Las termitas tienen entre el público considerable mala fama.
Y es que algunas -y sólo algunas- de las cerca de 3.000 especies de termitas que existen pueden destruir todo objeto o estructura de madera que encuentren a su paso.
Sin embargo, estos insectos, en su hábitat natural, cumplen una función crucial para mantener la salud y el equilibrio de los ecosistemas.
Y, según un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, y publicado en la revista Science, los montículos que construyen en las zonas áridas ayudan a frenar el avance de la desertificación.
"El termitero es como una suerte de 'isla de la fertilidad', una especie de oasis que ayuda a repoblar el ecosistema", le dice a BBC Mundo Juan A. Bonachela, actualmente profesor en la Universidad de Strathclyde, Escocia, y autor principal del estudio.
"Los túneles (que crean al excavar al tierra) ayudan a incrementar la permeabilidad del suelo, que acumula más agua", añade.
Así, la vegetación que crece sobre los montículos que dejan las termitas, sobrevive con una fracción del agua de lluvia que de otro modo necesitaría para subsistir y puede volver a resurgir incluso tras una sequía devastadora.
"Las condiciones de la vegetación que crece sobre los montículos son muy distintas a las que crecen fuera de él", explica eñ investigador.
Ingenieras de los suelos
Gracias a los agujeros que hacen en la tierra, el agua de lluvia penetra hasta una capa más profunda y no se pierde por escurrimiento o evaporación.
Además, las termitas mezclan partículas inorgánicas de arena, piedra y barro con materia orgánica de las hojas, y esta mezcla le permite al suelo retener los nutrientes y resistir la erosión.
También contribuyen a frenar la erosión por medio de sus heces pegajosas y otros desechos corporales, que le dan cuerpo y estructura al suelo.
No en vano, las termitas se han ganado el apodo de "ingenieras de los suelos".
Y, por esta razón, "en muchas zonas que deberían ser un desierto de acuerdo a la cantidad de precipitaciones, los montículos no sólo sobreviven sino que ayudan a regenerar el ecosistema", señala Bonachela.
Metodología interdisciplinaria
Si bien ya se sabía que los montículos creados por las termitas acumulan agua y nutrientes, lo que hasta la fecha no se había estudiado era el efecto que los termiteros tenían sobre los suelos.
"Con este estudio hemos logrado cuantificar, con un modelo sencillo el papel de las termitas", dice el científico.
Y esto, comenta, pudo hacerse gracias a la interacción de diversas disciplinas.
"Ha sido la diversidad y la experiencia de cada uno de los miembros del equipo lo que nos ha permitido cuantificar estos efectos con un método interdisciplinario, en el que comparamos simulaciones con datos de campo y otras fuentes de información", asegura Bonachela.
"Usamos por ejemplo la teoría de cambio de fase que muestra cuándo el agua cambia de estado líquido a gas. Esta clase de teorías nos permitieron ver cómo la transición de un ecosistema normal con vegetación típica de desiertos se ralentiza o cambia, por la presencia de las termitas”.
Aunque estos insectos -que sobreviven en casi cualquier ambiente que no sea frío- son beneficiosos para todos los ecosistemas, es sólo en los ecosistemas semiáridos donde producen una diferencia tan marcada.
FUENTE: Ciencia BBC Mundo, 11 / marzo / 2015
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