Cuando le preguntaron cómo se podría mitigar el cambio climático, Mats Andersson, un experto sueco en este tema, fue contundente: “No tenemos que hacer nada. Ni siquiera sé si eso representa un riesgo”.
Pero enseguida mostró una gráfica del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) y dijo: “En estos momentos, el planeta está en dos grados de aumento de la temperatura global. Ha cambiado el clima. Pero si aumenta seis grados, el riesgo será mayor (1,5 por ciento). A simple vista, parece normal. Pero, si usted aplica este porcentaje de riesgo a actividades como la aeronáutica podría significar el aumento de accidentes aéreos. Y nadie querrá subirse a un avión si sabe que aumenta el peligro”.
Con ese fin la fundación sueca Global Challenges organiza el premio The New Shapes Prize 2017, cuyo objetivo es generar una conversación global para mitigar las posibles consecuencias negativas que conlleva el aumento en la temperatura así como otras problemáticas globales como la pobreza extrema.
En diálogo con EL TIEMPO, Andersson aseguró que se deben modificar el papel de las instituciones internacionales y confía en que cualquier persona puede convertir una gran idea en una solución para mitigar los problemas que aquejan al mundo.
¿Cuáles son los riesgos que enfrentamos hoy en día?
Laszlo Szombatfalvy, fundador de Global Challenges, decidió hace más o menos diez años dedicarse a los llamados riesgos catastróficos globales. Hemos identificado cuatro: el cambio climático, el terrorismo, la pobreza extrema y la crisis de refugiados. Creemos que a través del concurso The New Shapes Prize 2017 podemos hacer un diálogo global para mitigarlos.
¿Cómo funciona?
En el 2012 la fundación decide crear el premio con dos objetivos: el primero, entender mejor los riesgos a los que nos enfrentamos; segundo, estimular un debate para buscar soluciones. Laszlo, cuanto más aprendía sobre los riesgos, se dio cuenta de que en la actualidad no existe un sistema de gobernanza que pueda mitigar los impactos y aportar soluciones.
¿Quiere decir que hoy no existen organismos que trabajen para ello?
Un ejemplo claro es el de las Naciones Unidas, fundado en 1945 con unos objetivos y unos desafíos específicos en aquella época. En el 2017 nos enfrentamos a otras amenazas. Por eso es necesario replantear algunos organismos, que respondan a las necesidades de hoy.
¿Cómo este premio incentiva a las personas para que aporten al planeta?
La fundación es optimista y cree que el ingenio humano o el intelecto es capaz de encontrar soluciones. En ese sentido, consideramos que grandes mentes pueden generar grandes ideas para solucionar los riesgos catastróficos que estamos viendo hoy. Laszlo, convencido de que hay mentes brillantes, decidió lanzar esta convocatoria, que galardona con cinco millones de dólares a la mejor idea.
¿Qué ideas buscan?
No buscamos ideas teóricas. Se trata de ideas que puedan implementarse en un marco de 10 a 15 años. Son ideas prácticas que generen soluciones.
No queremos tener soluciones preconcebidas, pueden aparecer en este gran diálogo y surgirán muchas que pueden funcionar.
Hemos estado buscando en país como Suiza, Reino Unido, Alemania, Sudáfrica, India, Jordania, Brasil y México. Ahora Colombia cuenta con tres de las amenazas ya mencionadas. Estoy seguro de que en este país también saldrán buenas ideas.
¿Cómo se puede hacer más evidente que el cambio climático ya está sucediendo?
Más de 190 países firmaron el acuerdo de París, en 2015, lo cual dice mucho porque se trata de tomar en serio los efectos del calentamiento global. No hace falta creer en el cambio climático, simplemente considerarlo como un riesgo, porque aunque las probabilidades sean bajas, aun así hay que tomarlo en consideración.
Por ejemplo, el director del Banco de Inglaterra, Mark Carney, ha acuñado el término ‘tragedy of horizon’ (‘tragedia de los horizontes’), que explica lo difícil que es hacer actuar a la gente cuando los riesgos no están a la vista o no saben cuándo van a ocurrir, pero está sucediendo.
Entonces, ¿cómo cree que los países están manejando este tema?
Los políticos tienen una manera de actuar a corto plazo de 2 a 4 años, es decir, que en temas como la sustentabilidad, que requiere tiempo, no se está actuando, además, porque no está en su mandato. Esto debería tomarse en cuenta en cada país. Aunque no vayamos a ver resultados catastróficos a corto plazo, pero sí quizá en 20 años. Pero como es un tema que no les toca, se desentienden. No tenemos opciones, debemos reaccionar.
¿Cuánto está pagando el planeta por estos cambios?
El Fondo Monetario Internacional (FMI) indica que en Estados Unidos las ayudas a las industrias fósiles son 5,3 trillones de dólares americanos. Ese es el precio que estamos pagando por polucionar o contaminar el medio ambiente y estamos dejando este problema a las personas del futuro. Si seguimos como estamos, se va a subir de los seis grados por encima de la media. Es catastrófico. Una solución: ponerle un impuesto al carbono.
¿Cómo cree que los gobiernos están contribuyendo a una economía baja en carbono?
Lo que se ha hecho hasta ahora ha sido fatal. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático del 2015 (COP21), ratificada por más de 120 países ha marcado un antes y un después. Se trata de reducir los efectos, se ha dicho que no se va a subir de los dos grados por encima de la media.
Lo bueno del COP21 es que ha introducido criterios para saber si la economía baja en carbono, se está haciendo bien o mal. Es necesario trabajar en este sentido. Todos los días vivimos y vemos qué está pasando con el clima y cuál es su impacto. Lo más necesario y menos entendible es que necesitamos tomar acciones.
¿Cuáles serían sus consejos para contribuir a un mundo mejor?
Lo primero: utilizar de manera inteligente su derecho al voto. Segundo: mirar a largo plazo, en especial si es político o director de una empresa.
Tercero: involucrarse a participar e informarse en los debates locales y globales para aportar con lo que se está inconforme. Cuarto: en su cotidianidad actuar como si fuera a vivir 100 años. Y, por último, participar en el premio en www.globalchallenges.org.
Vida silvestre, también amenazada
Los riesgos del cambio climático no solo inciden en el bienestar humano, sino en cómo están evolucionando las poblaciones de diferentes especies.
Esta semana, un estudio publicado por la revista científica Science acerca de una investigación de la Universidad de Arkansas (EE. UU. ) señaló que el cambio climático puede afectar el proceso de selección natural y modificar las trayectorias evolutivas de los organismos que habitan el planeta.
El trabajo, hecho por un equipo internacional de investigadores, sostiene también que los cambios a nivel mundial en este proceso de selección están guiados más por las precipitaciones que por las temperaturas.
“Aunque las consecuencias ecológicas del cambio climático están cada vez mejor documentadas, los efectos del clima en el proceso evolutivo que guía la adaptación son desconocidos”, dice Science.
Para tratar de determinarlas, los científicos trabajaron con una enorme base de datos organizada a partir de los estudios, realizados en las últimas décadas, de distintas poblaciones de animales, plantas y otros organismos, así como de su habilidad para sobrevivir y reproducirse en determinados contextos.
“El cambio climático incrementa la frecuencia de sequías y de eventos de precipitaciones. Algunas áreas se están volviendo más secas y otras más húmedas”, puntualizó Adam Siepielski, líder del estudio. Estas variaciones afectan las modificaciones que pueden experimentar los distintos organismos a raíz del proceso de selección natural.
El investigador apuntó que “no se sabe si las poblaciones se van a adaptar a esto. La respuesta evolutiva aún no es clara, pero los resultados sugieren que el cambio climático tiene el potencial para alterar la adaptación en todo el mundo".
FUENTE: El Tiempo , 03 / 03 / 2017
ELIANA RENTERÍA LOZANO
Periodista Revista Carrusel
Con información de Efe.
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