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martes, 5 de enero de 2016

LAS PALMERAS Y EL CAMBIO CLIMÁTICO


Las palmeras y el cambio climático



El cambio climático es un fenómeno efecto de múltiples causas y generalmente acelerado por la actividad humana.
Todos padecemos la distorsión en los tiempos e intensidades de las lluvias, sobre todo por sofocantes calores o elevación de la temperatura.
El cambio climático ya es un problema mundial.

La opción que tenemos es contrarrestar su incomodidad y aceleramiento. Uno de los gases más nocivos en la actualidad es el CO2 y toda planta funciona como un filtro natural absorbiendo el carbono y liberando el oxígeno que respiramos.
Además las plantas como las palmeras, rompen las termales generando micro climas agradables y saludables constituyéndose en atractivos paisajes tropicales.
Protecciones

Las palmeras son abanicos o ventiladores naturales; representan el símbolo de la flora tropical encontrándosele en diferentes escenarios tales como en las cascadas naturales, cascadas artificiales en corredores de carreteras, en parques, jardines, centros comerciales, en las montañas, en el desierto, en las calles y avenidas entre otros lugares apropiados para la extensa diversidad de palmeras.
El buen gusto por la decoración en todo proyecto urbanístico, turístico o centros comerciales y parques, exige la presencia de hileras de palmeras o macetas fijas o móviles de acuerdo al espacio o funcionalidad del lugar.

Entre las más adaptadas a nuestro medio, tenemos: la palmera areca (chrysalidocarpus lutescens) originaria de Madagascar, promisoria para espacios pequeños  y jardineras.
Se desarrolla generando varios ejes que no representan riesgos para las obras en su entorno, son  excelentes para espacios diversos además las palmeras arecas son las más eficientes para limpiar el medio ambiente, según estudios técnicos de la Nasa.

Desde 1980 se utiliza en oficinas e interiores de centros comerciales para purificar el aire, como resultado de los experimentos del Dr. Wolverton.
La Palmera Bismarckia nobilis, originaria de Madagascar y generadora de atractivas palmas de color celeste, que sobresalen espectacularmente del resto de vegetación.
Ejemplares de ellas son las palmeras del redondel Beethoven, en la colonia Escalón; además este tipo de palmeras son las más resistentes al fuego o altas temperaturas; la palmera cola de pescado ( Caryota mitis) originaria de Burma, la estructura de las hojas brinda un delicado paisaje, crece vigorosamente y es recomendable para parques, corredores, carreteras, zonas verdes entre otros lugares.

La palmera Miami (Vietchia merrilli), originaria de Filipinas y la costa atlántica, su aspecto arqueado de sus hojas la convierten en indispensable, en un paisaje tropical es mediana con semillas en gajos rojos.
La palmera Phoenix (Phoenix roebelenii), originaria de Laos, es de estructura y hojas pequeñas, de lento crecimiento.
La palmera real, es de porte alto, excelente para avenidas parques y entradas a quintas.
La palmera Martinica, de porte mediano y robusto, originaria de Martinica y Puerto Rico, por sus hojas atractivas es indispensable en todo paisaje tropical.
Raphis excelsa, es originaria de China y Japón, es una de las palmeras más recomendada para interiores y terrazas.

Es de porte mediano y una estructura foliar delicadamente atractiva, también es apropiada para embellecer los macizos que se construyen al pie de palmeras altas o árboles frutales o paisajísticos, porque mantiene su brillante de las hojas y no le afecta la sombra.

En general las palmeras son plantas de fácil manejo por su estructura foliar y radicular, con un poco de estrategia pueden trasladarse de lugar y mantenerse muy atractivas, generando micro climas agradables al romper las termales con el movimiento de sus hojas, especialmente por carecer de ramas rígidas que tienen los árboles.

Combinar diferentes especies, es una forma de mejorar el ornato en cualquier lugar: La creatividad pone los límites.

FUENTE:  elsalvador.com,  4/ ene / 2016

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