesión de 2012, el presidente Ma Ying-jeou estableció de manera explícita
que “el desarrollo de un entorno caracterizado por las bajas emisiones de
carbono y una alta dependencia de la energía verde” es uno de los cinco pilares
del desarrollo nacional de Taiwán. Es de esperar que la industria verde se
convierta en un nuevo punto brillante de la economía que traiga consigo empleo y
crecimiento, de manera que Taiwán pueda convertirse de manera gradual en una
“isla de energía verde baja en carbono”.
Frente a los enormes desafíos que hoy
presenta el cambio climático, los sectores público y privado de Taiwán están
uniendo sus fuerzas para promover un “hogar sostenible y bajo en carbono”. Esto
tiene el beneficio añadido de aumentar la coordinación vertical y horizontal en
los gobiernos central y local.
Además, ello promoverá
la autoevaluación a nivel local en lo que respecta a alcanzar los objetivos de
reducir las emisiones de carbono y la sostenibilidad, y animará a la gente, las
comunidades, los pueblos y las ciudades a participar voluntariamente en la
construcción de un hogar sostenible y bajo en carbono.
FUENTE:
redaccion@laprensa.hn ,
2/11/2012
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