Los rebecos, una especie de cabra montesa, pesan ahora un 25 por ciento menos que hace treinta años como consecuencia de las variaciones de temperatura provocadas por el cambio climático, según un nuevo estudio de la universidad de Durham (Gran Bretaña) divulgado hoy.
El estudio, publicado en la revista "Frontiers in Zoology" (Fronteras en Zoología), vincula la reducción del tamaño de los rebecos con el aumento de temperatura de la región, que ahora es entre 3 y 4 grados centígrados más cálida que en la década de 1980.
El descenso de tamaño de los rebecos llama la atención "por su velocidad y su magnitud", según los científicos que ya durante años habían relacionado el cambio climático con la reducción del tamaño de diferentes especies de animales.
"Las disminuciones que observamos aquí son asombrosas. Los impactos sobre el peso de los rebecos podrían plantear problemas reales para la supervivencia de estas poblaciones", destacó Tom Mason, uno de los autores del estudio de la Universidad de Durham.
La disminución del tamaño de los animales se había explicado hasta ahora por la reducción de comida disponible que provocaba el cambio climático, sin embargo, esto no es lo que ha "hecho encoger" el tamaño de los rebecos.
Lo que ha cambiado de peso a estas cabras montesas ha sido los cambios de comportamiento producidos por las altas temperaturas.
Según el estudio, realizado a través de datos recolectados por los cazadores de los Alpes italianos, las altas temperaturas no han reducido la cantidad de comida disponible para estas cabras.
"Sabemos que las cabras reaccionan al calor descansando más y gastando menos tiempo en busca de alimento, y eso es lo que puede reducir su tamaño, más que la calidad de vegetación que consumen", destacó otro de los autores del estudio, Stephen Willis.
De acuerdo con los investigadores, el futuro de este tipo de cabras permanece incierto y dependerá de los futuros cambios de temperatura.
Otro de los coautores de la investigación, Philip Stephens, incidió en que "la masa corporal de los animales jóvenes es fundamental para sobrevivir en los duros inviernos".
Por eso, para compensar esta disminución de tamaño, los científicos creen que podría ser necesario cambiar las legislaciones sobre caza.
En todo caso, consideran "vital" seguir estudiando cómo el cambio climático afecta a especies como los rebecos, ya que estas variaciones de tamaño podrían ser una "alerta" de los posibles efectos nocivos del cambio climático en el futuro.
En concreto, Willis alertó de que, si el cambio climático da lugar a cambios de comportamiento similares en el ganado doméstico, eso podría tener impacto en la productividad agrícola de las próximas décadas.
FUENTE: rasio Intereconomía, 19/ oct / 2014 - EFE
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